Cuando en el año 1994 el Dr. José Francisco Peña Gómez marchaba con pasos seguros hacia la conquista del poder, su archirrival, el presidente Joaquín Balaguer, le lanzó sorpresivamente el hechizo malvado del 50+1 de los votos y le cerró para siempre el paso hacia al Palacio Nacional.
La referida estratagema, mediante la que se varió, a última hora, el acuerdo que se había hecho de introducir el balotaje en la Reforma Constitucional en base al 45% para ganar las elecciones presidenciales en primera vuelta por el requisito del 50%, fue urdida además por el Partido de la Liberación Dominicana, que terminó siendo el gran beneficiado de ella, ya que fue la que posibilitó la llegada al poder de Leonel Fernández.
Si se toma en cuenta que la primera y única vez que el sistema de balotaje o doble vuelta ha tenido efecto en la República Dominicana fue en las elecciones del 1996, se podría pensar que se hizo exclusivamente para impedir que Peña Gómez llegara al poder.
En ese sentido, el doctor Peña Gómez alcanzó en la primera vuelta de las elecciones un total de 1,333,925 votos, equivalente a un 45.94%, mientras que el candidato del PLD, Leonel Fernández, alcanzó la cifra de 1,130,523, para un 38.93%. Sin embargo, las elecciones las ganó en segunda vuelta Leonel Fernández, con el apoyo del Dr. Balaguer, al obtener la suma de 1,466,382 votos, equivalente al 51.25%, frente a 1,394,641 votos, equivalente a un 48.75%, que alcanzó Peña Gómez.
Como es bien sabido, el balotaje es un sistema de mayoría absoluta, que tiene como finalidad principal reducir a dos el número de participantes en unas elecciones, para posibilitar que quienes resulten electos tengan asegurada una alta cuota de legitimidad, a causa del apoyo de la mayoría absoluta de los votantes.
Hace apenas tres meses que el Partido Revolucionario Moderno (PRM) y sus aliados ganaron las elecciones de alcaldes, regidores, directores y vocales con un impresionante porcentaje equivalente al 60% de los votos, lo que llevó al Partido de la Liberación Dominicana y a Fuerza del Pueblo, con sus respetivos presidentes, Danilo Medina y Leonel Fernández, a lanzar una lluvia de denuncias y querellas contra la Junta Central Electoral, el ministerio público, la Policía Militar Electoral y el Partido Revolucionario Moderno, con el propósito de desacreditar las elecciones y, de esta manera, justificar la catastrófica derrota que sufrieron en esas elecciones.
No se puede negar que como consecuencia de los resultados adversos de las elecciones municipales del 18 de febrero la oposición quedó desconcertada y abandonó sorpresivamente la campaña electoral durante más de un mes.
Ahora, a menos de diez días de campaña, las encuestas realizadas por firmas nacionales y extranjeras muestran una elevadísima intención de voto de los electores a favor de Luis Abinader, quien todo indica ganará las elecciones presidenciales del 19 de mayo con una votación superior al 70%.