Cuando en el futuro se analice el reencauzamiento institucional del país en el 2020 es lógico suponer que se resaltará que en ese año el rol determinante para el triunfo electoral de las fuerzas democráticas correspondió al activismo de ciudadanos y organizaciones no partidistas.
Ese fenómeno no fue un hecho inédito. En cada etapa de nuestra historia las jornadas democráticas, no siempre exitosas, se han llevado a cabo con la unión de partidos y ciudadanos independientes.
Estudiando en el extranjero nos sorprendió en el 1966 el triunfo electoral de Balaguer. Siendo muy jóvenes, todavía no habíamos aprendido que no hay muertos políticos, sino políticos muertos. Al regresar al país en 1967, hace 55 años, estábamos prestos a promover el cambio político y no concebíamos que habría un régimen que duraría 12 años.
En 1968 hubo elecciones municipales y Bosch ordenó desde Benidorm la abstención electoral. No solo dejé de votar, sino que confronté la Junta Municipal Electoral devolviendo personalmente la notificación que me nombraba Presidente de una mesa en la Escuela México a cuatro casas de mi residencia. La abstención no tuvo gran eco.
En 1970 viajamos desde la UCMM hasta Punta Caucedo en el Daihatsu de “Cabeco” Houellemont para recibir a Bosch desde su segundo exilio de 4 años en España donde había escrito la “Dictadura con respaldo popular” y “El Pentagonismo sustituto del imperialismo”. La multitud que abarrotaba el aeropuerto recibió con incredulidad y frustración la noticia de que “el profesor” no llegaría esa tarde. Retornamos amargados a Santiago. Bosch arribó al día siguiente después de una programada escala técnica en Curazao donde pernoctó, sin que hubiese una tumultuosa bienvenida que podría salirse de control. De nuevo Bosch llamó a la abstención. Apoyando a Augusto Lora, candidato del Movimiento de Integración Democrática Antirreeleccionista (MIDA) se hubiera dificultado la reelección de Balaguer.
En junio de 1970 viajé a Inglaterra para cursar estudios de Maestría y regresé a finales del 1971. A mediados del 1972 se publicó en el diario “El Sol” un comunicado de profesionales titulado “En nombre de la Vergüenza Nacional y en Defensa de los Derechos del Pueblo Dominicano” que fue encabezado por mi firma.
Para descartar la abstención y apoyar la participación unificada de la oposición en las elecciones de 1974 se constituyó una Comisión Organizadora de un Encuentro de Bosch en Santiago con miembros de la clase profesional a celebrarse el 24 de septiembre de 1972.
En septiembre del 2018 publicamos “El encuentro de Profesionales con Juan Bosch en Santiago” https://acento.com.do/opinion/encuentro-profesionales-profesor-bosch-santiago-8609454.html en que reseñamos que los organizadores fueron el Ing. Rafael Corominas Pepín representante del CODIA , el Dr. Robinson Abreu de la Asociación Médica Dominicana, el Dr. Berto Veloz, de la Asociación de Abogados, el Dr. Salvador Jorge Blanco, único político del grupo y este autor, el bisoño del grupo, con 28 años de edad, profesor de la UCMM.
De los promotores de esa democratizadora iniciativa ciudadana solo hemos sobrevivido el reputado pediatra especializado en el extranjero Dr. Robinson Abreu y quien esto escribe. Ya transcurrido medio siglo debo rendir culto a la memoria de esos insignes compañeros ya fallecidos quienes, con una única y honrosa excepción, fuimos ciudadanos sin partido que tomamos partido a favor de la democracia en unos “Tiempos Recios”, tal como tituló Vargas Llosa uno de sus libros.
Dos diputados gobiernistas de Santiago nos acusaron de planear el magnicidio de Balaguer, conspirando junto a terratenientes opuestos a las “Leyes Agrarias”. Nada nos amedrentó. Aún en medio de la represión se percibía que el encuentro sería exitoso por el número y calidad de los participantes. Para rematar, el gobierno impidió el Encuentro presionando a los dueños del local en que nos reuniríamos para que indicaran que el alquiler del recinto no era “para actos políticos”.
En “El Pueblo Cuestiona”, el programa televisivo de mayor penetración, Bosch dijo sobre la cancelación del Encuentro: “Fue un éxito porque el país vio que el gobierno temía a ese acto”. Agregó que él “no sería candidato para enfrentar a Balaguer”. “El miedo del Boschismo, del comunismo, nunca volverá a ser usado por Balaguer para explotarlo y lograr mantenerse en el poder”. Fue la primera vez que proclamó que “… la Tesis de la Dictadura con Respaldo Popular fue concebida para aplicarse desde el poder, no como instrumento para lograr el poder”. Interpretando los signos de los tiempos, percibíamos que no había espacio para el radicalismo.
El frustrado Encuentro sirvió como uno de los pilares para intentar crear un frente opositor para las elecciones de mayo de 1974, pero la inmolación de Caamaño en Caracoles, en febrero del 1973, creó una disrupción del sistema político y retrasó la creación del frente de resistencia democrática ante lo que fue el régimen de doce años.
El 26 de septiembre de 1973, un año después del planeado Encuentro de Santiago, Bosch puso en circulación el “Programa de Gobierno de la Dignidad Nacional” en un acto celebrado en la Casa Nacional del PRD al cual asistí, siendo apartidista, como uno de los invitados especiales y que fue presidido por los máximos dirigentes de organizaciones de todo el espectro político nacional.
En octubre el Bloque de la Dignidad Nacional llegó a su cenit con un multitudinario mitin en Santiago, quedó maltrecho con la inesperada fundación del PLD y desapareció en marzo del 1974, a pocas semanas de las elecciones, cuando Bosch, iracundo, se marchó de un mitin sin pronunciar su discurso de clausura, argumentando que un dirigente de izquierda habló más tiempo que el programado. Los que coordinamos el Encuentro del 1972 dejamos de estar vinculados con Bosch y su nuevo partido.
Testimoniamos nuestra inquebrantable amistad a través de los tiempos con Rafael Corominas Pepín, Berto Veloz y Salvador Jorge Blanco, ya fallecidos, y con el siempre luchador por la democracia Robinson Abreu.