Hoy queremos llamar la atención de nuestras autoridades que tienen la responsabilidad de diseñar políticas, resaltando la información que recoge un estudio publicado por el Banco Mundial en el que se destaca la necesidad de aplicar políticas para frenar la inflación sin agravar el riesgo de recesión.
Explica este informe que: ¨Cuando los bancos centrales de todo el mundo aumentan simultáneamente las tasas de interés para responder a la inflación, el mundo podría estar avanzando poco a poco hacia una recesión mundial en 2023 y una serie de crisis financieras en los mercados emergentes y las economías en desarrollo que les podrían causar daños duraderos¨.
David Malpass, presidente del Grupo Banco Mundial dijo: "Para lograr tasas de inflación bajas, estabilidad monetaria y un crecimiento más rápido, los responsables de formular políticas podrían trasladar el foco de atención desde la reducción del consumo hacia el aumento de la producción. Las políticas deberían apuntar a generar inversiones adicionales y mejorar la productividad y la asignación de capital, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza”.
Sin dudas desde el Banco Central resulta mucho más fácil e incluso mucho más efectivo enfocarse en la reducción de la Demanda Agregada, a través de Políticas Monetarias tendentes a la reducción de liquidez del mercado y el aumento de las tasas de interés; pero las políticas económicas no sólo son materia del Banco Central. Si bien es cierto que hemos manifestado nuestro apoyo a los aumentos del tipo de interés, en especial para prevenir la posible fuga de capitales ante los aumentos de las tasas de interés en los mercados internacionales, resulta imprescindible que el Gobierno diseñe políticas, que como dice el Sr. Malpass, tiendan hacia el aumento de la producción.
En este orden, nuestras autoridades les han dado la espalda a los sectores productivos, en especial a los que producen los bienes que forman parte de la canasta familiar, como son los bienes agropecuarios. Por ejemplo, el pasado año promovió y promulgó una Ley de Arancel Cero que como tal no la descartamos, pero sí estamos en contra de las listas de bienes que se podían importar con esas facilidades y que se producen en el país, dándole una estocada a esos sectores productivos de la nación.
Ahora, en la primera semana del año 2023 el gobierno ha puesto la atención en este informe del Banco Mundial y ha generado un aumento en la oferta de huevos, pero no por la vía del aumento de la producción, sino por la vía de prohibir la exportación hacia Haití, generando una sobre producción que bien se podría resolver dejando dañar los huevos que no se coloquen en el mercado o vendiendo por debajo de los costos de producción. En ambos casos, generándoles pérdidas o incluso quiebra a los productores. Otra opción seria matar algunas de las ponedoras, para que cuando se reabra la exportación los precios aumenten tanto que el productor se pueda recuperar de esta estocada del gobierno.
Hacemos estos señalamientos a modo de darles un ejemplo de lo que no se debe hacer, pero nuestra intención no es criticar, sino promover mejores alternativas, que además de mitigar el riesgo de inflación, en el presente y en el futuro, generen inversiones adicionales, mejoras en la productividad, las exportaciones y el empleo, que son fundamentales para el crecimiento y la reducción de la pobreza. Para que no se diga que no hacemos propuestas concretas, aquí les damos algunas:
En materia agrícola, nuestros agricultores y prácticamente los de todo el mundo, han tenido un significativo aumento de sus costos de producción, especialmente por el aumento de los precios de la Urea, que es la principal materia prima de los fertilizantes que se utilizan en todo el mundo y entiendo que el gobierno ha estado dando algunos subsidios a los productores de fertilizantes del país, con lo que estamos totalmente de acuerdo.
Sin embargo, sabemos que en nuestro país contamos con los minerales y el suficiente carbón vegetal, así como otras materias primas indispensables para la elaboración de un buen abono orgánico que, además de ser un bien sustituto de la urea, podría aumentar la productividad de nuestro ya famoso Cacao Orgánico y podría lograr el desarrollo de un Café Orgánico, por ejemplo. En cualquier orden, nos podría blindar del efecto de la inflación importada y vendría a aportar a la mejoría de nuestra productividad, a mejorar la seguridad alimentaria, la salud de todos los dominicanos e incluso podría ser un plus en materia de promoción turística si nuestras frutas y verduras se reconocieran como orgánicos y sin dudas, aumentarían nuestras exportaciones, por la vía de mejores precios y más cantidades.
En el área pecuaria, es donde más podemos hacer, comenzando con fomentar y financiar los biodigestores que contribuyan a la autogeneración de energía limpia e incluso a la producción de abonos orgánicos. Contribuir con la mejoría de la genética de nuestro ganado de leche o cárnico, de nuestras cabras y nuestros cerdos, por ejemplo, haciendo funcionar laboratorios estatales donde se importen semen e incluso óvulos, de buena genética y se puedan inseminar nuestras madres sustitutas, para lograr mejoría de la productividad y así poder aprovechar que ahora podemos exportar a USA. Estas, entre otras tantas medidas que benefician al productor y muy especialmente al consumidor.
Sabemos que, en los partidos políticos, en el gobierno y fuera de él, hay técnicos conocedores de estos temas, el inconveniente es que los que diseñan políticas económicas no los pongan como una prioridad a promover.
En la industrialización, donde mejor ha hecho su tarea el Estado, necesitamos priorizar la promoción de las inversiones en empresas de Tecnología Intensiva, tanto o más que las de Mano de obra Intensivas, de forma que contribuya al a diversificación de nuestra economía, su resiliencia y con esto mejoremos nuestra competitividad.
No quiero dejar de mencionar el arroz, que es el principal carbohidrato de la canasta familiar y muy importante en materia de seguridad alimentaria y el empleo rural. Lo hago, porque el próximo año 2025 dicha producción estará amenazada por la importación de arroz de USA, que producen con subsidios y podrá entrar al país sin cuotas ni aranceles. En este sentido quiero hacer un llamado a las autoridades, que debemos comenzar ahora un proceso de negociación en el que salvemos esos empleos y nuestra seguridad alimentaria, no podemos esperar un año electoral y de un muy probable cambio de autoridades, como será 2024.