El Banco Central de la República Dominicana fue creado el 9 de octubre de 1947, de conformidad con la Ley Orgánica No.1529, instituyéndose como una entidad descentralizada y autónoma. En la actualidad se rige por la Ley Monetaria y Financiera 183-02, aprobada en el 21 de diciembre del 2002.

Durante sus 75 años de existencias esta institución pasó por momentos difíciles, comenzando por la dictadura de Trujillo hasta mediados del 1961, que no respetaba la independencia de nadie.

A finales del 1962, se intentó reestablecer la democracia en unas elecciones libres donde fue elegido el presidente Juan Bosch. 7 meses después (septiembre del 1963) Bosch fue derrocado y se estableció otra dictadura impuesta por los militares trujillistas que todavía dominaban las fuerzas armadas y una oligarquía retrógrada.

En abril de 1965 se inicia la revolución para derrocar el triunvirato terminando con la intervención militar Norteamérica y unas elecciones amañadas en el 1966 para llevar al poder a Joaquín Balaguer, otro remanente del trujillismo.

A partir de esa fecha se han celebrado 16 elecciones presidenciales, muchas de ellas fraudulentas, especialmente durante el periodo balagueristas y otras muy incidentadas, como la del 1994, cuando le robaron la Presidencia de la República al Dr. José Francisco Peña Gómez para dársela nuevamente a Balaguer.

Pero durante todos esos años el Banco Central fue forjándose como una institución de fuerte influencia en la economía, logrando cierta independencia del poder político y manteniendo la estabilidad macroeconómica a pesar de las recurrentes crisis políticas.

También en ese periodo el Banco Central jugó un papel de primer orden en muchas crisis financieras, apoyado con frecuencia por el FMI y el Banco Mundial.

En el 1974, los aumentos del petróleo desestabilizaron a muchas economías generando una espiral inflacionaria que fue controlada con medidas monetarias. Otra crisis interna muy profunda ocurrió en el 1986, causando muertes y ajustes fuertes en la economía con la intervención del FMI, donde el Banco Central estuve en la primera línea de fuego.

También en el 1994 el “Efecto Tequila” que se inició en México, se expandió a gran parte del mundo generando una contracción en la economía mundial que obligó a los bancos centrales a tomar decisiones monetarias importantes para reponer los daños y reactivar el crecimiento.

La quiebra de 3 bancos dominicanos en el 2003 fue catastrófica y requirió la intervención del FMI, el BM y el BID para que el Banco Central pudiera superarla y fortalecer el sistema financiero dominicano. A pesar de los graves efectos de esa crisis, dos años después la economía comenzó a recuperarse con varias medidas de política monetaria y la reglamentación y capitalización del sistema financiero dominicano, hoy uno de los más sólidos del continente.

En el 2008-2009, la crisis financiera o llamada crisis de las hipotecas subprime, fue la más grande de la historia desde la segunda guerra mundial hundiendo a todas las economías del globo. Los bancos centrales tuvieron que intervenir con ayuda financiera a cientos de banco comerciales en todo el mundo para salvar los depósitos del público, que incluyó también ayuda de los gobiernos a grandes empresas que cayeron en la quiebra o países que suspendieron el pago de su deuda, como Grecia, entre otros. Ese salvamento costo más de 10 mil billones de dólares.

En 2020 se produce la pandemia de la COVID-19 y los bancos centrales comienzan un plan de expansión monetaria agresivo y reducción de las tasas de interés, para evitar la quiebra de millones de empresas y unas subvenciones al desempleo, que se cuadruplicó en menos de un año. Dichas medidas aumentaron la deuda pública mundial no financiera en más de 35% (112% del PIB), ya alta por la crisis del 2008 (85% del PIB).

Como corolario, esa expansión monetaria disparó la inflación a nivel global.

El Banco Central de República Dominicana jugó un papel estelar en ese periodo pandémico, lo que permitió superar esta crisis antes que la mayoría de los países del resto del mundo, mostrando un crecimiento en el 2021 de 12.3% entre los 10 más altos entre 180 países.

En febrero del 2022, Rusia invade a Ucrania y se desata otra crisis internacional aún más severa, disparando la inflación y la deuda pública a niveles insospechados y obligando a los bancos centrales a tomar drásticas medidas monetarias para controlar los precios, al punto de llegar a las puertas de una recesión mundial. Aun así, la República Dominicana continúa mostrando un alto crecimiento con una fuerte estabilidad macroeconómica y una significativa reducción de su deuda pública respecto al PIB.

Y en este punto, el gran mérito hay que concedérselo al presidente Luis Abinader por algo que se simplifica en 4 palabra: CONFIANZA EN EL PAÍS.

Hoy, a sus 75 años, tenemos un Banco Central bastante independiente del poder político, con una Junta Monetaria formada por prominentes economistas y un personal altamente calificado encabezado por el gobernador, Héctor Valdez Albizu, que tiene el récord de dirigir la entidad durante 24 años (del 1994 al 2000 y del 2004 hasta la fecha).

Nuestras felicitaciones a todo el personal activo e inactivo del Banco Central y nuestro pesar por aquellos que han fallecido y que contribuyeron con la estabilidad macroeconomía del país en momentos de crisis.