Durante “La Era del jefe” las ascendencias española y haitiana de Trujillo jugarían papeles fundamentales. Haití representó la odiada negritud, contra esta línea genealógica el dictador llegaría al extremo del genocidio más espantoso cometido en la historia postcolonial del continente americano, por sí solo, la matanza de haitianos de 1937 coloca a Trujillo como uno de los más grandes criminales de la historia de la humanidad.
España, por el contrario, sería adorada, representaba lo católico y la superior raza blanca, Trujillo establece buenas relaciones con el dictador español Francisco Franco, por esa relación recibió una importante cantidad de refugiados españoles, llegaron al país intelectuales, artistas, comunistas, republicanos, anarquistas. Y, en 1954 Trujillo firma con la iglesia católica el Concordato.
Desde el 7 de noviembre de 1939 hasta junio de 1940 llegaron al país 3,150 refugiados españoles: “gente que, en su gran mayoría, no eran ni campesinos ni obreros, sino grupos de clase media urbana procedentes principalmente de Madrid Barcelona. Muchos de ellos eran intelectuales”. Entre estos exiliados políticos llegó José Almoina Mateos, se dice que ‘era una persona retraída, hasta antipática, introvertida y que se mantenía al margen. No asistía a tertulias y tenía pocos amigos (…) era muy culto, muy estudioso, brillante, modesto, no presuntuoso y hasta humilde’.
En el país estuvo entre 1939-47, su acercamiento al régimen trujillista tuvo una trayectoria rápida y ascendente, en 1940 profesor de la Escuela Diplomática y Consular de la Cancillería dominicana. En 1942 llega al entorno familiar de la familia Trujillo Martínez, primero fue preceptor de Ramfis Trujillo, hijo mayor de la familia Trujillo Martínez: “desde octubre de 1942 Almoina se convirtió en consejero tanto de la esposa como del hijo mayor del tirano. Su influencia fue tal que logró ser nombrado en la Universidad catedrático de literatura portuguesa (…) Almoina también fue encargado de la reforma de la enseñanza universitaria”.
Convertirse en maestro / tutor de Ramfis Trujillo, quien nunca había ido a la escuela, fue el primer gran éxito de Almoina. Luego se convirtió en “asesor cultural de la esposa del dictador” / “María Martínez (…) decidió asistir ella misma a las clases de Almoina, estableciéndose una relación de amistad (…) que duraría hasta después de la salida de Almoina del país (…) desde México, Almoina le escribiría tanto al dictador como a su esposa y se encargaría de editar allí un libro bajo la firma de esta última”.
La estrecha amistad con María Martínez (‘La españolita’) es un dato importante en la biografía de Almoina: “Sus vinculaciones con la familia Trujillo tuvieron como punto de partida el haber sido seleccionado por la esposa del dictador, doña María, para ser preceptor de Ramfis” / “Durante los años en que fue profesor de Ramfis, pudo darse cuenta del poder que tenía María Martínez (…) Española también, simpatizaba con él y se acogió a sus benevolencias, al extremo de sacrificar su autoría intelectual para que ella figurase como gestora de obras que no podía generar su cabeza solita. No fue un mal cálculo, para navegar con menos zozobra en las turbulentas aguas de la cúpula trujillista. Creo que vio que su cercanía a la ‘Primera Dama’ podía ser una brújula y a la vez un sismógrafo para orientar su seguridad frente al caprichudo dictador”.
Bajo la protección de la familia presidencial Almoina logró impartir clases de Geografía y de Literatura Portuguesa en la Universidad de Santo Domingo, también impartió en la recién creada Escuela de Estudios Diplomáticos adscrita a la Cancillería. En 1943 catedrático de Filosofía. En 1944 obtiene la ciudadanía dominicana. En 1945 es nombrado secretario particular del jefe.
Los últimos dos años (1945-47) de su estadía en el país son los más importantes ya que el ‘punto culminante’ de su carrera llegó en 1945 cuando fue nombrado secretario particular de Trujillo, cargo que desempeñó durante dos años y medio, y le dio ‘verdadero y real poder’ político: “El 14 de enero de 1945 la carrera ascendente de Almoina llegó a su punto culminante con su nombramiento como secretario particular de Trujillo”. Entonces fue “uno de los hombres más cercanos” al dictador y “se convirtió en uno de los rectores de la vida intelectual dominicana”. Acumuló poder: “ni antes ni después de Almoina persona alguna actuaría como un verdadero “secretario particular” de Trujillo, puesto que tuvo nivel de Subsecretario de Estado. Durante sus dos años y medio como secretario particular del dictador, Almoina tuvo verdadero y real poder”, el nombramiento fue ‘resentido por altos funcionarios del gobierno’.
