Abel Martínez Durán, el flamante candidato presidencial del PLD, anunció la solución definitiva al problema del hambre en el país. Se propone, tan pronto asuma el poder, sembrar más de cien millones de tareas de tierra.
Óigase bien ¡Más de 100 millones de tareas de tierra!
La parte dominicana de la isla tiene 48,670k2; el lado haitiano, 27,750k2, entre los dos suman 76,420k2. Pero las tareas de tierra se miden en metros cuadrados. Una tarea de tierra, por ejemplo, tiene 628.86 m2.
Para pasar de metros cuadrados a kilómetros cuadrados hay que multiplicar los 628.86 m2 por 100 millones. Luego el resultado de esa multiplicación se divide entre un millón, que es igual a 62,886k2.
Lo anterior indica que 100 millones de tareas de tierra equivalen a 62,886k2. Por eso se hace necesario decir que el candidato del PLD se propone invadir a Haití. Porque si no, ¿a dónde va a buscar la tierra que falta?
Réstele a los 62,886k2 lo que mide la isla, es decir 76,420k2, sólo le quedarían 13,534k2 para vivir. Y, por favor, entiéndase que no toda la tierra es cultivable.
¿Será que Abel se propone hacerle a la isla entera un segundo piso? Jesussantísimo.
¿O será que el candidato morado creará fuentes que dará trabajo a los haitianos que están dispuestos a venir a sembrar la tierra? Eso suena raro si se sabe de sobra que la principal característica de Abel consiste en ser un anti haitiano rabioso.
Parece —de ser así— que los dominicanos y los haitianos tendrán que conformarse con vivir apiñados en barracones para darle paso a los propósitos del niño lindo ahora devenido en penquito.
Según datos de la FAO cuando más tierra se cultivó en el país fue en el periodo de 1978 hasta 1986. La siembra sobrepasó el millón de hectáreas de tierra por año. Pero en el intervalo entre 1987 hasta el 2018 los sembradíos no alcanzaron el millón de hectáreas.
Vale aclarar que una hectárea equivale a un aproximado de dieciséis tareas. Pero Abel Martínez sembrará 100 millones de tareas. Él estableció el récord de creatividad en cálculos aritméticos, matemáticos y demográficos al hacer los cruces para la producción agrícola.
El contexto
El Partido de la Liberación Dominicana celebró una marcha-caravana el domingo recién pasado en el Cibao. El punto de partida fue la avenida 27 de Febrero en Santiago de los Caballeros, siguió hacia el municipio de Tamboril, y de ahí a la provincias Espaillat.
Luego enfilaron hacia las provincias Hermanas Mirabal, Duarte y La Vega, donde concluyó el recorrido con una parada en la tumba del profesor Juan Bosch.
Allí se plantó Abel y pronunció su discurso. En la matraca quiso descartar el acuerdo firmado por el Presidente Luis Abinader con el gobierno de Guyana. Dijo que Abinader es un mandatario “Que se va a alquilar, a financiar tierras en Guyana, para no invertir en el campo dominicano”.
Pero nosotros, es decir él, por el contrario “vamos a preparar desde República Dominicana, a partir del 2024, más de cien millones de tareas de tierra, para que el dominicano pueda cultivar y los productos puedan llegar a la mesa del dominicano a buen precio”.
Algunos peledeistas aseguran que, cuando Abel tronó frente a la tumba de Juan Bosch con los 100 millones, hasta La Mañosa brincó. Porque los muertos aguantan todo, hasta un muerto egregio como Bosch.
En la calle el cuchicheo no para de salpimentar el asunto. Comentan que Danilo Medina, presidente del PLD, presente en la actividad, cuando oyó ese tremendo disparate, retorció el hocico para uno y otro lado. Y, dizque, entre dientes dijo:
—Por eso fue que Caín lo partió con la quijá de burro.
La gente, diantre, hace cualquier cosa para gozarse esos deslices políticos que dañan la reputación del más pintao.