Septiembre se va. Este mes de septiembre de 2023 se marcha con un increíble conjunto de complicaciones. Los dos países que comparten nuestra isla se encuentran hechizados por un nuevo conflicto que nos ha permitido descubrir las fragilidades de nuestros respectivos entornos. Se va septiembre y el deber me invita a saludar a mis vecinos; sincera y honestamente. Siempre lo he hecho así; mucho antes de mi residencia en la embajada dominicana en Pétion-Ville a finales de los años 90. Faltan pocas horas y fue uno de los meses más crueles de la sangrienta crisis haitiana, con crímenes indescriptibles cometidos en un elogio permanente a la barbarie.
Hace unos días de este triste mes de septiembre de 2023, todos vimos un video que pretendía comentar el incendio de la embajada dominicana, en la calle Panamericana de Pétion-Ville. Afortunadamente, el análisis cuidadoso de las imágenes demostró que se trataba de “noticias falsas”. Septiembre de 2023 acaba de enseñarnos que varios países del mundo están cada vez más interesados en el destino de Haití. Estos países -muchos tan lejos de nuestra isla- analizan actualmente cómo cerrar los grifos de sangre abiertos en varios lugares del territorio haitiano. Este complejo mes de septiembre me enseñó, con todos los desafíos y tantas sorpresas desagradables que se multiplican en este siglo XXI, las Convenciones de Viena (1961) tienen poquísimos impactos en las relaciones diplomáticas entre dos países como la República Dominicana y Haití.
Hay que inventar la diplomacia fronteriza en esta parte del Caribe y es urgente que evitemos otras insensateces. Haití está atrapado en las nuevas realidades neoliberales y no saldrá de ellas el mes que viene. Lo peor, Haití parece cada vez más, muy lejos de sus vecinos caribeños.