La descendencia del sátrapa heredó la carga genética delicuencial Flor de Oro, hija del primer matrimonio es ‘un caso aparte’: ‘ayuna de cultura’, ‘desenvuelta, con desparpajo natural’ / ‘es más ligera que las gallinas’ / ‘una ninfómana evidente’ que ‘excede a todo lo imaginable’ / ‘un caso típico de ninfomanía’, considera que fue la primera víctima de Chapita.

 

Luego Almoina fija su atención familia Trujillo Martínez, el perfil moral de esta es particularmente interesante, porque no queda duda de que la perversidad genética también; valga la redundancia, se hereda. Primero se perfila a María Martínez Alba (‘La españolita’), la amante y esposa: ‘Doña Diabla’: prostituta, primera dama. Escritora y empresaria, antes de casarse con Trujillo fue ‘querida de un amigo de él, un doctor residente en Francia’, un día: ‘En una juerga los dos amigos acordaron cambiar las amantes. Trujillo cedió la que entonces tenía al Dr., y este le pasó la suya’; así se hizo la ‘amante oficial’, tuvo a su hijo Ramfis nacido antes del matrimonio y reconocido cuando tenía 5 años, se casaron formándose la familia Trujillo Martínez.

 

‘Doña Diabla’, ‘buena gitana no carece de gracejo‘, frecuentaba ‘casas de citas habaneras’ donde ‘tenía el récord de toda clase de citas y no precisamente de clásicos griegos ni latinos’, pero ‘anhelaba tropezar con alguien que la instalara definitivamente en la sociedad. En Rafael Leónidas encontró al hombre’, se casan y ella pasa a ser la primera dama de la República.

 

La ‘Doña Diabla’: ‘harta de carne se mete a moralizadora’ y a escritora, con su nombre se publicó la comedia ‘Falsa Amistad’, obra en la que se hace ‘alusion directa a la esposa de Paíno Pichardo, que se refocilaba con su marido el sátrapa’. Dicen que la comedia ‘la escribió el miserable gallego’. Convertida en famosa escritora votó la pelota con su segunda, y última, obra ‘Meditaciones Morales’. Almoina irónicamente se pregunta: ¿Quién se la escribiría?, responde: ‘Quien conozca la vida de esta nueva María Egipticiaca tiene con las Meditaciones Morales risa para todo un año. ¡El diablo harto de carne se metió a fraile! María Martínez haita de parrandearla, se la echa de moralizadora’.

 

La Maria bendecida por el cielo ‘de un espíritu práctico’ que ha hecho de ella una exitosa empresaria con varios negocios que son monopolios a su favor: 1) El Banquito, ‘institucion filantrópica, a cargo su hermano Francisco Matínez Alba, presta a empleados públicos, el Estado hace automáticamente los descuentos. 2) importación de vehículos (autos, camiones), ‘sin pagar derechos de aduanas’, que son vendidos al Estado (Ejército, Hospitales, Secretarías). 3) El Estado impuso a las panaderías un arbitrio de ’25 centavos de dólar por cada quilo de harina’: ‘El importe de esta gabela pasa íntegramente a los bolsillos de doña María’. Estos negocios le producían a la doña ‘un ingreso diario de dos mil dólares’.

 

De la relación resultó la ‘Doña Diabla’ beneficiada ya que Almoina  escribió dos libros publicados bajo la autoría de ‘La Españolita’: ‘Falsa Amistad’, la obra de teatro ‘presentada varias veces en teatros dominicanos’, el otro ‘Meditaciones Morales’, publicado en México: “Ese texto se convertiría en lectura obligatoria en las escuelas dominicanas”. Bernardo Vega (2001), Almoina, Galíndez y otros crímenes de Trujillo en el Exterior. /12. Esos libros fueron escritos por Almoina, ni antes ni después de esta relación ‘La españolita’ demostró ser una persona que disfrutara de la lectura o de la escritura, hasta donde se conoce era cuasi analfabeta.

 

Para comprobar que los Trujillo heriditariamente arrastran execrables lacras basta detenernos en Ramfis, al perfilarlo lo primero que hace Almoina es preguntarse si es hijo de Trujillo, o del ‘Doctor auténtico que se marchó a Francia’, esta era una duda que ‘la Martínez Alba comunicaba a una íntima suya’, la duda tenía sus fundamentos, primero Trujillo conoce a su esposa en una orgía, segundo Ramfis era blanco, pero también acusaba ‘caracteristicas del Sátrapa’ que era un mulato’, tercero se relata que en público el mismo Trujillo nrgó ser el padre biológico.

 

Un rasgo distintivo de la mentalidad criminal es el amor y la sobre protección  a la familia, Chapita no perdonaba que se cuestionara su paternidad: ‘Galíndez y Almoina publicaron que Ramfia había sido un hijo bastardo del dictador y ambos murieron. Uno en 1956, y el otro en 1950’. Bernardo Vega, Obra Citada. /128.

 

A los 10 años, por decreto, Ramfis fue nombrado General de Brigada del ejército Nacional, recibía salario y ‘los honores que se le rendian’ eran de Jefe de Estado, el niño General de Brigada ‘tenía su Estado Mayor: dos coroneles y varios capitanes estaban a sus órdenes y le acompañaban a tomar el baño, llevándoles los perros, ayudándolo a subir al caballo’.

 

Bernardo Vega en una nota que confirma lo anteriormente dicho por Almoina,  dice que Galíndez, profesor de la Escuela Diplomática de la Cancillería: ‘tuvo brevemente como alumno a  Ramfis Trujillo. El hijo del dictador en las clases no contestaba las preguntas directamente, sino a través de un edecán, también alumno. En una ocasión Galíndez insistió en que Ramfis contestara directamente, lo que hizo correctamente, pero ruborizándose. A partir de ese momento no regresó a las clases’. Bernardo Vega, Obra Citada. /58.

