En la anterior entrega hicimos un esbozo del camino recorrido por la ADP desde su fundación un 13 de abril de 1970 hasta hoy.
En esta versión presentaremos parte de los desafíos que a nuestro entender enfrenta este importante sindicato en la actual coyuntura:
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Seguir siendo el sindicato mayoritario de la educación preuniversitaria.
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Profundizar la visión del sindicalismo de clase para combatir la presencia del anarcosindicalismo, del oportunismo, burocratismo, amarillismo y del partidarismo, que pudiera existir en su seno.
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Elevar el nivel de consciencia de sus afiliados y afiliadas respecto al papel del sindicato y su importancia para afianzar su lealtad y disciplina sin abandonar la criticidad.
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Asumir mayor vinculación con la comunidad educativa, sectores sociales, populares y toda la sociedad.
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Profundizar el compromiso ético y la formación pedagógica y sindical del magisterio.
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Continuar denunciando las políticas privatizadoras que tiene lugar en el ámbito educativo.
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Discutir con la sociedad su propuesta pedagógica, que encierra una visión sobre la educación aprobada en su X Congreso.
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Asumir con mayor responsabilidad el postulado, que aparece en sus estatutos, de lograr en el país una educación verdaderamente laica y liberadora.
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Promover y demandar la inclusión de la educación sexual en las escuelas.
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Seguir actualizando e integrando las TIC a su práctica sindical y pedagógica.
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Acentuar su política de comunicación para la promoción de sus aportes significativos y así contrarrestar la campaña negativa que, sobre el sindicato y la clase docente, se articula desde el poder público y parte del sector privado.
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Adaptar sus métodos de lucha a la realidad de cada coyuntura, sin renunciar a ninguno de estos; agotando los procesos; sin ser reduccionistas ni unilaterales en su aplicación, y asumiendo una visión integral de los mismos, acorde a las circunstancias.
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Ampliar y profundizar el tema, que ya ha iniciado, de la investigación educativa, con el propósito de aportar con mayor propiedad científica al debate de la educación en el país.
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Seguir fomentando la política de equidad y seguir demandando la igualdad de derechos, tanto en el seno del magisterio como en toda la sociedad.
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Continuar con su rol en defensa de los intereses de clase docente y su lucha por una educación de calidad.