Iniciamos un nuevo año y con ello por lo regular nos abocamos a enumerar nuestros propósitos y externar nuestros deseos de realización. Mis meditaciones decembrinas me han llevado a constatar que mi principal anhelo es “paz en el mundo” como en los concursos de belleza… Mi lista, no limitativa, pero aquí enumero algunos.

  • Superar el miedo no funcional que justifica la inhumanidad.

Hanna Arendt nos explicó que por las vía del miedo los sistemas son capaces de atrapar en sus redes a las sociedades para transformarlas al antojo de quienes ejercen el poder. Así que deseo seres humanos con pensamiento crítico, lo que implica muchos asuntos, entre ellos, intervenir el modelo educativo, y superar ese “modelo de éxito” que nos están “vendiendo” vinculado a la inmediatez, insensatez, desfachatez, desvergüenza, y relativización de la profundidad intelectual y académica. Definitivamente, para lograr la paz tenemos que superar la falta de conocimiento, la ingenuidad y la sensación de miedo con la que estamos viviendo.

  • Desterrar el populismo, que hace “celebres” a personas sin escrúpulos.

Arendt también se encargó de aclararnos que quienes aspiran a controlar la humanidad, se valen del populismo como estrategia imperial. Gramsci en su definición de hegemonía y su explicación de las superestructuras que enfatizan la subjetividad para el control mediante la imposición de ideologías que marcan una determinada direccionalidad política, social, económica y cultural. Deseo la desaparición de una amplia intelectualidad abocada a construir discursos de justificación del uso indiscriminado y abusivo del poder, y que propicia mayorías que defienden el discurso de su propia dominación.

  • Aprehender el feminismo como teoría política que reconoce a las mujeres como seres humanos con la misma dignidad y derechos.

Lo que implica el reconocimiento de que la construcción del discurso político, individual, intelectual y cotidiano sigue perpetuando la noción de las mujeres como lo alterno, las que sustentan y dan vida; y no como seres humanas libres con plenos poderes para ejercer la autonomía de la voluntad y el libre desarrollo de la personalidad. O sea, por favor, ya a esta altura de la existencia, esta bueno del discurso de las mujeres como “cuidadoras por naturaleza”; o como “propiedad” de otra persona. No es posible continuar naturalizando la violencia, discriminación, subordinación, invisibilización. Deseo feminismo como idea radical de que las mujeres somos personas.

  • Visibilización de las personas con discapacidad física e intelectual y su derecho a tener derechos.

Como dice la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, se requiere: Espacios públicos adecuados, participación e inclusión en la sociedad, respeto a sus diferencias, aceptación de su discapacidad como parte de la diversidad y las diferentes condiciones humanas, accesibilidad, oportunidades. En República Dominicana, es terrible como se niega la existencia de las personas con discapacidad y desde ahí su posibilidad de acceso e inclusión es mínima. Deseo políticas públicas que propicien la movilidad, la independencia, el cuidado como responsabilidad desfeminizada y desfamiliarizada, inclusión, reconocimiento y visibilidad.

  • Economías y finanzas equitativas, justas y de reconocimiento de los derechos económicos sociales y culturales

Reconocimiento de la dignidad intrínseca a cada ser humano implica responsabilidad para que sea una realidad tener una vivienda digna, salud, educación, alimentación… No es cierto que somos un país pobre y por eso no podemos lograrlo; solo hay que escuchar los montos que se alegan han sido desviados de los fondos públicos en los casos de corrupción…

  • Reconocimiento de las diversas identidades y orientaciones sexuales y de género.

No hay excepciones en el principio de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de que todas las personas nacen libres e iguales en dignidad y derechos. La estética o la apariencia no deben influir en la validez y condición humana. Deseo que pongamos sobre la mesa los tabúes para superarlos.

  • Conocer la Constitución, sin tratar de adecuarla a mis prejuicios.

Si realmente nos interesa que toda la sociedad aprehenda la Constitución, es necesario que lo hagamos desde la comprensión de que este documento fundacional se basa en el respeto a la dignidad humana, la libertad, la igualdad, la justicia, la solidaridad, la convivencia fraterna, el bienestar social, el equilibrio ecológico, el progreso, la paz y la protección efectiva de los derechos fundamentales. Y declara que el Estado dominicano acepta un ordenamiento jurídico internacional que garantice el respeto a los derechos fundamentales, lo que, por ejemplo, deja clarísimo que es un contrasentido lo de “prestantes” integrantes de la comunidad jurídica, alegando “soberanía” con relación a nuestra participación en el marco del Sistema Interamericano. Quizás también habría que recordar que este documento establece que para que la igualdad sea real y efectiva, el Estado adoptara medidas para prevenir y combatir la discriminación, marginalidad, vulnerabilidad y exclusión, ergo, las acciones afirmativas son constitucionales.

Por último y no menos importante, les deseo un 2024 lleno de:

  • Alegría, amor, felicidad, baile, karaoke, cervezas en la zona colonial o en la montaña o en la playa…, libros y lecturas, conversaciones interminables, jolgorio y felicidad, meditación y silencio.
  • Y me deseo leer mucho, sobre todo filosofía, terminar mi tesis doctoral y mi libro de narraciones, que es literatura envuelta (creo yo) en realismo mágico.

Sean felices, asuman la alegría como revolución. Comprendamos que la guerra no es la paz del futuro…

Como decía Vesta, les amo.