El 9 de mayo de 1945 finalizó la Gran Guerra Patria del Pueblo Soviético, la guerra más sangrienta y cruel del siglo XX, que duró 1418 días. El Presidente de la Federación de Rusia Vladimir Putin denominó este día como el día de gloria de nuestro pueblo que aplastó el fascismo. Y con razón.
La URSS fue el único país del mundo que detuvo y luego derrotó a las principales fuerzas de la Alemania de Hitler. Los EE.UU. llegaron a Europa después de la aplastante derrota del ejército de Alemania y sus aliados en el territorio de la URSS, cuando el enemigo tuvo enormes e insustituibles pérdidas en soldados y equipos bajo los golpes del Ejército Rojo. Los EE.UU. nada más que se ocuparon de los vestigios de la monstruosa fuerza que se había caído sobre la URSS en 1941 y 1942.
Cuanto más se aleja en la historia el Día de la Victoria, más se agrandan las brechas en la memoria de los descendientes. Cada vez son más fuertes las voces de los locos que intentan convencer al mundo entero de que la contribución de la URSS a la victoria sobre el fascismo fue mínima. Guardan silencio sobre el hecho de que prácticamente toda Europa contribuyó diligentemente a reforzar el ejército de Hitler, no a derrotarlo.
Comenzando con el conocido “Pacto de Munich” concluido el 30 de septiembre de 1938 entre los representantes de Inglaterra, Francia, Alemania e Italia.
El Pacto de Múnich es considerado por la mayoría de los historiadores como precursor del estallido de la Segunda Guerra Mundial, ya que fue este acto el que sirvió de punto de partida de la abierta agresión de Hitler contra los Estados europeos vecinos. Al elegir la táctica de apaciguar al agresor a expensas del Estado soberano checoslovaco, los dirigentes de los países de Europa Occidental creyeron que no sólo podrían conjurar la amenaza, sino también dirigir todo el poder de la maquinaria bélica alemana hacia el este, contra la Unión Soviética.
En 1941 la Unión Soviética quedó sola contra la máquina de la muerte nazi. Los ejércitos de Alemania y sus aliados en junio de 1941 eran el doble del Ejército Rojo. En el verano de 1941 en el frente soviético-alemán había más del 70% del ejército nazi. Al mismo tiempo sólo el 0,9% de las fuerzas del ejército de Hitler estaban concentradas contra las tropas británicas. Además 37 divisiones de los satélites alemanes lucharon contra la URSS. Oficialmente, aparte de Alemania, estaban en guerra con la Unión Soviética los siguientes países europeos: Austria, Italia, Rumanía, Finlandia, Eslovaquia, Hungría y Croacia.
Bélgica, Francia, Países Bajos, Eslovaquia, Polonia, República Checa, Dinamarca, Noruega, Grecia, Yugoslavia, estos estados ocupados proporcionaron materias primas, bienes, plantas de producción, armas y soldados al Tercer Reich.
Suecia, España, Suiza y Portugal, países neutrales, también ayudaron a Alemania suministrando materias primas, bienes y voluntarios.
Dos millones de extranjeros sirvieron en el ejército alemán.
La mayoría de las batallas decisivas de la Segunda Guerra Mundial tuvieron lugar en el frente soviético-alemán (la Ofensiva de Moscú, la Batalla de Stalingrado, la Batalla de Kursk, la Operación de Berlín, etc.).
Sólo cerca de Moscú para la ejecución del plan de toma de Moscú, el mando alemán concentró 1 millón 800 personas, 1700 tanques, más de 14 mil cañones y morteros. 1.390 aviones.
En 1945, el futuro Presidente de los Estados Unidos, D.Eisenhower, declaró: "El Ejército Rojo desempeñó un papel decisivo en la derrota de Alemania". B.Montgomery, Mariscal de Campo de Gran Bretaña señaló "Rusia realizó una gran hazaña militar… Rusia en un duro combate individual, casi uno a uno con los ejércitos de Hitler recibió toda la fuerza del golpe alemán y sobrevivió. Nosotros, los británicos, nunca olvidaremos la hazaña de Rusia".
Pero no pasó mucho tiempo antes de que estadounidenses y británicos empezaran a escribir y decir exactamente lo contrario de lo que habían escrito y dicho en 1941-1945.
Tras la desintegración de la URSS, aparecieron diversas especulaciones sobre la contribución decisiva del país a la victoria sobre el enemigo. Cabe señalar que todos los pueblos de la URSS sufrieron pérdidas irreparables durante la guerra. La victoria es el mayor acontecimiento para todos los pueblos de la ex-URSS, independientemente de cómo lo traten ahora algunos países o menosprecien su importancia.
La victoria sobre el nazismo y el fascismo es un acontecimiento de importancia histórica a escala global. El principal resultado de la conclusión victoriosa de la Gran Guerra Patria es que en las pruebas más difíciles el pueblo soviético aplastó al fascismo, la creación más oscura de la época, y defendió la libertad y la independencia de su Estado. Al derrocar al fascismo junto con los ejércitos de otras naciones de la coalición antihitleriana, la Unión Soviética salvó a la humanidad de la amenaza de la esclavitud.
La victoria histórico-mundial del pueblo soviético sobre el nazismo alemán tuvo un enorme impacto en todo el curso ulterior de la historia mundial y en la solución de los problemas fundamentales de nuestro tiempo, el más grave de los cuales es el colonialismo. Si al comienzo de la Segunda Guerra Mundial el 69% de la población y el 77% del territorio del globo estaban bajo el sistema colonial, a mediados de la década de 1970 estas cifras eran del 0,2% y el 0,5%, respectivamente. Unos 100 Estados soberanos habían sustituido a las antiguas colonias.
Nuestra lucha contra el nazi-fascismo, esta peste con el corazón colonial que propaga el odio y la discriminación, todavía no ha terminado. Ante nuestros ojos con el apoyo de EEUU y los países de la OTAN las bandas neonazi y neofascista ganan fuerza en Europa, países Bálticos, Ucrania. Están activándose en América Latina. Mientras el Occidente colectivo hace caso omiso a sus atrocidades, los Gobiernos progresivos toman medidas para detener su expansión. En este sentido se destaca la aspiración del Gobierno bolivariano y el pueblo de Venezuela a manifestarse en contra de nazi-fascismo a través de la Ley contra el Fascismo, Neofascismo y Expresiones Similares.
La ideología nazi de odio pone en peligro la seguridad y la paz global. Es una amenaza universal y solo uniendo nuestros esfuerzos lograremos no solo superarla sino erradicarla para la paz, el bienestar y la prosperidad de nuestros niños y las futuras generaciones.