A veces uno piensa que vive en un mundo del absurdo por las situaciones que se dan en este país. En lo que podríamos llamar el más claro ejercicio de oportunismo político Abel Martínez Durán el potencial candidato presidencial del Partido de la Libración Dominicana (PLD) ha desdicho su discurso político. Abel ha venido enarbolando un discurso contrario a la inmigración haitiana indocumentada desde hace tiempo. Lo podemos rastrear hasta los días en que era presidente de la Cámara de Diputados con su astuta propuesta de la Constitución Infantil. Lo que coronó con su ataque frontal a los indocumentados haitianos desde que se colocó en 2016 al frente de la alcaldía de Santiago.
Esa actuación de Abel Martínez hasta cierto punto fue entendible de cara a gobiernos dominicanos que habían sido irresponsables frente a una inmigración descontrolada de haitianos hacia República Dominicana, como los gobiernos del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) o los gobiernos del propio partido de Abel el PLD, lo que le llevó a conectar con la ansiedad colectiva al asumir un tema tan delicado como la inmigración indocumentada haitiana y que ha estado generando graves daños en las dimensiones en que está afectando a la sociedad dominicana.
La cuestión es que ahora como resultado de las fuertes presiones políticas y diplomáticas que el gobierno estadounidense ha estado sometiendo a la República Dominicana para que se convierta en la solución al problema haitiano, como un tercer país seguro, para que nuestro país sea el espacio de solución a la terrible crisis económica, política y social que amenaza con desintegrar al Estado haitiano, se ha producido un intercambio retorico entre los gobiernos de ambos Estados por las desavenencias generadas.
Es en este contexto en que Abel Martínez Durán en medio de una juramentación de nuevos integrantes del PLD, en San Juan de la Maguana, en un ejercicio de oportunismo político, al más puro estilo de los sofistas que en la historia antigua por allá por el siglo V ante de Cristo llegaron a Atenas para colmar sus ambiciones lucrativas o como en el renacimiento, en el siglo XV de nuestra era, Nicolas Maquiavelo para quien el hombre era malo por naturaleza, potenció el uso de medios inmorales para fines políticos en su famosa obra “El Príncipe” dejando sentada la premisa que el fin justifica los medios; desligando con ello la ética de la política.
Pues allí, Abel Martínez Durán realizó unas declaraciones políticas con la pretensión de enmendar la plana al gobierno dominicano frente al gobierno estadounidense que no dejan la más mínima dudas de que fueron unas declaraciones políticas en la búsqueda de un posicionamiento oportunista.
El asunto es que cuando Abel Martínez Durán por politiquerías, tan solo para ponerse en contra del presidente Luis Abinader, declara que el gobierno dominicano le ha dado un boche al gobierno estadounidense, hace un ejercicio de prosternación, de una subordinación innecesaria para en su relato parecer gracioso al gobierno de los Estados Unidos, algo que raya en lo absurdo por no llamarlo ridículo. Parece olvidar Abel Martínez la historia de su propio partido. Parece olvidar que el gobierno de Estados Unidos derrocó a los siete meses al gobierno del fundador de su propio partido. Pero, además, el gobierno de aquel país, el gobierno estadounidense, fue que propició la Operación “Power Pack”, la segunda ocupación estadounidense de la República Dominicana en 1965 para proteger a los usurpadores, a los gorilas, a los trogloditas que sacaron del poder al profesor Juan Bosch.
Sin embargo, es oportuno que esto ocurra ahora, pues nos permite ver la personalidad del virtual candidato presidencial del PLD quien reivindicó supuestos favores económicos del gobierno de Estados Unidos, lo que es un error de Abel, porque entre otras cosas, las remesas o los beneficios del comercio exterior, se dan en el marco de una relación comercial de conveniencia para ambos Estados. Una relación comercial que mantiene cierta asimetría favorable a los Estados Unidos, por ejemplo. Cobrando mayor relevancia las sugerencias que le hicimos hace un mes, en nuestro canal de YouTube Alfredo en Directo, de que se recogiera por unas cuantas semanas, a prepararse en temas como economía política, derechos civiles y políticos, derechos económicos, sociales y culturales, entre otros temas que deberá abordar en una candidatura presidencial y que el electorado espera que domine.
Por todo esto, en su respuesta a lo que él llamó el boche de Luis Abinader al gobierno estadounidense, Abel Martínez Durán se colocó de espaldas a la historia, desconociendo la historia de lucha de nuestro país y la de su propio partido, lo que fue una desvergüenza y un desatino muy grande y se convirtió en un ejercicio de adulación, lisonja y servilismo innecesario para intentar congraciarse con el gobierno de Estados Unidos contrariando al presidente Luis Abinader.
Abel Martínez Durán con esas desafortunadas declaraciones despreció la soberanía nacional, la dignidad política del pueblo dominicano y la historia de lucha por la dignidad política y la soberanía nacional de su propio partido que demostró no conocer. Pero, sobre todo, se pone de espaldas a la coherencia política, a lo que había sido su discurso político hasta ahora y por eso, en lo que podría catalogarse como una de sus principales intervenciones a nivel de candidato presidencial, dejó ver su superficialidad y poco dominio de los principales temas nacionales y que probablemente no llegará muy lejos en la contienda por la Presidencia de la República que tiene como fecha de desenlace el año 2024.