La innovación ha sido durante mucho tiempo una fuerza impulsora detrás del crecimiento económico y las mejoras en la vida de las personas. El discurso popular a menudo se centra en la innovación disruptiva como el único camino hacia el éxito.

En 2021, el 47,5 por ciento de los encuestados en el estudio "Most impactful disruptive technologies from 2017 to 2021″ afirmaron que la tecnología disruptiva más impactante es la Inteligencia Artificial y el Aprendizaje Automático.

Este concepto presenta una disminución con respecto a los años anteriores. Debe tenerse en cuenta que esto puede ser el caso porque la inteligencia artificial es menos vista como tecnologías disruptivas, ya que ya están ampliamente implementadas y comúnmente utilizadas.

La innovación disruptiva es un concepto popularizado por Clayton Christensen en su libro "El dilema del innovador", se refiere al proceso por el cual las nuevas tecnologías o modelos de negocio perturban los mercados existentes y crean otros nuevos. Si bien la innovación disruptiva puede conducir a un éxito significativo, no es la única manera de lograrlo.

Un ejemplo de la creciente importancia de la transformación digital se evidencia en su impacto económico: en 2018, las empresas digitalmente transformadas representaron 13,5 billones de dólares estadounidenses del PIB nominal mundial. Se espera que esta cifra aumente a 53,3 billones de dólares estadounidenses en 2023, superando la mitad del PIB nominal global. Este indicador sugiere que la digitalización de la economía mundial se encuentra en pleno auge.

El informe de Economía Digital elaborado por la firma Tabuga también destaca cómo los negocios digitales dominarán el mercado, dejando atrás a aquellos que no logren adaptarse. Para 2025, se estima que el impacto económico global del Internet de las Cosas (IoT) alcanzará hasta 11,1 billones de dólares estadounidenses anuales, lo que refuerza la importancia de la adaptación al entorno digital en constante evolución.

Los profesores del INSEAD, W. Chan Kim y Renée Mauborgne, desafiaron la creencia generalizada de la innovación disruptiva en el artículo "Por qué la innovación no tiene que ser disruptiva", publicado recientemente en la revista Harvard Business Review. En el mismo proporcionan ejemplos de innovaciones exitosas que no fueron disruptivas, sino incrementales o no disruptivas.

El artículo destaca la importancia de comprender las necesidades de los clientes, crear nuevos mercados y fomentar una cultura de innovación dentro de las organizaciones.

Los ejemplos de innovaciones exitosas sin disrupción incluidos en su artículo van desde toallas sanitarias, microfinanzas, Plaza Sésamo y el proyecto chino "Ping A Good Doctor". Estas innovaciones no perturbaron los mercados existentes, sino que crearon otros nuevos, lo que llevó a un impacto significativo en el crecimiento, el empleo y la sociedad.

Al abordar los problemas o asuntos emergentes, aprovechar la tecnología existente de nuevas maneras y crear soluciones para los mercados desatendidos, las empresas pueden lograr el éxito a través de la innovación sin interrupciones.

La innovación no disruptiva presenta un marco para comprender los diferentes tipos de innovación, incluida la innovación creadora de mercado, la innovación sostenible, la innovación de eficiencia y la innovación sin interrupciones. Este marco permite a las empresas y a la sociedad reconocer las diversas formas en que la innovación puede crear valor e impulsar el crecimiento.

Con la tecnología impactando cada vez más en el mercado laboral, la necesidad de nuevos puestos de trabajo a través de la innovación creadora del mercado se vuelve aún más crítica.

Es esencial mantenernos conscientes del poder transformador de la innovación para conseguir un desarrollo sostenible y una mejora general de la calidad de vida. Los actores clave multisectoriales deben comprender los diferentes tipos de innovación y cómo se pueden utilizar para crear valor; las empresas y la sociedad pueden seguir prosperando y creciendo.

Si bien la innovación disruptiva puede llegar a los titulares, genera atención y protagonismo a los actores involucrados; la innovación sin interrupciones es silente, pero puede ser igual de impactante y no debe pasarse por alto.

Al destacar la importancia de la innovación sin interrupciones y proporcionar ejemplos de innovaciones exitosas, los autores rompen el paradigma y la noción popular de que la interrupción es el único camino hacia el éxito.

Les comparto cinco puntos clave sobre innovación no disruptiva que pueden aplicar los actores de políticas en las múltiples organizaciones en el país:

  1. La innovación sin interrupciones puede ser más sostenible, creando valor compartido para todas las partes interesadas.
  2. Concéntrese en la creación de soluciones para mercados desatendidos para impulsar el crecimiento y la innovación.
  3. Considere el impacto social y ambiental más amplio de la innovación para soluciones sostenibles y socialmente responsables.
  4. Adoptar el fracaso como una oportunidad de aprendizaje para fomentar la innovación y desarrollar mejores soluciones.
  5. El liderazgo juega un papel crucial en impulsar la innovación, fomentar la experimentación y asumir riesgos.

Al adoptar varios tipos de innovación y comprender cómo pueden crear valor, las empresas y la sociedad pueden fomentar el crecimiento, crear puestos de trabajo y mejorar la vida de las personas.