[Proyecto por la memoria histórica Raúl Pérez Peña (Bacho), auspiciado por sus hijos Juan Miguel, Amaury y Amín Pérez Vargas]

(Artículo originalmente publicado en el Listín Diario, el 24 de abril de 2003)

El siguiente escrito de Raúl Pérez Peña (Bacho) plasma el significado histórico del 24 de abril en la lucha por la soberanía nacional y popular en República Dominicana. Publicado en 2003, este texto recalca además la necesidad de una pedagogía política que ilumine y encamine a las nuevas generaciones a la resistencia popular ante los poderes locales e imperiales que han malogrado la justicia social en el país.

24 de abril. Hasta ahí pudiera ser todo este artículo. Citar el 24 de abril equivale a un mensaje implícito de una efeméride explícita, reveladora del más trascendente acontecimiento masivo que registra la historia dominicana del siglo XX.

24 de abril: la marca de un antes y después en la historia dominicana. Un hito del pasado reciente sobre el que deben abrirse, de par en par, las aulas para que llegue al estudiantado en todos sus niveles la explicación más amplia de los hechos y sus raíces.

24 de abril. La historia. Una expresión de la dignidad que cubre a los dominicanos en su larga trayectoria de capítulos heroicos en el enfrentamiento de la opresión perpetrada por fuerzas retrógradas del país y extranjeras.

No puede desligarse esta efeméride patria del recio forcejeo que le precedió desde el golpe de Estado al gobierno de Juan Bosch, en septiembre de 1963.

Aunque ahora algunos sectores de la “sociedad civil” temen abordar el tema en debates públicos, se recuerda que ese golpe a Bosch malogró la Constitución democrática vigente entonces, provocando como respuesta la insurrección de noviembre del mismo año del Movimiento Revolucionario 14 de Junio, encabezada por el héroe nacional Manolo Tavárez, en seis regiones montañosas del país.

Hay que “abril” la historia en esa etapa, que identifica a los sectores que promueven las conquistas democráticas y a los grupos sociales que actúan como retranca.

Igual sucede con los acontecimientos inmediatos al 24 y 28 de abril, con la ominosa intervención de las tropas norteamericanas que desembarcaron con el manto de la grosera mentira de venir “a salvar vidas” de ciudadanos norteamericanos residentes aquí.

“Abril” la historia del 24 y del 28 de abril, para que las nuevas generaciones aprendan cómo las tropas invasoras utilizaron el disfraz de “Fuerza Interamericana de Paz, FIP”, recurso “multilateral” con el que se pretende involucrar ahora a República Dominicana para que legitime la intervención “aliada” en Irak[1].

“Abril” la historia de abril, para que la juventud comprenda cómo las botas y las bayonetas montaron un gobierno servil en 1966, expresión de la zapata instauradora de la corrupcracia que durante casi 4 décadas ha atado y ordeñado a la República Dominicana.

[1] En aquel entonces, en un acto de subordinación vergonzoso e inconstitucional contra la autodeterminación de los pueblos, el gobierno de Hipólito Mejía se sumó a la guerra imperial liderada por Estados Unidos contra Irak. Se estima a más de 400 los soldados dominicanos que combatieron en la guerra de Irak entre 2003-2004 [N.d.e].