En el escenario político de nuestro país, a veces la historia parece repetirse de manera sorprendente. El 2 de junio pasado se cumplieron 27 años de la formación del Frente Patriótico, un acuerdo político que marcó un hito en la política dominicana. Hoy en día nos encontramos con la sombra de este pacto en las acciones de dos figuras prominentes de aquella ignominia: Leonel Fernández y Danilo Medina. Nuevamente, la reedición del acuerdo parece enfocarse en los mismos objetivos, ya que en el fondo se plantea el intercambio de votos por impunidad.
El Frente Patriótico y su historia
El Frente Patriótico se estableció en un momento crucial para la República Dominicana. Su formación reunió a dos figuras políticas antagónicas: Juan Bosch y Joaquín Balaguer. Este pacto se tradujo en el abandono del proyecto Boschista para el pueblo dominicano y la renovación de las viejas prácticas políticas Balagueristas. Sin lugar a duda, entre los beneficiarios de aquel atropello a la memoria de los héroes y mártires del pasado reciente dominicano resaltan dos nombres de la politiquería criolla: Leonel Fernández y Danilo Medina. Ambos ejercieron el poder manteniendo un sistema de corrupción e impunidad en donde radican las principales causas de los males que afectan nuestra sociedad. En ese sentido, el nuevo pacto suscrito y anunciado esta semana por otro personaje que es emblema de la concepción que asume la “política como negocio” nos indica claramente que se ha reeditado el acuerdo del Frente Patriótico, ahora bajo la mal llamada consigna de rescate RD.
Un “Deja Vu”
Tal como sucedió en los 16 años de gobierno morado, lo que persigue este acuerdo es la manipulación política y judicial para favorecer a determinados sectores a cambio de apoyo político. Es evidente que la justicia en el PLD brilló por su ausencia por más que las denuncias y escándalos de corrupción fueron evidentes para la sociedad dominicana. A sabiendas de que ambos tienen abiertos y tapados expedientes (Pulpo, Tucanos y un reguero de etcéteras) y funcionarios atrapados en las mallas judiciales, no sería de sorprendernos que el acuerdo tácito entre Fernández y Medina sea para asegurar su influencia política a expensas de la justicia y la transparencia. Esta realidad representa un desafío importante para la democracia dominicana, la independencia de poderes y la lucha contra la corrupción, valores que movilizaron al pueblo dominicano en años recientes (Ej. Cadenas humanas contra OISOE, Marcha Verde y Plaza de la Bandera). Por tal motivo, la reedición de un acuerdo que intercambia votos por impunidad pone en riesgo estos principios.
A 27 años del Frente Patriótico, el panorama político dominicano parece así estar resonando con ecos del pasado. La historia nos recuerda la importancia de aprender de nuestros errores y de no permitir que los acuerdos políticos debiliten la integridad de nuestras instituciones. Frenar las aspiraciones que constituyen este nuevo intercambio de votos por impunidad, es responsabilidad de la ciudadanía, la cual debe mantenerse vigilante para que podamos construir una sociedad mejor.