. La ADP no interioriza que en su estrategia reivindicativa por reclamos, sin importar la justeza de los mismos, la paralización de la docencia debe ser el último recurso al que debe acudir.

. La sociedad debe aplaudir el llamado del ministro de Educación, Ángel Hernández, en el sentido de que "el tiempo de la docencia debe ser sagrado”.

Las condiciones materiales del magisterio nacional, como sector y como individualidades, en términos de integraciones, la encarnan, como entes de representación, fundamentalmente, la Asociación Dominicana de Profesores (ADP y a la Cooperativa Nacional de los Maestros (COOPNAMA), dos instancias social y social-empresarial materialmente multimillonarias.

Huelga referir que ADP forma parte del sector sindical de la República Dominicana, y COOPNAMA es  la más importante empresa social del sector cooperativo nacional. Ambas entidades gozan de grandes, aquilatados y bien ganado prestigio en los sectores sindical-magisterial, y cooperativo nacional, pero también en América Latina, el Caribe, e incluso, en otras partes del mundo.

En el recién celebrado congreso del gremio magisterial, tuve la osadía de tomar un turno para advertir que en el informe de gestión no se tocaba, ni por asomo, lo que  entendíamos debería ser una autocrítica por las debilidades del sistema educativo nacional, y que también se llamara la atención a la criminal política de crédito de la Cooperativa de los Maestros.

ADP: Primero paramos, después hablamos

Hay que reconocer que la Asociación Dominicana de Profesores ha logrado la histórica conquista de la estabilidad en el empleo de sus miembros, lo que para cualquier gremio, en cualquier parte del mundo, y en cualquier área de la producción y de los servicios, es la más importantes y trascendente conquista que un sindicato puede exhibir.

Sin embargo,  la ADP ha descuidado, o más bien no ha interiorizado, como gremio y ante el magisterio nacional,  la histórica e indeclinable responsabilidad que tienen los educadores ante las presentes y futuras generaciones.

Pero mucho menos ha interiorizado que en su estrategia reivindicativa por reclamos, sin importar la justeza de los mismos, la paralización de la docencia debe ser el último recurso al que se debe acudir, y no el inmediato que se debe asumir,  como testifica la trayectoria de lucha de la ADP.

De ahí que nos inclinamos reverentemente ante el llamado del ministro de Educación, Ángel Hernández, que hizo una justa crítica al gremio magisterial al enrostrarle que "el tiempo de la docencia debe ser sagrado”, a lo que el suscrito le añade, que este llamado debería formar parte de los indeclinables postulados del gremio magisterial.

 

Coopnama: induce endeudamiento impulsivo

El endeudamiento impulsivo y compulsivo al que se ha inducido al magisterio nacional, es consecuencia de una política crediticia inadecuada y criminal, que ha colocado a los educadores en una situación de total Iliquidez para atender sus requerimientos de corto plazo, en pocas palabras, los requerimientos del día a día. "Uno es amo de lo que posee y esclavo de lo que debe”.

Esa situación se ha convertido en una grave problemática social que está gravitando negativamente en el sistema educativo, convirtiéndose en una retranca para que el proceso enseñanza-aprendizaje se encamine hacia el logro de una educación de calidad, cumpliendo así una aspiración, una necesidad y demanda sentida por la sociedad dominicana.

Empero, el sacrificio que ha hecho el Estado Dominicano de asignar un cuatro por ciento del Producto Interno Bruto a la educación, y de esa manera crear las condiciones materiales para alcanzar esa educación de calidad, ha chocado con un mal endémico, que se expresa en una política crediticia irresponsable, que ha hecho metástasis en el ánimo y disposición de rendimiento del magisterio nacional.

Esas tendencias violatoria de los más elementales principios y filosofía del Cooperativismo, se ha producido ante la indiferencia, complicidad y hasta el desconocimiento de los sucesivos titulares del Ministerio de Educación, quienes han debido ser vigilantes, y verificar que el neto que cobra cada educador, lo que gravita necesariamente en su rendimiento.