Uno de los dos o ninguno en un momento del tiempo; los dos o ninguno en fechas distintas. En ambos y en los demás si tiene el poder de la ubicuidad o el don de la gratitud hacia todo el que le presenta, en competencia, ofertas de bienes y servicios para que usted pueda escoger en libertad.

En esas calles puede encontrar opciones de apartamentos para su estadía en San Juan, Puerto Rico. Villas Palmeras es un sector parecido al Ensanche La Fe y Condado competiría con uno del polígono central del Distrito Nacional. En Airbnb, Bookings u otras plataformas encontrará en esas calles ofertas para alquileres cortos junto a todas las que sus propietarios deciden poner a disposición de los viajeros.

Los contratos directos de esta naturaleza entre dueños de viviendas o apartamentos y personas no residentes es otra de las maravillas de los mercados libres y competitivos.  Con esas reglas de juego es que los emprendedores no duermen buscando acomodar las demandas de todo el que ha manifestado el interés, en efectivo, de obtener un bien o servicio. Gracias a ellos el alojamiento de viajeros dejó de ser exclusivo de los hoteles, negocios creados con esa finalidad donde encuentra de todos los tamaños y comodidades para, de acuerdo con su presupuesto, aceptar la oferta que revela su preferencia en ese momento.

Los apartamentos de renta corta se basan en el mismo principio, pero tienen un fundamento más sólido en la propiedad privada y la competencia que las grandes cadenas de hoteles. Estas, por lo general, dependen para su despegue de leyes especiales que las exonere del cerco tributario de los políticos a las personas y empresas que son parte de su base imponible. Los orígenes de la actividad también incluyen préstamos a tasas subsidiadas, cobertura del riesgo cambiario por el gobierno, preferencias en los planes de inversión pública para las zonas turísticas y exclusividad en la provisión de servicios por el argumento de “monopolio natural”, como el caso de que un solo aeropuerto internacional debe existir en la zona este del país.

Con los Airbnb no hay cercanía al maridaje político-empresarial que es la marca país de las naciones mercantilistas. Es una actividad con firme base en propiedad privada legítima adquirida con el propio esfuerzo. Por ejemplo, conviertes la casa que te quedó grande luego de enviudar y se marcharon los “locos bajitos” en pequeños apartamentos para rentar a no residentes, en parte para evitar el despojo de leyes de control de alquiler si lo haces a largo plazo a residentes. O ves una oportunidad empresarial en adquirir casas en dos o tres sectores para tener una oferta de más cobertura usando tus ahorros, aporte de socios y una parte pequeña de deuda.

En ambos casos la competencia te obliga a dar un buen servicio porque, a diferencia de los grandes hoteles, una mala opinión de los huéspedes tiene un impacto mayor.  Estos, a su vez, no pueden dar rienda suelta a su rencor porque no lo encontró gratis dando malas opiniones. Las plataformas de contratación logran un hermoso equilibrio gracias al derecho a réplica. La realidad es que la actividad no es cómoda para un “sangrú” que le reviente dar explicaciones y agotadora para el que cada interacción es un teatro porque es intensa cuando el precio es correcto. Esa tarifa justa en la que consigue alta tasa de ocupación tiene que descubrirla chequeando lo que cobran competidores con quienes no hay forma humana posible de llegar acuerdos de precios.

En efecto, la belleza de toda la actividad se desarrolla con alto grado de competencia y transacciones libres es lograr revelar ese precio en que “se conectan las mentes” de los que tienen en un momento del tiempo preferencias asimétricas sobre el intercambio definitivo o temporal de, por ejemplo, los derechos de propiedad sobre un inmueble en Villas Palmeras o Condado. Obviamente, es el respeto a la propiedad privada lo que en el fondo provoca la aparición de este bien y servicio. Por eso encuentra miles de opciones en cualquier país donde existe ese respeto y cosas como esta imagen donde la propiedad privada es anatema y “cuentapropista” es un insulto.