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Una escultura clásica de mármol olvidada en Puerto Príncipe…

En julio de 2023 «no queda casi nada de la exposición internacional organizada para celebrar el Bicentenario (1749-1949) de la fundación Puerto Príncipe» (Hervia Dorsinville) en el bulevar otrora más emblemático de la capital haitiana y sede de la exposición, que lleva hasta ahora el nombre del presidente estadounidense Harry Truman.

Placa de Truman en Puerto Príncipe (Haití); foto Harry S. Truman Library & Museum

«El responsable de la decoración del sitio de la exposición de 1949 fue Pierre Bourdel (1901-1989), francés afincado en Estados Unidos. Era ferviente defensor de una mejor integración del arte con la arquitectura. Tuvo ocasión de demostrarlo en los murales en relieve de las fachadas de pabellones nacionales como el de Correos y el edificio que se convirtió en sede del Ministerio de Asuntos Exteriores.

A falta de escultores locales, se contrató a varios artistas extranjeros para el proyecto. Bourdel encargó las esculturas gigantes de mujeres desnudas que rodean la fuente luminosa, de las que se dice que son las más grandes del mundo. Llamadas las "Ninfas de Ébano", son obras del artista finlandés Arvi Tynys.

 

 

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«Madre e hijo», del artista finlandés Arvi Tynys (1902-1959)

Además, gracias a sus contactos, Pierre Bourdel consiguió el préstamo de unas 32 esculturas clásicas de mármol y bronce del Museo Metropolitano de Nueva York para instalarlas por todo el recinto, por el bulevar Harry Truman. Todas estas esculturas estaban a disposición del público para su contemplación en este paseo, y varias de ellas eran incluso directamente accesibles» (Escultura en el Haití del siglo XX: Exposición del bicentenario de Puerto Príncipe; por Gérald Alexis; Le Nouvelliste; 11 abril 2017).

«Más de tres días después de las lluvias que cayeron sobre la capital, no se ha hecho nada para facilitar la reanudación de las actividades por el bulevar Harry Truman, donde los niños tienen que utilizar esta vía todos los días para ir a la escuela. La calle -en esta zona del corazón de la capital conocida como Bicentenario- es intransitable. La basura y el barro arrastrados por el Bois-de-chêne están por todas partes. En las inmediaciones de lo que fue el emblemático Teatro Nacional, es una mezcla maloliente de agua pestilente. Es imposible cruzar la calle con los pies secos. Siempre es así en la zona después de cada lluvia", se quejan algunos vecinos. Las autoridades son conscientes de la situación, pero no hacen nada al respecto. Las alcantarillas sin limpiar rebosan de agua y basura. Las frecuentes inundaciones de la zona provocan el desbordamiento de las fosas sépticas. El resultado: el hedor y la contaminación reinan. "Tenemos la impresión de que los responsables del Ministerio de Obras Públicas han puesto el Bicentenario en el mapa del olvido", añaden los lavacoches que desde hace tiempo tienen su cuartel general en las aceras.

Después de cada operación de limpieza, bastan unas horas de lluvia para que el canal vuelva a llenarse de sedimentos. Todo un reto para los responsables que no parecen mostrar voluntad de asumirlo. Las previsiones meteorológicas siguen siendo desfavorables. Mientras que las lluvias del pasado fin de semana dejaron más de tres muertos y causaron importantes daños materiales en Puerto Príncipe, las previsiones meteorológicas indican que la lluvia seguirá cayendo sobre el país.» (El bulevar Harry Truman está irreconocible ; por Robenson Geffrard; Le Nouvelliste; 22 septiembre 2009).

Fragmentos de artículos escritos por Gérald Alexis y Robenson Geffrard, traducidos al español por Gilbert Mervilus.