A partir de muy importantes contribuciones de ciencias como  antropología física, genética  y  arqueología-entre  otras- está demostrada la existencia de un ancestro común entre el Homo (que comprende cual género al ser humano actual) y el Pan troglodytes. Y que ese ancestro común vivió en África hace aproximadamente 6 millones de años.

También en África y emigrando hacia las otras latitudes  del planeta,   de las distintas especies de las relativamente más próximas en el tiempo se destacan  el  Homo Neandertal y el Homo Denisova; que aunque “extintas” está demostrado que el   ser humano actual  (Homo Sapiens) tiene entre un 1% al 4% de genes neandertales; que en algunas regiones del Sudeste Asiático se confirma que  se conserva por persona al menos el 3% de  genes Denisova. Inclusive que al analizar el  ADN de poblaciones fuera de África el porcentaje neandertal  puede aumentar hasta un 20%.

Todo lo dicho niega fehacientemente la pureza, como así se ha demostrado también y más aún  en  cuanto a  la no existencia de las llamadas “razas”. Creencia que surge de la ignorancia y que la ciencia ya ha ilustrado; pero que no pocas veces ha respondido a una aviesa  intención que tanto daño ha hecho en estigmatizar como inferiores  y distanciar  a los seres humanos, cuanto lo que sí se ha probado es el extraordinario-imprescindible- valor de la colaboración.

Siendo África el comienzo, el origen, el punto de partida, sorprendentemente son los Estados de sus respectivos países los de más reciente existencia. La gran  mayoría de los 54 Estados actualmente reconocidos logran su independencia y constitución cual Estados  a partir del 1957 con Ghana que fue el primero.   Lo cual explica en gran proporción la situación actual del Desarrollo Humano como lo analizaremos posteriormente.  Eso  así por cuanto la repartición colonial de África por las potencias europeas data como referencia global del 1885 con la llamada Conferencia de Berlín y el comienzo de la Primera Guerra Mundial; cuando ya más de un siglo atrás los países de otros continentes se habían independizado y constituido sus Estados,  aún con sus grandes debilidades. Esos en promedio 75 años de colonización en firme a los que deben agregarse en promedio 63 años de desastrosos gobiernos de africanos no muy lejos en su letalidad que esa terrible colonización, explican bastante la situación actual del desarrollo del continente.

África, el comienzo. Interesante es estudiar cómo se expresa en sus Estados la triada democracia, transparencia y eficiencia.  Desde donde se originó el ser humano y pobló el planeta, que mucho merecen hoy sus habitantes como los que más, de vidas llenas de dignidad.