En un hecho sin precedentes, se promulgó la ley que permite iniciar un proceso de demandas sin importar el tiempo que los crímenes hayan ocurrido. Se esperan muchos cambios en torno a la nueva ley que entró en vigor el primero de octubre del año en curso, y que será útil sobre todo para investigar y castigar el abuso sexual por sacerdotes y otros miembros de la iglesia católica en Baltimore.
La pieza legislativa, aprobada por la Asamblea General de Maryland en el mes de abril, viene a reforzar- si se quiere- una especie de movimiento universal, que ha impulsado a cientos de miles de familias e instituciones a demandar a organizaciones católicas y que reclaman ser resarcidos económicamente por los daños y abusos sexuales cometido por religiosos.
En el caso de Maryland, fue debido al esfuerzo conjunto de legisladores estatales, el informe del fiscal general Anthony Brown y organizaciones de apoyo a sobrevivientes; se elaboró una extensa recopilación de documentos que recogía cientos de testimonios, sobre diversos sucesos acontecidos en la arquidiócesis de Baltimore. Plantea que “desde el 1940 en Baltimore, la iglesia católica cometió cientos de abusos y otro tipo de crímenes”.
Esta ley elimina la prescripción, que no es más que el tiempo que limita “estatus of limitation” para que se interponga una acción ante los tribunales, a favor de personas perjudicadas. En Maryland se extinguía la acción después de cumplir los 38 años.
Como tal, este instrumento legislativo viene a darle un alivio a todas las victimas que por años se han encontrado en el anonimato como consecuencia de los traumas, de la la vergüenza que provoca el estigma social de haber sido abusado sexualmente, y en conjunto a las secuelas psicológicas a largo plazo experimentadas por las víctimas. Independientemente de la compensación económica que las iglesias puedan ofrecer, hay daños que no se sanan.
Días antes de promulgarse la ley, la Arquidiócesis de Baltimore se declaró en bancarrota, ante el gran cúmulo de procesos legales en su contra y los que surgirán luego de la promulgación de la pieza. Su principal incumbente, el arzobispo William Lori habló de compensar a las víctimas por los supuestos abusos.
Leyes como esta marcan un hito en materia jurídica no solo porque buscar resarcir a las víctimas, también por la motivación de los legisladores estatales de producir cambios que puedan influir a nivel federal en materia de protección a víctimas y sobrevivientes.
La promulgación de la ley no impedirá que los abusos sexuales se sigan cometiendo, pero al menos establece un sistema de consecuencias.