¿Por qué hoy resulta importante recordar el perfil moral de los Trujillo? Porque, cuando en una familia se repiten determinados patrones conductuales, rasgos de la psico fisonomía familiar, entonces es plausible investigar la posibilidad de herencia genética.

 

En el caso del grupo familiar de los Trujillo (Trujillo Valdes. Trujillo Molina) se reiteran unos rasgos que nos permiten racionalmente sospechar que en los Trujillo hay una ‘Perversidad Hereditaria’. Desde la perspectiva de ese concepto los dominicanos tenemos que estar muy atentos a la pretensión de un Trujillo (Ramfis) que hoy afanosamente procura ser presidente de la República.

 

En junio 1947 José Almoina se marcha definitivamente de República Dominicana a México, allí publica dos textos: ‘Informe Confidencial’ y ‘Una satrapía en el Caribe’, en ambos hay una severa y frontal crítica a Trujillo, su dictadura, su entorno familiar y político (altos funcionarios) y a su política internacional, de este modo se inicia la etapa final de la relación entre el Trujillato y Almoina.

 

La figura central de estos escritos de Almoina es Trujillo (Chapita), se enfoca en la personalidad del dictador, perfilándole lleno de taras: ‘Las condiciones personales de Trujillo constituyen la clave verdadera de todos sus actos, tanto privados como públicos. Trujillo es un enfermo mental, desde hace tiempo, tal vez con una tara sifilítica muy vieja actuante sobre un complejo negroide muy señalado. Su inteligencia natural indudable, se entrelaza con el frondoso ramaje oscuro de alucinaciones, temores, desconfianzas, manía persecutoria. Proclividad a la traición, megalomanía y egoísmo muy señalado. Posiblemente haya también un antiguo proceso de alcoholismo porque en el fondo sexual se advierte la tendencia a lo sádico y el ambisexualismo. Es decir, un espíritu que a veces se nos presenta con limpieza y claridad, dando la sensación de normal inteligencia y aún de talento y memoria, de pronto queda enterrado y ciego por esa línea morbosa de complejos ya heredados, ya adquiridos’.

 

Almoina sostiene que ‘el proceso mental de Trujillo’ es el de una ‘mentalidad prelógica primitiva’, a la formación de ‘su subconsciente’ ‘han coadyubado (…) las gente que le rodean (…) gentes de tipo negroide también, o blancas en apariencia, pero con testimonios hereditarios de negro (…) gentes sin escrúpulos, nacidas para la servidumbre y dispuestas a todo con tal de conservar posiciones, dádivas, lujos y prestigios’.

 

Las taras que Almoina observó en el ‘fondo sexual’ / ‘fondo morboso’ de Trujillo se manifiestan en su conducta criminal. En lo sexual en Trujillo se advierte la tendencia al uso excesivo de afrodisíacos, lo sádico, el ambisexualismo y al machismo, este último aspecto, su hombría, es ‘una de las características más cantadas y loadas’, porque ‘monta un caballo, después de pasarse bebiendo Carlos I y sin sentarse toda la noche, bailando merengues, haciendo chistes obsenos, es un caballo porque después de estas orgias monta y revienta dos o tres caballos y cansa a sus ayudantes. Es un caballo porque estupra a una por la mañana, se acuesta con otra en la siesta y duerme con otre por la noche’.

 

El ambisexualismo, bisexualidad que implica la homosexualidad, en este aspecto Trujillo tiene ‘predilecciones temporales por ciertos tipos’, al momento de Almoina redactar su ‘Informe Confidencial’, septiembre 1947, destacaban dos figuras ‘gays’ preferidas del tirano, uno fue Manuel Moya: ‘que desde hace años conoce las debilidades de su protector, Moya es hoy uno de los más ricos e influyentes amigos del dictador, con la protesta de la espose de éste que no consiente que Moya entre en la Estancia Ramfis ni lo invita’. Por prudencia no tratamos el otro homosexual.

 

Para Almoina la conducta criminal de Trujillo se explica por la incidencia de varios factores, en primer lugar Trujillo asesina por causas políticas: ‘si Trujillo mata es por defenderse o evitar ser atacado por quienes pueden significar una amenaza a su dictadura, a su poder omnímodo’, para el tipo de régimen esto es ‘justificable, lógico y normal’.

 

En segundo lugar, Trujillo también mata debido a su ‘anormal constitución, su vesanía, el grado de locura a que ha llegado’. Trujillo mata ‘hasta por las más pequeñas contrariedades personales, por discrepancias que nada podían molestar su régimen, ni significar peligro para su permanencia en el poder’. Trujillo asesina cuando el peligro, soñado, o, verdadero ‘se presenta a su mente’. En síntesis, Trujillo mata debido a su ‘estado mental.

 

En síntesis; Trujillo es un loco, vesánico y megalómano que ‘no tiene cariño ni afecto por nadie’, para probar esto Almoina refiere que ‘su misma madre le teme’, la relación con sus hermanos (Petán, Aníbal, Virgilio), con su hija Flor de Oro: ‘una ninfómana evidente’.

 

Con este perfil moral el dictador dominicano es comparado con Hitler y en el plano de la política internacional de la región del Caribe y latinoamericana es un peligro para ‘las Naciones de la Cuenca del Caribe’, en su ‘Informe Confidencial’ Almoina advierte a los gobiernos de estas áreas que: ‘Trujillo significa un evidente y constante peligro para la paz y la seguridad de las naciones del Caribe’.