Bajo la dirección del Departamento de Agricultura de Los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), se creó el programa permanente de asistencia alimentaria para estudiantes. Este programa también contempla ofrecer una cantidad mínima de dinero y es extensivo a Puerto Rico.
La iniciativa busca mejorar la calidad alimentaria de los estudiantes, en un país con una de las peores estadísticas en materia de malnutrición infantil de las naciones desarrolladas. Las muertes por malnutrición registraron unos 20,500 casos en 2022, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés).
Este importante subsidio alimenticio y económico, viene a complementar otros programas con igual intención, para ayudar a uno de los grupos con mayor desigualdad en esta nación, como son los menores de edad. Y es cuando estas ayudan, llegan justo en el momento que la desnutrición infantil bordea su punto máximo.
La malnutrición afecta a los estados con representación republicana, cuyos representantes se niegan a contribuir para resolver el problema. Recientes encuestas establecen los diez estados con mayores inconvenientes en materia de inseguridad alimentaria que incluyen Wyoming, Alabama, Nebraska, Texas, Oklahoma, Georgia, Luisiana, Misisipí, Nebraska, Florida. Esto es otro problema que se agrega a las diversas situaciones que confrontan los menores de edad.
Según apunta el Departamento de Agricultura, “un 70% de los jóvenes serán beneficiados con el programa y lo harán por medio de unas tarjetas precargada”.
Se busca aliviar así un poco la carga monetaria que tienen los padres para poder alimentar a sus hijos y la presión de que estos alimentos sean de calidad. La realidad es, que este programa no vendrá a solucionar la gran problemática que crece cada día, como es la malnutrición de los menores, asociadas a niveles significativos de inequidad social que son paleadas con programas federales como estos. Ya que el acceso a alimentos en esta nación continúa siendo un problema que se agudiza con el tiempo, encontrándose dentro de los factores.
El alto costo de la vida, que compromete el desarrollo de todos los menores; sin importar su origen demográfico. Se Agrega también, la gran presión a los bancos de comida y todos los centros que donan alimentos; porque ya no son suficientes. Y es por eso que, de momento, dicha iniciativa se perfila con una buena alternativa para ayudar a dicho segmento poblacional.
Pero, mientras este tipo de programas solo llegan con la finalidad de cubrir la problemática de la malnutrición y la inseguridad alimentaria, el tema continuará como uno de los grandes males sin resolver, manteniendo a EE.UU como una nación rica, pero incapaz de resolver un asunto tan importante.
Se saluda esta iniciativa, pero se condena la ausencia de voluntad política para resolverla en su totalidad. Y es que todos los millones de dólares que esta nación invierte en programas para subsanar algo que no se resolverá n hasta que la clase gobernante lo ponga en agenda. Considerándolo un tema prioritario; para una nación que está envejeciendo.
En definitiva, este alivio alimentario y económico se cree ayudara a muchas familias que día tras días tienen muchas dificultades en todo el sentido de la palabra para alimentar a sus hijos e hijas.