En 1993, la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la Resolución No. 48/104 para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en conmemoración al brutal asesinato de las hermanas Mirabal el 25 de noviembre de 1960, cuyo único crimen fue haber luchado por sus derechos contra el dictador Rafael Leónidas Trujillo.

 

En dicha resolución, Naciones Unidas definió este tipo de violencia como “todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.”

 

Desde entonces para respaldar esa decisión, en 1999 la Asamblea General proclamó el 25 de noviembre como el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, con la finalidad de alcanzar mayor visibilidad de esta problemática. Posteriormente, y como parte de este propósito, la sociedad civil aprovechó también la “ventana” de 16 días que existen entre el 25 de noviembre y el 10 de diciembre, día en que se conmemora la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para conmemorarlo no solamente un día, sino 16.

 

Así, la sociedad civil toma la iniciativa plurianual de la campaña de 16 días, la cual tiene por objetivo exigir la prevención y eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas en todo el mundo. La misma recibió apoyo del secretario general de las Naciones Unidas en 2008, lanzando la campaña ÚNETE de aquí al 2030 para poner fin a la violencia contra las mujeres.

 

Esta campaña coordinada por ONU mujeres, insta a gobiernos, sociedad civil, a organizaciones de mujeres, a jóvenes, al sector privado, a medios de comunicación y a todo el sistema de las Naciones Unidas a que unan sus fuerzas para atender la violencia contra las mujeres.

 

El impacto que generan estas campañas a los dirigentes de un país es crucial. A través de la sensibilización sobre cómo este delito perjudica a tantas mujeres, como pisotea su dignidad y ultraja sus derechos fundamentales, provocan que necesariamente forme parte de la agenda del día para emprender programas y políticas públicas que conlleven a su erradicación.

 

Cada año, la campaña ÚNETE se centra en un tema concreto. El tema de este año es “¡ÚNETE! Invierte para prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas” y hace un llamamiento a la ciudadanía para que muestre qué tan importante es para ella erradicar la violencia contra las mujeres y las niñas, compartiendo las acciones que está llevando a cabo para crear un mundo sin violencia contra las mujeres. La campaña de este año hace un llamamiento también a los gobiernos de todo el mundo para que compartan cómo están invirtiendo en prevenir la violencia de género.

Para dar apoyo a la campaña en todo el sistema de las Naciones Unidas y generar la participación del público, en 2009 ONU Mujeres lanzó el sitio Di NO–ÚNETE para poner fin a la violencia contra las mujeres como una plataforma para la movilización social.

En la primera fase, más de cinco millones de personas firmaron una petición mundial para que poner fin a la violencia contra las mujeres sea una prioridad en todo el mundo. Entre 2009 y 2013, la campaña también llevó adelante más de cinco millones de acciones en alianza con más de 900 organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo.

También se hicieron actividades de difusión en escuelas, se buscó la participación de jóvenes y organizaciones religiosas, se lograron compromisos nacionales concretos de los Gobiernos, y mucho más.

Para hacer un seguimiento de la aplicación de estas medidas, el Comité Ejecutivo del secretario general adoptó una estrategia de participación política para el sistema de las Naciones Unidas, con el objetivo de movilizar los compromisos y acciones tendentes a poner fin a la violencia de género en el contexto del COVID-19.

Del mismo modo, se hizo un llamado a todos los Gobiernos a comprometerse e implementar acciones políticas en torno a cuatro áreas clave de acción: financiar, responder, prevenir y recopilar.

Definitivamente que un mejoramiento en la calidad y reenfoque de la educación en nuestro país, enfocada en la igualdad de género y el debido respeto a los derechos humanos, es fundamental para lograr la disminución y erradicación de este delito. Financiar, responder y prevenir son las palabras claves para el abordaje de este mal social.

Unámonos a esta campaña y alcemos nuestra voz de 16 días de activismo para la no violencia contra la mujer.

Sonia Hernández es abogada penalista, exprocuradora fiscal de la provincia Santo Domingo, actualmente socia del despacho legal Global District Law y consultora experta en materia de trata de personas para Misión Internacional de Justicia, República Dominicana (IJM). Tiene una maestría en Derechos Fundamentales por la Universidad Carlos III de Madrid, España y una especialidad en Derecho Procesal Penal por la Universidad Autónoma de Santo Domingo.