Sin ser cronista deportivo, ni experto en temas de béisbol, aprovecho este espacio para unirme al regocijo colectivo de todos los dominicanos dentro y fuera del país por la gran hazaña de Albert Pujols de lograr ingresar al super exclusivo club de los 700 cuadrangulares de por vida en las Grandes Ligas, al que hasta este sábado solo pertenecían figuras que fueron super estelares en esa disciplina: Baby Ruth (714), Hank Aaron (755) y Barry Bonds (762).

 

Pujols, completando este otoño su último año como pelotero profesional, se retirará con grandes honores, escribiendo con letras de oro su actuación en la historia de las ligas mayores.

 

Sin lugar a duda que, por su limpia trayectoria a través de su carrera deportiva y el fabuloso cierre de campaña que ha tenido, deberá ser considerado una marca país en su natal República Dominicana, para orgullo de todos sus conciudadanos.

 

Con sus dos cuadrangulares la noche del viernes 23 en el Dodger Stadium de Los Ángeles, desapareció el maleficio de más de 20 turnos seguidos sin lograr sacar la pelota del parque.

 

En las redes sociales, así como en algunos centros deportivos y restaurantes dominicanos de la ciudad de Nueva York, la cual registra la mayor población de la diáspora de RD, era punto de discusión la versión de que la baja producción de jonrones de Pujols fue causada por haber ligado la pelota con la política, al invitar al expresidente Leonel Fernández a lanzar la primera bola en el juego entre los Rojos de Cincinnati y los Cardenales de San Luis, el pasado viernes 17 septiembre.

 

Por cada turno al bate fallido, sin importar que fuera un hit, una base por bola o ponche, la fanaticada, que con entusiasmo observaba el juego en pantalla gigante, unos más que otros vociferaban que el toletero dominicano no jonroneaba por el “fucú” que le había dejado Leonel luego de subir al montículo y Pujols recibir el lanzamiento de honor.

 

Tras romper el supuesto maleficio al jonronear su 699 en el segundo inning y luego el 700 bambinazo en el cuarto episodio, un mensaje religioso se ha hecho viral en las redes sociales bajo la firma de Albert Pujols: “si no fuera por Jesús no estaría donde estoy hoy, y mi vida estaría sin propósito. He escuchado niños decir que quieren ser como yo cuando crezcan. Ellos deben saber que yo quiero ser como Jesús”.

 

De acuerdo con el calendario, la serie regular de la Liga Nacional y Americana termina el 5 de octubre, por lo que a Albert Pujols aún tiene chance de aumentar su producción jonronera, si es que el mánager del equipo, el también dominicano Oliver Mármol, lo mantiene en el roster como jugador regular hasta el final de la temporada.

 

Con su ejemplar trayectoria deportiva, Pujols, de 42 años, ya se ha ganado un puesto en el Salón de la Fama de Cooperstown, un lugar privilegiado, exclusivo para los que han llegado a la cima del éxito beisbolero con honestidad, humildad, dedicación y sacrificio deportivo.

 

Para ser elegible al Salón de la Fama de Cooperstown, de acuerdo con las reglamentaciones, se necesita haber jugado durante 10 temporadas en la MLB, y luego esperar cinco años desde la última vez que estuvo en el roster de un equipo.

 

Entre los inmortales dominicanos que gozan del privilegio de poseer un honroso espacio en este respetable lugar están los ex lanzadores Juan Marichal, (el primero en llegar) y Pedro Martínez. En ese mismo orden, Vladimir Guerrero y más recientemente David Ortiz (el “Big Papi”).

 

Hay que celebrar con Pujols esta hazaña dentro y fuera del país, mientras llegan los preparativos y festejos para su ingreso al gran salón de Cooperstown, y que por su nuevo logro alcanzado sea declarado ya, una Marca País.