Arranca el 2023, excelente momento para los líderes plantearse hacia dónde apuntar las metas del año, pero también buen momento para recordar en base a qué tiempos ajustar los objetivos, pues si una ejecutiva se hubiera quedado dormida en 2019 y acabara de despertarse no reconocería el mundo empresarial de enero 2023.

 

Es conocido que la pandemia reescribió las reglas… de hecho, ahora parece que cada dos días llega una nueva y potente disrupción y la tarea más difícil de todas para los directores ejecutivos es decidir qué se debe hacer ahora y qué puede esperar, pero antes de entrar en esos detalles, recordemos que el buen liderazgo actual apunta a reforzar las defensas al mismo tiempo que se trabaje para ganar terreno.

 

Comencemos por hablar de la resiliencia, palabra de moda corporativa que representa un "músculo" vital para las empresas que operan en un mundo de volatilidad y disrupción sin fin y que deberá tomarse en cuenta en sus seis dimensiones:finanzas, operaciones, tecnología, organización, modelo de negocio y reputación. Los directores ejecutivos de hoy día se preguntan:¿Qué tan resistente es su empresa? Y pudieran encontrar una respuesta a juzgar por la capacidad de adaptación y funcionamiento de la misma aun en tiempos hostiles.

 

Una segunda prioridad se centra en el coraje. Los mejores líderes y empresas son ambidiestros: prudentes a la hora de gestionar las desventajas mientras persiguen valientemente las ventajas. Estos líderes están pensando en la próxima década, no en el próximo mes, al tiempo que instan a sus organizaciones a repensar las oportunidades y restablecer el tablero de juego estratégico a la luz de la volatilidad actual, a veces no basta con adaptarse a la industria, a veces toca reinventarla.

Considerar nuevos negocios, una apuesta arriesgada y necesaria. ¿Pero hacia donde apunta la factibilidad de los mismos?, hay varias direcciones, pero centrémonos en la viabilidad de construcción de negocios de tecnologías verdes, que de acuerdo a un estudio de McKinsey & Company pudieran alcanzar un valor colectivo de 12 billones de dólares en los próximos años.

 

Construir un nuevo negocio  significa procurar tecnología nueva y mejor, esto  será  especialmente importante a la hora de perseguir oportunidades  ecológicas o iniciativas en la economía verde.Entendemos que todas las empresas no tecnológicas están haciendo grandes esfuerzos por igual para admitir el software, por ejemplo, en su ADN, pero no podemos dejar de señalar que este será solo el comienzo, pues la transformación digital de una compañía en esta época, caminará de la mano de su progreso y niveles de rentabilidad.

El camino hacia las emisiones netas cero, constituye la quinta prioridad del CEO en este año, de hecho, en noviembre 2021 durante la COP 26 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021),  las promesas de muchos de los líderes empresariales  fue reducir casi el 90 por ciento de las emisiones de CO 2 que produce parte del privado y aunque alguno de los obstáculos que se enfrentan son el  aumento de la inflación, la guerra en Europa, la inseguridad energética y una posible recesión mundial los objetivos de sostenibilidad,competitividad económica, asequibilidad y seguridad nacional encajan como nunca antes.

Nada de lo anteriormente descrito, sería posible sin una fuerza laboral a la altura de los retos actuales y es justamente la razón, de la sexta prioridad de los grandes directores ejecutivos; en los últimos años el contrato con los trabajadores se ha vuelto una meta ocasionalmente de difícil de alcanzar, por lo que los directores pudieran trabajar en  encontrar un plan de compromiso, que incluya  modelos atractivos de trabajo.La oficina del futuro podrá ser repensada como un lugar donde los trabajadores quieran estar y donde sientan que su trabajo cobre realmente un significado.

El CEO será siempre el máximo estratega de la empresa y también su último integrante, por eso es necesario entender hoy más que nunca desde esa posición la necesidad de identificar los problemas que abarcan la empresa y formular respuestas a la altura de los recursos adecuados. Para hacerlo bien se requiere una amplia gama de perspectivas contradictorias: de afuera hacia adentro y de adentro hacia afuera; un telescopio para ver el mundo y un microscopio para descomponerlo; una vista instantánea de los problemas inmediatos y una serie de lapsos de tiempo para ver el futuro.

 

El 2023 apenas empieza y con él la nueva carrera de retos y soluciones a la altura de los directores ejecutivos y la claridad que buscarán para sus empresas y compañías.