¿De qué manera a través de los partidos políticos cual organizaciones destinadas a la gestión del Estado se podría lograr una revolución o al menos -siendo realistas- la más efectiva evolución de la sociedad a partir de la administración científica?
La verdad es que los partidos políticos, más allá de importantes condicionantes para la gestión del Estado como el respeto de las normas democráticas y la transparencia, lucen estar muy al margen de la administración científica al contrastarlo a partir de la síntesis siguiente.
La administración científica ha sido el resultado del desarrollo por más de cien años, a partir de las contribuciones de Henri Fayol recogidas en su obra Administración industrial y general, publicada en el 1916. Ya entonces Fayol descubrió fases del proceso administrativo como planificación, organización, dirección y control. Simultáneamente Frederick Taylor realiza aportes recogidos en su obra Los principios de la administración científica, orientados principalmente a la eficacia y la eficiencia y en la que se destaca el Principio de Exclusión como mecanismo de seguimiento permanente de los aciertos, fallas relevantes y sus rectificaciones en las organizaciones.
Lo dicho corresponde solo al inicio de un largo proceso, pero así siguieron los aportes de Herbert Simon quien amplia la visión sistémica de las organizaciones ya iniciada por Fayol y Taylor comprendiendo en su consideración los valores, toma de decisiones, psicología, el rol de la autoridad, lealtad, comunicación. En el mismo sentido se encuentran los aportes de Rensis Likert en su obra La organización humana. Así como Richard Beckhard quien hace acento principalmente en los cambios a partir del enfoque de Desarrollo Organizacional. Sigue ese camino Kurt Lewin con sus contribuciones generales, pero así en lo especifico en cuanto a los principios democráticos y el liderazgo, la decisión de grupos y lo que llama re-educación. Con Peter Drucker se destaca el análisis del contexto general de la sociedad caracterizándola como una sociedad de organizaciones, así como la sociedad del conocimiento con su culminación actual con la Inteligencia Artificial.
Lo dicho solo sintetiza en líneas generales de las principales contribuciones a la administración científica; pero procede destacar que se concretiza en enfoques e instrumentos para su implementación práctica. Así se corporiza la administración científica en los componentes de planificación, organización, dirección, control, gestión humana, procesos, producto, gestión total de calidad y las ya omnipresentes tecnologías de información y comunicación-TIC-.
¿No deberían ser esos los fundamentos de los partidos cual organizaciones y de ahí su implementación en la gestión del Estado como el más alto nivel de organización de la sociedad?
Sería el gran salto cualitativo.
Impulsarlo.