El 25 de enero se cumplieron 75 años de la muerte de Alphonse Capone “Al Capone”, precursor del crimen organizado y el lavado de dinero como lo conocemos hoy.

¿Por qué?

El crimen, es tan antiguo como la humanidad, es algo que traen consigo algunos seres humanos y representa el tipo de acción que quebranta la paz y la seguridad pública dentro de una sociedad organizada, a lo largo de la historia encontramos acontecimientos que de una forma u otra indican su relación con este tipo de acción, no obstante, no es hasta principios del Siglo XX que empieza a escucharse el término de Crimen Organizado.

En el año 1929 el criminólogo de los Estados Unidos de Norteamérica John Landesco publicó un estudio que llamó ¨Organized Crime in Chicago¨, en este se habla de la organización y corrupción que tenía el mafioso Al Capone con las apuestas, la prostitución y la venta de alcohol durante la Ley seca.

Fuente: Al Capone fue el jefe indiscutible de la delincuencia organizada de Chicago; dedicado al contrabando de licor, explotación de la prostitución y el juego ilegal. FOTO ARCHIVO CHICAGO TRIBUNE (The Chicago Tribune 2021)

El Crimen Organizado se define como todas aquellas acciones cometidas por un grupo bien estructurado compuesto por tres o más integrantes que mediante actos delictivos y penados por la Ley obtienen un beneficio material o monetario, podemos decir que esto último es su principal objetivo, su estructura es jerárquica y cuenta con tareas asignadas para cada puesto o cargo.

De acuerdo con el Dr. James O. Finckenauer, solo es crimen organizado si este grupo continúa realizando dichas actividades durante un tiempo determinado, pero si la red no continúa activa después de una actividad delictiva y los miembros no se organizan para continuar cometiendo estas acciones, no es considerado como tal. Este las categoriza por nivel de complejidad, si tiene o no una estructura, si es estable, si sus miembros tienen auto identificación y, por último, si la organización tiene autoridad sobre los demás miembros.

Desde la antigua Mesopotamia, pasando por los filósofos, los griegos y hasta la actualidad, el Estado y las entidades encargadas de la seguridad y el cumplimiento de las leyes se han mantenido en una lucha constante contra este flagelo que se ve exaltado e influenciado por varios factores, como lo son: la prostitución, la trata de blancas y explotación de seres humanos, el asesinato, la mafia en los mercados negros, la falsificación de documentos, la migración ilegal, el crimen marítimo, tráfico de órganos y el tráfico de drogas, siendo éste último el más lucrativo hasta el momento con rentabilidad de más de un 200%, aumentando los índices de violencia lo que repercute directamente al país y a la economía.

Las organizaciones criminales se concentran en hacer dinero, en esencia, son una maquinaria económica que está en constante crecimiento y por lo general, han logrado diversificarse local y transnacionalmente divididos en cuatro categorías: Sociopolíticas, Jurídico-Institucionales, Económicas y Ética-Culturales.

Podemos decir que las características que mejor definen el crimen organizado son la capacidad de emplear la violencia, utilizarla para beneficiar las actividades criminales y en determinadas ocasiones para mantener un monopolio en los mercados de su competencia.

Pero, ¿Por qué prospera el crimen organizado?

Mientras exista una demanda por los factores relacionados a estos crímenes, es innegable que persistirá su oferta, estas organizaciones crecen por quienes desean calmar sus necesidades sin importar los daños colaterales o medios utilizados.

La impunidad constituye una infracción en las obligaciones que tienen los Estados de investigar las violaciones, encontramos individuos que cuentan con relaciones lo suficientemente sólidas en diferentes esferas de la sociedad y los Poderes Públicos del Estado, que logran evitar ser perseguidos por los actos delictivos que han cometido, por ello, Latinoamérica y el Caribe deben ser la epístola clave para luchar en contra de esto, debido a los vicios en las ramas civil, penal y administrativa de nuestro sistema de justicia, esta práctica afecta directamente al conjunto social y pone en entredicho la legitimidad o garantía del Estado en su impartición de justicia.

¿Sabías que el termino lavado de dinero tuvo su origen por el mafioso Al Capone a principios del siglo XX? Este le daba legitimidad al dinero de procedencia ilícita a través de una red de lavanderías.