En el artículo anterior hablábamos de como el medio ambiente potencializa y permite el aprendizaje por modelamiento de algunas conductas patológicas como la tendencia a la personalidad paranoide, rasgos narcisistas, el sadismo y la envidia.

La teoría del modelamiento o aprendizaje social del psicólogo canadiense Albert Bandura señala que, los niños aprenden en contextos sociales a través de la observación y de la imitación del comportamiento que presenciaron.

Para comprender mejor el efecto del modelamiento en el aprendizaje y como a través de dicho proceso psicológico se asimilan ciertas conductas descritas anteriormente, vemos muy pertinente mencionar el efecto que tienen las medios sociales de comunicación, a través de la música y los denominados “influencers” que actúan como modelos y patrones de conductas a imitar.

El influencers, el cual es un individuo que tiene una audiencia leal y comprometida en sus canales en línea, ejerce influencia en sus seguidores con relación a su conducta o comportamiento de consumo y puede trascender tanto a nivel nacional, como internacional.

Desde el punto de vista de la salud mental entendemos como un comportamiento normal en el proceso de adaptación a los nuevos tiempos, que las personas de todas las edades y estratos sociales que tienen acceso a las nuevas tecnologías, sean consumidores de contenidos en la web.

Estas personas estarán expuestas a ser influenciados en todo lo que sea susceptible a la motivación humana, impulso que lleva a la acción, por eso estos individuos usan los recursos de la psicología de consumo y la publicidad y crean una necesidad de algo que se logra con la motivación del aprendizaje por modelamiento, teoría de Albert Bandura explicada anteriormente.

Ahora bien, analizando desde una óptica gestáltica, el efecto de los “influencers” en la conducta de sus consumidores, es bueno señalar que “Los influencers” rara vez llevan la vida que proyectan en sus programas en línea o medios de comunicación. Cuando se develan, a menudo no es una vida psicológicamente saludable para llevar.

Los jóvenes y los niños son más susceptibles a la sugestión y con menos capacidad de analizar críticamente el efecto que tiene en su comportamiento, la calidad del contenido de consumo en las redes sociales y es probable que adopten comportamientos de comparación constante con las personas que ven en las mismas, entre otras conductas inducidas por la influencia del modelamiento. Esto nos lleva a caer en cuenta de que hay sistemas sociales deficientes que inciden en el comportamiento social y que pudieran crear las condiciones ambientales para modelar conductas desadaptativas.

Un reto para educadores, sociólogos y psicólogos es poder no solo dedicarnos al análisis de los problemas que se derivan los Sistemas Sociales Deficientes, sino que necesitamos cambiar los sistemas que causan dichos problemas.

Nuestro reto social es, a cómo crear a través del modelamiento, sistemas sociales que promuevan y proyecten de forma motivante comportamientos positivos en donde la empatía, la solidaridad, el servicio, la asertividad, la resolución de conflictos, la tendencia a conservación hacia el medio ambiente, entre otros temas que colaboran con la salud mental de los individuos sean una necesidad para los consumidores. Sería buscar los medios para ser “influencers” que contraresten el bombardeo de conductas desadaptativas  y poco saludables.