Hace unos días, mientras conducía, vi una valla qué decía "dos millones de personas en la seguridad social eso es cambio" y pensé que al gobierno le falta abordar con seriedad el tema del cambio porque la construcción de un hospital, de una escuela, la inclusión de personas en la seguridad social, etc., eso no es cambio.
Que se hagan esas cosas no está mal porque son necesarias, ahora bien, ellas pueden contribuir al cambio, no el cambio en sí. Por ejemplo, se necesita seguir construyendo escuelas porque se debe reducir el número de estudiantes por aulas hasta llegar al menos a 15 estudiantes por aula.
Pero aún se logre disminuir a 15 estudiantes por aula, si no mejora la calidad de la educación, se fortalecen las competencias de los estudiantes, se fortalecer la conciencia crítica de los mismos y empezamos a tener mejores posiciones en las mediciones comparadas no se puede hablar de cambio.
La palabra cambio fue un slogan publicitario para llegar al poder en medio de una coyuntura en la que el país presentaba un hastío de 16 años ininterrumpidos del PLD y, estratégicamente se escogió el discurso correcto.
En filosofía, el concepto de cambio se refiere a la transformación que sucede en un objeto, entidad o situación a lo largo del tiempo. La noción de cambio es fundamental en la filosofía y ha sido discutida por muchos filósofos a lo largo de la historia, desde la antigua Grecia hasta la actualidad.
Un cambio es la acción de transformar una cosa en otra, abandonar una cosa o situación por otra, o intercambiar alguna cosa por otra que se considera de un valor semejante.
Un cambio es la acción de transformar una cosa en otra, abandonar una cosa o situación por otra.
El filósofo griego Heráclito, por ejemplo, argumentaba que todo está en constante cambio y que «no podemos bañarnos dos veces en el mismo río», ya que tanto el río como nosotros mismos estamos en un estado constante de cambio. Para Platón, el cambio era una ilusión, y la realidad verdadera se encontraba en las formas eternas e inmutables.
El cambio incluye traslados espaciales, metamorfosis interiores de las formas de movimiento, todos los procesos de desarrollo, así como el surgimiento de los nuevos fenómenos en el mundo. El cambio abarca tanto el aumento cuantitativo o la disminución de las características, como sus transformaciones cualitativas.
Pudiese seguir profundizando en las razones filosóficas del cambio, pero ese no es el sentido de este artículo. La cuestión es que todo lo que se ha estado haciendo hasta el momento es exactamente lo mismo que se ha hecho siempre salvo algunas excepciones.
Debo reconocer que la novedad del PRM ha estado en la política criminal, no en la justicia como muchos piensan porque la política criminal es lo que corresponde al Ministerio Público aunque aún está pendiente que hayan sentencias firmes, condenando a imputados en proceso no solo del anterior gobierno, sino de este que bastantes escándalos ya ha escenificado.
El cambio como discurso y estrategia va más allá y quizá sea necesario que el mismo partido de gobierno (aunque ya cambió el slogan) hagan una introspección y análisis respecto a qué significa el cambio como motor de transformación social. Quizá sería bueno leerse a Thomas Künh y su libro La Estructura de las Revoluciones Científicas para que se pueda entender la filosofía del cambio y así harían una publicidad más acorde al concepto y filosofía que encierra el cambio porque prácticamente nada de lo hecho por este gobierno es cambio.