Así; como preceptor y secretario personal, logró insertarse en el círculo familiar y del poder de Trujillo, conocer la dictadura por dentro y adquirir mucha influencia, Bernardo Vega afirma que: “Almoina fue particularmente influyente en la conducción de la política internacional de Trujillo. Basta leer su oficio de diciembre de 1945, instruyendo a todo el servicio diplomático dominicano a difundir por la prensa extranjera los ataques que aparecían en la prensa dominicana contra Rómulo Betancourt, textos casi seguro redactados por el propio Almoina (…) Otra evidencia de su influencia es que un oficio de esa naturaleza debió haber sido firmado por el Canciller de entonces, Manuel Arturo Peña Batlle, una recia e influyente personalidad. Otros oficios firmados por Almoina indican su apoyo a la política de acercamiento a los comunistas cubanos y dominicanos, la cual también contó con el apoyo de intelectuales nacionales de la talla de Emilio Rodríguez Demorizi, Ramón Marero Aristy, Virgilio Díaz Ordóñez y el propio Manuel Arturo Peña Batlle”.
En el mismo texto y página Bernardo Vega afirma que: “Difícilmente se puede escribir sobre la política exterior de Trujillo durante esos tres años sin apelar a lo que, a partir de 1947, Almoina escribiera al respecto”.
En cuanto a su formación académica hay varias opiniones: “Aunque sin el nivel académico de muchos de los intelectuales españoles que llegaron a Santo Domingo (…) Almoina pudo dar clases de geografía en la Universidad de Santo Domingo y en la recién creada Escuela de Estudios Diplomáticos, adscrita a la Cancillería (…) su gran éxito fue convertirse en maestro de Ramfis”.
La embajada norteamericana en el país valoró a José Almoina como una persona de ‘carácter extraño’, ‘inescrupuloso y afable’ que decía ‘tener diplomas universitarios’ lo cual ‘parece que no es verdad y es probable que no tenga mucho nivel de educación superior’, no obstante; el español logró impresionar a Trujillo ‘con sus educadas dotes’.
No obstante; lo cierto es que Almoina fue ‘un intelectual calificado’ con ‘una capacidad de trabajo descomunal’ / ‘Docto conocedor de la literatura española’ / ‘un experto de la lengua latina y castellana’ que dejó escrita una apreciable producción intelectual, su primer libro ‘La Biblioteca Erasmista de Diego Méndez’ fue publicado en 1945 en la Universidad de Santo Domingo. En 1946: ‘La Frontera de la República Dominicana con Haití’, se publicó en forma anónima, posteriormente Almoina admitió haberlo escrito.
En México publicó ‘Rumbos heterodoxos’/1947. ‘Informe Confidencial’/1947. ‘Una satrapía en el Caribe’/1949. ‘La póstuma peripecia de Goya’/1949. ‘Fray Juan de Zumárraga. Regla Cristian Breve’/1951. ‘La lírica española contemporánea y García Narezo’/1957. ‘El arte en España desde la Edad Media al siglo XVI’/1958. ‘Díaz Mirón: su poética’/1958. ‘Panorama del romanticismo en España e Hispanoamérica’/1958. ‘introducción a la Odisea’/1960. A la producción intelectual de Almoina hay que sumarle dos libros: ‘Meditaciones Morales’ y ‘Falsa Amistad’.
Almoina fue asesinado por sicarios de Trujillo el 4 de mayo de 1960 en México, iniciamos esta serie de artículos como un póstumo reconocimiento a ‘Una satrapía en el Caribe’, libro ‘crudo, amargo, brutal’ / ‘La acusación más detallada sobre la tiranía de Trujillo y sus mecanismos de dominación’ / ‘la más vigorosa denuncia del régimen trujillista’, en América esta importante obra tuvo amplia difusión lo que obligó a la dictadura impedir que circulara en nuestro país, y, bajo amenaza de muerte, se obligó a Almoina a que publicara ‘Yo fui Secretario de Trujillo’/1950, texto laudatorio del tirano.
También; escribimos para dar a conocer el que tal vez sea el relato más incisivo sobre la Era de Trujillo, centraremos la atención en el perfil moral de los Trujillo hecho por Almoina, esto por dos razones, la primer, porque la historia merece ser conocida, la segunda, porque nos parece importante que se conozca el libro de Almoina toda vez que hoy un Trujillo tiene un partido y pretende fastidiar al país con su pretensión de ser presidente de la República Dominicana, no olvidemos que ‘de tal palo tal astilla’ / ‘hijo de culebra sale laíguito’.
Consultas: Euclides Gutiérrez Félix, José Almoina y su libro. El Nacional, 5/1/2003. / Trujillo: Monarca sin Corona, 2008. Salvador Morales Pérez (2009), Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Bernardo Vega (2001), Almoina, Galíndez y otros crímenes de Trujillo en el extranjero. / La migración española de 1939 y su impacto sobre los dominicanos, 2002.