En nuestro país, regularmente el aumento del salario mínimo se realiza cada dos años, de acuerdo con lo que establece el Comité Nacional de Salarios, organismo tripartito perteneciente al Ministerio de Trabajo, el periodo de dos años no imposibilita el que se ajuste el salario mínimo antes de dos años, pero si, no menos de un año.

En julio del 2019, el salario mínimo para los trabajadores del sector privado no sectorizado fue incrementado en un 14% y posteriormente también en julio, pero del 2021, se produjo un aumento, que incluyó una reclasificación de las empresas privadas, lo cual se tradujo en supuestos aumentos salariales de un 19% en las empresas grandes, un 59% en las medianas, un 20% en las pequeñas y un 11% en las microempresas. Decimos supuestos aumentos ya que la nueva clasificación de las empresas privadas produjo una distorsión en los aumentos que realmente se realizaron en muchas empresas que anterior a la nueva clasificación se encontraban clasificadas como grandes empresas y pasaron a ser medianas empresas e igualmente medianas empresas que bajaron a ser pequeñas empresas. De hecho, sucedió en muchos casos que el supuesto aumento de un 59% en las medianas empresas se tradujo en un aumento que en muchas ocasiones no llegó a un 10%.

Como consecuencia de lo convulsionado que ha estado el mundo, producto de la pandemia del Covid-19 y los procesos inflacionarios post- pandemia que se han venido verificando a nivel mundial, sectores del empresariado dominicano han planteado que se realice un nuevo aumento del salario mínimo.

Lo cierto es que, si se toman en cuenta los grandes aumentos que se han verificado en el costo de la canasta familiar parecería que se haría justicia, al considerar volver a ajustar el salario mínimo establecido en julio del 2021.

Lo anterior, tiene sentido si se toma en cuenta no solo el hecho de que la tasa de la pobreza del país estaba situada en un 21% y como consecuencia del COVID-19, la misma se incrementó a un 23.4%, lo que determinó que mas de 260 mil dominicanos cayeran en la pobreza. De igual manera, al considerar que, de acuerdo con las informaciones publicadas por el Banco Central, durante el año 2021, la tasa de inflación sobrepasó el 7.5% y en los meses que van del año 2022, la inflación interanual es de un 9.46% y acumulada de un 5.48%.

Parecería entonces que el aumento del salario mínimo realizado en julio del 2021, se lo ha tragado la inflación que se produjo en ese año, la cual ha continuado en los primeros siete meses del 2022.

En este mismo sentido, si se analiza el gasto y el ingreso que reciben los hogares dominicanos en base a las últimas informaciones al respecto publicadas por el Banco Central correspondientes al año 2018, se tiene el siguiente panorama:

 

Se observa que la población más vulnerable correspondiente al Quintil I, tenía en el 2018 un déficit mensual de RD$ 3,387.00 y el Quintil II, un excedente mensual de tan solo RD$ 672.00.

 

Se puede realizar una extrapolación para estimar cual podría ser la situación actual de los ingresos por lo menos de estos dos Quintiles.

 

Tal como indica la ENGIH, el 81% de los ingresos de los hogares dominicanos tienen fuentes laborales, por lo que se podría actualizar el salario mínimo en base a los aumentos realizados en el 2019 y en el 2021 y ajustar el ingreso promedio por hogar de estos dos Quintiles en el 2022.

 

De igual manera, el gasto en los hogares se podría estimar aplicando la inflación que se verificó en cada uno de estos años(2018-2021) y los primeros 7 meses del 2022.

 

El resultado de aplicar los incrementos salariales y la inflación nos arroja el siguiente escenario en los Quintiles I y II.

Como puede observarse, al aplicar los incrementos que se han realizado al salario mínimo y la inflación de estos últimos años(2018-2022), la situación de la población de menores ingresos(Quintil I), se ha empeorado y su déficit mensual ha crecido, la población del Quintil II, prácticamente se ha mantenido con la misma situación que tenía en el año 2018.

 

Es importante destacar, que lo anterior es solo un ejercicio, que podría representar la situación actual y seria importante que el Banco Central realice una nueva Encuesta de ingresos y gastos de los hogares para tener un retrato mas fiel de la situación actual.

 

Aunque regularmente los ajustes de los salarios generan inflación, y nos encontramos en estos momentos en un proceso inflacionario, entendemos que las iniciativas encaminadas a realizar un nuevo ajuste salarial en el país parecería razonable y justa, toda vez que definitivamente los elevados niveles de inflación verificados en los últimos dos años que siempre van acompañados por especulaciones en los precios por encima de lo que justamente corresponde, están afectando de manera muy considerable y como siempre a las clases más vulnerables.