Un poco de historia para ponernos en contexto. El 24 de abril de 1494 marcó un hito en la historia administrativa del Nuevo Mundo con la instalación del primer Ayuntamiento en la Villa de La Isabela, hoy parte del municipio de La Isabela en Puerto Plata. Desde entonces, los ayuntamientos han sido pilares fundamentales en la vida municipal y comunitaria.

Durante la época colonial, los Ayuntamientos o Cabildos tenían funciones normativas, jurisdiccionales, impositivas y recaudadoras de impuestos, contribuyendo así a los fondos de la Corona española.

Con la toma de la parte Oriental de la Española por Toussaint Louverture en 1822, la isla se dividió en dos departamentos y los municipios pasaron a llamarse parroquias. Tras la proclamación de la Independencia en 1844, los Trinitarios concebían los ayuntamientos como un poder del Estado, junto con el Poder Legislativo, Judicial y Ejecutivo.

A lo largo de la historia, diversas leyes han regulado la administración municipal, culminando en la Ley 176-07 del 2007, que confiere amplia participación ciudadana en la gestión municipal y obliga a las autoridades a ajustar sus actuaciones a las normas legales.

El Ayuntamiento o Alcaldía está compuesto por regidores, el Síndico/a y el Vice síndico/a, o el Alcalde y Vice Alcalde como desde hace unos años modernamente les llamamos, y los primeros constituyen el cuerpo legislativo y de fiscalización, mientras que el Síndico o Alcalde es el ejecutivo del gobierno local. Los gobiernos locales, como entidades autónomas, buscan satisfacer las necesidades de la comunidad local y deben promover su progreso económico, social y cultural.

Juan Pablo Duarte, fundador y padre de la patria, concibió a los ayuntamientos como el cuarto poder del Estado en su proyecto constitucional, reconociendo su importancia para evitar la concentración del poder ejecutivo y garantizar la autonomía política y administrativa de las municipalidades. Así, los ayuntamientos se erigen como una piedra angular en el desarrollo sostenible de las comunidades locales y en la protección de los intereses de sus habitantes, en línea con la visión de Juan Pablo Duarte y la evolución histórica de la administración municipal.

En este 24 de abril, al asumir sus roles, las nuevas autoridades municipales que toman posesión por primera vez, así como los alcaldes y alcaldesas que con el favor del pueblo repiten en el cargo, tienen una oportunidad única para honrar el legado de los ayuntamientos, inspirados por la visión de Juan Pablo Duarte. Su labor es fundamental para el desarrollo y bienestar de las comunidades locales, siendo impulsores del cambio y del desarrollo en cada rincón del país. Que este día sirva como motivación para trabajar incansablemente por el beneficio de todos los ciudadanos y el fortalecimiento de nuestras alcaldías como instituciones democráticas.

Más allá de ser una figura representativa y elegida por el pueblo, el alcalde o alcaldesa desempeña un rol fundamental en la gestión y dirección de los asuntos locales que impactan directamente en la vida cotidiana de sus munícipes. Son los lideres y lideresas principales de los territorios, son encargados de velar por el bienestar y el progreso de su comunidad. Su responsabilidad abarca una amplia gama de áreas, desde la planificación urbana y el desarrollo territorial, hasta la prestación de servicios básicos como la recolección de residuos sólidos, un alcalde o alcaldesa debe tener todas las cualidades y competencias para dirigir y gerenciar. Debe estar siempre accesible para escuchar las necesidades, preocupaciones y sugerencias de los ciudadanos, actuando como un intermediario efectivo entre la comunidad y las instancias gubernamentales cuando sea necesario articular soluciones a las demandas sociales que estén fuera de su alcance directo.

El alcalde o alcaldesa, como líder local, tiene la responsabilidad de guiar, proteger y mejorar la calidad de vida de sus munícipes, impulsando el desarrollo sostenible y promoviendo los valores democráticos y la participación ciudadana. Con liderazgo, visión y compromiso, quienes dirigen los gobiernos locales pueden convertirse en un articulador e impulsor de cambios positivos y en un verdadero motor de progreso para su municipio.

¡Felicidades a todos los alcaldes y alcaldesas este 24 de abril! A aquellos que fueron reelectos, a los que asumen por primera vez y también a los que salen del cargo, todos tienen por bandera el trabajo día a día por sus territorios.