En las elecciones de 2020 se produjo una confrontación entre el PLD y un amplio espectro de partidos que pactó con el PRM, aunque no todos llevaron a Luis Abinader de candidato presidencial. La Fuerza del Pueblo y sus aliados llevaron a Leonel Fernández y Alianza País a Guillermo Moreno.
El escenario para el 2024 es distinto. Ya en el poder, el PRM busca gestar una amplia alianza partidaria en torno a la candidatura presidencial de Abinader. O sea, el PRM no tiene ahora mucho interés de pactar candidaturas municipales y legislativas con partidos que lleven otro candidato presidencial.
Por su parte, los partidos que en el 2020 fueron aliados del PRM, pero llevarán candidatos presidenciales propios en el 2024, como la FP, están limitados para repetir alianzas municipales o legislativas con el PRM porque necesitan posicionarse como partidos de oposición.
El PRM, al ser ahora Gobierno, ha atraído a sus filas funcionarios electos de la oposición, sobre todo del PLD. Son los llamados tránsfugas que escriben cartas de renuncia rimbombantes, pero su motivación es oportunista: piensan que podrán reelegirse más fácilmente en la boleta del PRM.
Este transfuguismo ayuda al PRM a proyectar mayor poder, pero también le crea problemas internos porque sus dirigentes aspiran a ostentar candidaturas que los advenedizos desean. Este dilema está aún por resolverse en el PRM.
En la oposición, las alianzas que pacten el PLD y la FP concitarán la mayor atención por la rivalidad existente desde la división en octubre de 2019.
Para la FP todas las alianzas son beneficiosas porque servirán de soporte a la candidatura presidencial de Leonel Fernández. No así para el PLD que tendrá que sortear muy bien cómo hacer alianzas con la FP en candidaturas municipales y legislativas sin afectar negativamente la candidatura presidencial de Abel Martínez. Este dilema está aún por resolverse en el PLD.
En las alianzas a nivel presidencial hay dos asuntos pendientes muy importantes: 1) si el PLD y la FP mantendrán sus candidaturas presidenciales o se unirán, y 2) si los pequeños partidos de ultraderecha que junto a la FP llevaron a Leonel Fernández de candidato presidencial en el 2020 se mantendrán leales a Leonel o pasarán a formar parte de la alianza con el PRM. Lo que ocurra en ambas instancias impactará las elecciones de 2024 a todos los niveles.
Desde hace un tiempo, la estrategia electoral del Gobierno ha tenido como uno de sus ejes atraer los pequeños partidos conservadores (PRSC, FNP, PQDC) que apoyaban a Leonel Fernández y lo llevaron de candidato presidencial en el 2020. De lograrlo, se ampliaría el bloque de partidos que llevará a Abinader de candidato, pero eso impactaría negativamente en la propuesta de cambio democrático que el PRM asumió como estandarte en el 2020.
Sucedería entonces en el 2024 algo parecido a la alianza PLD-Balaguer de 1996 en que una fuerza política que prometía cambios progresistas terminó en las garras de los más conservadores, no de manera coyuntural, sino articulada.