Justo hoy la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra cumple 60 años. Es la universidad privada más antigua del país y representa uno de los activos más importantes del desarrollo de nuestro pueblo. Nació como iniciativa de Mons. Hugo Eduardo Polanco Brito, la colaboración del resto del episcopado de entonces (los mismos obispos que hicieron la carta pastoral de enero de 1960, salvo Pittini que había fallecido en diciembre del 1961) y varios empresarios de la región del Cibao. La UCMM de ese entonces, la PUCMM de hoy desde el 1987, fue desde su nacimiento una academia de alto nivel de calidad en su oferta de programas académicos, en la investigación y los servicios directos a toda la comunidad.

Su radio de acción en los primeros 20 años fue en la zona norte del país, ubicando su campus principal en Santiago y llegando a tener una extensión en Puerto Plata y otra en Bonao (que ya no existe). Bajo el liderazgo de Mons. Agripino Núñez Collado se hace presente en Santo Domingo en 1981 encomendando la tarea de crear el campus en la capital, en donde estaba el viejo seminario, al Lic. Radhamés Mejía. Hoy la PUCMM tiene dos impresionantes campus en las dos ciudades más importantes del país donde acuden miles de estudiantes a formarse y se congregan docentes e investigadores de alto nivel a producir conocimiento y difundirlo. Más de 90 mil hombres y mujeres tienen un título profesional de la PUCMM, lo que representa promediando unos 1,500 por año.

Desde su campus en Santo Domingo pudo la PUCMM ejercer uno de los grandes servicios para beneficio de todo el país, convocando y mediando entre diversos sectores sociales en conflicto para alcanzar acuerdos y proponer legislaciones que contribuyeran al desarrollo y la preservación de la paz en nuestro país. PUCMM ahorró mucha sangre a nuestro pueblo gracias a ese servicio de diálogo. La delegación que hizo el Episcopado Dominicano en Mons. Núñez Collado para ser el gran mediador entre el Estado, los empresarios, los trabajadores y partidos políticos, que continua a través del CES, nunca podremos calcular todos los beneficios que brindó a la República Dominicana del presente.

La PUCMM es líder en el país en producción de artículos científicos arbitrados, posee grandes laboratorios de investigación que han sido fruto de colaboración del Estado a través del FONDOCYT y sectores empresariales, ha generado la primera patente internacional del país en un área puntera como la nanociencia y creó los primeros dos doctorados propios del sistema universitario dominicano. En producción científica opera como una universidad del primer mundo.

Afrontó la pandemia de la COVID sin prácticamente perder un solo estudiante y mantuvo la docencia en todo momento mediante el uso de tecnologías virtuales, y a la vez en ese contexto fue sede, en ambos campus, de los primeros grandes centros de vacunación que se organizaron cuando llegaron las vacunas al país, apoyándose en el trabajo voluntario de sus estudiantes, empleados y docentes.

Siendo la institución más grande y fuerte de la Conferencia del Episcopado Dominicano, la PUCMM mantiene su identidad de servicio desde el humanismo cristiano y en cuanto universidad siempre apuesta a ser la academia de mayor prestigio en el país y una de las más importantes del Caribe. El liderazgo de Mons. Alfredo de la Cruz luego del final del rectorado de Agripino, y la actual rectoría del Rdo. P. Dr. Secilio Espinal, son muestras de la continuación de una sólida tradición de servicio al pueblo dominicano, buscando las soluciones científicas más idóneas para el desarrollo y la justicia en nuestro país. Es un patrimonio invaluable del pueblo dominicano.