Cientos de manifestantes asaltaron este martes la sede del Parlamento de Kenia en Nairobi e incendiaron una parte del edificio, donde esta mañana se debatía un proyecto de ley avalado por el Gobierno que contempla subir impuestos y crear otros y que ha generado una ola de protestas impulsada por jóvenes en todo el país.

Los manifestantes lograron acceder al recinto del Parlamento, en el centro de la capital keniana, pese a que la Policía abrió fuego contra la multitud para impedir que se acercara al edificio y varios cuerpos yacían en los alrededores, sin que se conozca, de momento, el número de muertos y heridos.

Al grito de "¡Ruto debe irse, Ruto debe irse!", en referencia al presidente keniano, William Ruto, y su Gobierno, los manifestantes, en su mayoría jóvenes, lograron entrar al Parlamento a través del Senado (Cámara Alta), a pesar de la dura respuesta de la Policía, en una protesta sin precedentes en la historia reciente de Kenia.

También prendieron fuego a uno de los edificios del recinto y algunos llegaron incluso hasta una de las cafeterías.

La Policía trató primero de dispersarlos con gases lacrimógenos y cañones de agua, pero alrededor de las 14:30 hora local (11:30 GMT) comenzó a disparar munición y varios cuerpos yacían tendidos a las afueras del Parlamento, mientras que al menos cuatro fueron retirados por los propios manifestantes.

Lo que empezó como una protesta de miles de jóvenes contra las subidas de impuestos en la capital keniana y en otras ciudades en al menos 29 de los 47 condados del país derivó en una batalla campal entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.

Los enfrentamientos se extendieron más allá del Parlamento y golpearon edificios oficiales en las inmediaciones, como la Oficina del Gobernador de Nairobi, Johnson Sakaja, también incendiada por los manifestantes.

En la invasión al Parlamento, los asaltantes tiraron por el suelo y destrozaron mobiliario, ventanas y banderas, mientras acusaban a los políticos de "traidores", después de que 195 diputados votaran de manera preliminar a favor del polémico Proyecto de Ley de Finanzas de 2024, frente a 106 votos en contra, si bien falta la votación final.

Con esta norma, el Gobierno pretende recaudar 2.700 millones de dólares en impuestos adicionales para reducir el déficit presupuestario y el endeudamiento estatal.

Sin embargo, los manifestantes antigubernamentales sostienen que esas medidas fiscales empujan a la pobreza a la población.

Más de 300 personas fueron detenidas el pasado martes en Nairobi, donde la Policía dispersó las marchas con gases lacrimógenos y cañones de agua.

El pasado jueves se produjeron al menos 105 arrestos en todo el país y 200 personas fueron heridas en la capital, al tiempo que murieron dos manifestantes a raíz de esas protestas (uno por el supuesto impacto de un bote de gas y otro un disparo de la Policía).

A diferencia de las protestas antigubernamentales que históricamente ha vivido Kenia, violentas e impulsadas por líderes políticos, estas manifestaciones fueron convocadas por jóvenes de la llamada 'generación Z' (personas nacidas entre mediados de la década de los noventa del siglo XX y la primera década del siglo XXI).

Las protestas se promueven través de redes sociales como TikTok, X o Instagram y suelen tener un tono pacífico.

El Proyecto de Ley de Finanzas de 2024 propuesto por el Gobierno planteaba nuevos impuestos, como el IVA del 16 % al pan o el del 2,5 % a los vehículos de motor, además del aumento de algunos de los existentes, como el del servicio de transferencia de dinero móvil.

Sin embargo, el presidente del Comité de Finanzas y Planificación de la Asamblea Nacional, Kimani Kuria, anunció el pasado martes tras una reunión presidida por Ruto, antes de presentarse el proyecto, que habría enmiendas y se eliminarían algunos impuestos.

Entre otros gravámenes, se suprimió el IVA que afectaba al pan.