 

En lo moral Ramfis, ‘el mimado del jefe’, ‘sigue la escuela de los suyos’, tal vez ‘los supera’, en otras palabras en lo moral es un perfecto Trujillo: ‘A los 15 años tenía su camarilla que le buscaba chiquillas’, las muchachas ‘más distinguidas de la Era de Trujillo han pasado por Ramfis’ que tiene proveedores que ‘se las traen de todos los rincones del país para ser sacrificadas a la ya poderosa sexualidad del vástago del tirano o que por tal pasa’.

 

La lujuria de Ramfis ‘no reconoce límites’, Almoina expone varios  casos, el de una colegiada que llamó la atención de Ramfis, este ‘quería poseer a la bella joven’ pero encontró resistencia del padre de la muchachona; entonces ‘se le encarceló, apaleó espantablemente, se le arruinó, y, finalmente la muchacha fue entregada al hijo del Sátrapa’. ‘La aventura de la americana del hotel Jaragua’: ‘una linda periodista norteamericana’ que vino al país ‘en plan de descanso’, la embajada norteamericana tuvo que rescatarla porque Ramfis se la quería tirar.

 

El caso del Mayor Arredondo, Policía Nacional, que tenía ‘una hija bellisima, como de 15 años’, Ramfis quiso el bocao, el padre ‘rechazó en forma violenta semejante infamia. A las 24 horas apareció muerto’, este fue ‘uno de los crímenes más abominables realizados por Trujillo, para satisfacer caprichos de Ramfis: ‘En otro momento, tuvo Ramfis el capricho de poseer a una de las tres hermanas Ferrúa, de nombre Dinorah (…) que la poseyó no cabe duda’. Trujillo Martínez son Leónidas Radhamés, un delincuente vinculado al narcotráfico colombiano que lo mata por que le dio un tumbe de droga y  María de los Angeles del Corazón de Jesús (Angelita).

 

Cuando a los Trujillo (el jefe, Ramfis o los demás) una mujer le quedaba embarazadas, entonces; no se comprometían, arreglaban matrimonios con oficiales del ejército o de la policía. Almoina presenta el caso de ‘la Pichardita, hija de un caballero de apellido Pichardo’ que ‘hubo de divorciarse para satisfacer los anhelos’ de Ranfia, convertida en su amante la mudó en úna gran residencia, en Gazcue, el barrio residencial más distinguido de Ciudad Trujillo’, agréguese que todas las artistas contratadas por el régimen ‘pasaban por las caricias’ de Ramfis o de Petán.

 

En conclusión, esta historia familiar inició con la convivencia marital entre un Trujillo oriundo de España y Silveria Valdés, una haitiana nacida aquí, muy bien perfilada en la novela ‘Engracia y Antoñita’, en la primera familia Trujillo-Valdés está el origen, el tronco genético heriditario de la perversidad de los Trujillo, a partir de esta matriz genética las prolongaciones genealógicas de esta familia (Trujillo-Molina. Trujillo-Martínez) ‘actuaron como un clan. O más bien como una gavilla de los bajos fondos rurales y urbanos (…) Pandilla del hampa, de la mala vida’.

 

Los Trujillo (Trujillo Váldes. Trujillo Molina. Trujillo Martínez) son familias de ‘estirpe maligna’, de ‘Perversidad Hereditaria’. Analizada en la totalidad de sus miembros los Trujillos presentan un ‘escenario crapuloso’, tienen un cóctel genético cargado de megalomanía, prostitutas, ladrones, estafadores, estupradores, locos, homosexuales, ninfómanas, ambición desmesurada de poder económico y político, poder que procuran alcanzar con total carencia de escrúpulos, el sátrapa ‘tenía una familia que, como él, amaba los goces del poder’.

 

Es un perfil familiar: ‘Como se ve todo cuanto del sátrapa procede es yerba mala. Todos los Trujillo son gentes arrebatadas, locos. O son ladrones o asesinos o tiene taras sexuales considerabilisimas. No hay en la familia nada noble o puro’. / ‘los Trujillo fueron un microuniverso de pícaros (sinónimo bajo, ruín, astuto, de malvivir)’ / ‘Los Trujillo pertenecen al lumpenproletariado, sector margianal ‘compuesto por todo genero de picaros, truhanes, estafadores, matones, putas, alcahuetas, chulos, buscavidas y esbirros’. Salvador Morales Pérez (2009), Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. /196-197.

 

Recordemos que para la primera candidatura presidencial de Trujillo, 1930, la aristocracia dominicana / ‘Gente de Primera’ reaccionó ante la pretensión presidencial del ‘abigeo, hijo de abigeo, hermano de agigeos’ pegando carteles ‘en todas las paredes’ con la leyenda: ‘No puede ser un ladrón en la presidencia’: ‘Más a Trujillo esto le importaba muy puco. Ya se vengaría llegada su hora’, se advirtió al pueblo, pero la historia de 31 años de dictadura ya es conocida. Nota: no abordamos el estudio los Trujillo Ricardo, Trujillo Lovatón, ramales familiares dejados por el sátrapa.

 

Hay que preguntarse: ¿Cuáles de estos rasgos están presentes en la personalidad de hoy candidato presidencial Ramfis Trujillo? Si alguien desea averiguarlo recomendamos hurgar en la plataforma digital ‘Corrupcion Al Desnudo’. Tengamos siempre presente que: ‘De tal palo tal astilla’ / ‘Hijo de culebra sale laíguito’.