Lamentablemente, muchos grupos y hasta profesionales bien formados justifican su sistema de pensión simplemente criticando el sistema contrario, tratando en vano de ocultar las falencias y los déficits de suyo.

El fanatismo, de lado y lado, impide reconocer que ninguno de los sistemas fue diseñado para enfrentar los grandes retos del crecimiento de la esperanza de vida y de los cambios en el mercado laboral.

Ante la crisis e infuncionalidad de ambos sistemas, se formulan propuestas sin necesariamente aportar cálculos actuariales que demuestren su viabilidad y sostenibilidad.  Y lo que es peor, se plantean con una carga política e ideológica que no deja espacio para un análisis y debate sosegado.

Mientras tanto, las crisis de infuncionalidad continúan su agitado curso, y sobre miles de millones de pensionados y jubilados en el mundo se cierne una creciente incertidumbre sobre su futuro. La Fundación Seguridad Social Para Todos (FSSPT) insiste en la urgencia de un abordaje serio y constructivo para garantizar pensiones dignas y sostenibles para todos.  A continuación, exponemos 8 premisas básicas.

  1. Ya no es posible asegurar una vejez digna con pequeños aportes. Los años de vida de los pensionados aumentan constantemente, elevando el costo de una vejez digna y de los tratamientos médicos. A pesar de que vez los pensionados requieren de más recursos para vivir con dignidad, muchos sindicatos y políticos se oponen a elevar los aportes y la edad de retiro, cargando al Estado con crecientes subsidios. 
  1. Ningún sistema previsional será sostenible sin capitalizar el ahorro. Dado que se trata de un seguro de largo plazo, el ahorro, la inversión y la acumulación progresiva constituyen la forma más viable de financiarlo. La capitalización del ahorro previsional a largo plazo, reduce hasta a una cuarta parte el aporte de los trabajadores, sin subsidios y sin endeudar a las presentes y a las futuras generaciones. 
  1. La falta de sostenibilidad reduce el nivel de vida de los pensionados. Más tarde o más temprano, cualquier sistema de pensión deficitario obliga a apretarse los cinturones, reduciendo los gastos, mediante recortes necesarios pero indeseados en las pensiones, tendencia que se acentúa con la longevidad y el desempleo tecnológico. 
  1. Todos los trabajadores autónomos tienen derecho a una vejez digna. El carácter universal de los sistemas de seguridad social obliga a garantizar pensiones suficientes a los trabajadores independientes lo cual, independientemente del monto y de la modalidad, implica un costo fiscal mayor y recurrente.
  1. La lucha contra la pobreza implica otorgar pensiones solidarias. De igual forma, la preservación de la gobernanza, obliga a los Estados a destinar crecientes recursos para subsidiar pensiones básicas no contributivas, a los mayores de 60 años de las familias más pobres y vulnerables, como parte de la lucha contra la pobreza e indigencia. 
  1. Toda propuesta previsional debe sustentarse en cálculos actuariales. Las propuestas demagógicas y populistas incluyen pensiones que generan un gran desequilibrio entre la necesidad y la posibilidad, generalmente desprovistas de la cuantificación de sus costos a largo plazo y de la identificación del financiamiento necesario para sustentarlas.
  1. En materia previsional, es imprescindible el enfoque de largo plazo. Muy a pesar del inmediatismo propio de nuestra cultura, las políticas y propuestas para los planes de retiro, deben ser pensadas y formuladas garantizando su viabilidad actual, pero al mismo tiempo, su sostenibilidad a largo plazo.
  1. Hay que evitar la contaminación ideológica de los debates. La tendencia a politizar el tema previsional, en nada ayuda a formular y sustentar nuevas propuestas viables y sostenibles, a favor de los actuales y futuros pensionados y jubilados. La ideologización de las críticas y el fanatismo de los debates impiden el conocimiento real de los problemas y bloquean las soluciones más viables y sostenibles. 

Nuestra Fundación hace un nuevo llamado a las autoridades nacionales, sectoriales, a los gremios y a la opinión pública a priorizar la reforma del sistema de pensión. Ante los estudios ponderados que pronostican una bajísima tasa de reemplazo, constituye una responsabilidad colectiva evitar el retardado de las reformas necesarias para garantizar pensiones dignas y sostenibles para todos.