1.- Lo que el medio dominicano deja ver, a los que aquí habitamos, no requiere un examen profundo, porque se advierte a simple vista, sin el mayor esfuerzo.
2.- La mayoría de la población dominicana, es la más llamada a tener un cabal conocimiento de la realidad, de lo positivo y negativo que nos rodea.
3.- El pueblo tiene todas las posibilidades para tomar en consideración las condiciones de vida que ofrece el régimen social que sirve de guía y condiciona a los miembros de la comunidad.
4.- La mujer o el hombre dominicano, ¿qué recibe como contribución para su pleno desarrollo en lo material y espiritual, bajo el actual régimen económico y social?
5.- El ser humano para tener una vida digna precisa disponer de lo indispensable, con lo que no cuenta la mayoría de la población dominicana.
6.- Nuestro pueblo está viviendo en condición de pobreza, y en un medio dominado por violencia, criminalidad, drogadicción, narcotráfico y corrupción generalizada en el sector público y privado.
7.- El accionar político está centralizado en partidos que, en su generalidad, responden al statu quo, que genera una profunda desigualdad de oportunidades.
8.- En su conjunto, la sociedad dominicana está degradada en lo ético y moral, deterioro que se manifiesta desde la familia, hasta el Estado, con sus órganos e instituciones.
9.- En ese angustiante cuadro social, político e institucional, es que en el país se organizan los procesos electorales e invitan a las ciudadanas y a los ciudadanos a ejercer su derecho al voto, en las condiciones más variadas de artimañas y argucias politiqueras.
10.- Partidos políticos utilizados como negocio, atraen a posibles votantes por medio de prebendas y pago como precio del ejercicio al sufragio.
11.- La sociedad dominicana donde estamos viviendo hoy, está en situación humillante e ignominiosa, deshonrosa, afrentosa, en fin, nos encontramos metidos en un fango.
12.- En ese ambiente envilecedor, no es nada raro que ante el llamado a votar, la ciudadana y el ciudadano decidan abstenerse, ya cansados de tanta desvergüenza, vagabundería y desfachatez politiquera.
13.- La correcta y decente decisión de millones de ciudadanas y ciudadanos abstenerse de votar, el pasado 19 de mayo, es la respuesta a un régimen económico que condena a la mayoría del pueblo a la pobreza.
14.- La renuncia de una gran cantidad de dominicanas y dominicanos a sufragar, es la respuesta de un pueblo hastiado de miseria, criminalidad, narcotráfico, politiquería y otras manchas que nos dañan como país.
15.- No hay que buscarle la quinta pata al gato para explicar la reciente y reiterada abstención. Hay que examinar el sistema social y todas sus lacras, desde la desigualdad, hasta la podredumbre de la sociedad.