La Organización de los Estados Americanos (OEA) condenó de nuevo este viernes las violaciones de los derechos humanos por parte del Gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua, durante la celebración en Washington de su 53 Asamblea General, que resultó un tanto deslucida por ausencias notorias.

Al cónclave anual del organismo estaban invitados los ministros de Exteriores de los 32 Estados miembros, pero países como Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia y México, críticos con el organismo, optaron por enviar a representantes de menor rango.

Por contra, sí estuvieron el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, y los cancilleres de Chile, Alberto van Klaveren; de Perú, Ana Cecilia Gervasi; de Costa Rica, Arnoldo André Tinoco; de Ecuador, Gustavo Manrique; de Guatemala, Mario Búcaro; y de Panamá, Janaina Tewaney, entre otros.

BRASIL BUSCA DIÁLOGO CON NICARAGUA

Aunque no acudió el canciller brasileño, el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva estuvo muy presente en la Asamblea por sus intentos para suavizar la condena que se estaba cocinando en contra de la represión de Ortega en Nicaragua.

Finalmente y tras días de negociaciones, la OEA condenó por enésima vez las violaciones a los derechos humanos en el país centroamericano y exigió la liberación de los presos políticos, pero Brasil logró arrancar el compromiso para que los Estados miembros hagan sus "mayores esfuerzos" por mantener un diálogo de "alto nivel" con Managua.

Nicaragua decidió salir de la OEA en 2021, después de que el organismo rechazara la legitimidad de las elecciones presidenciales que le dieron la reelección a Ortega con buena parte de la oposición en la cárcel.

OPERACIÓN: SALVAR LA OEA

A pesar de las fuertes diferencias ideológicas y las crecientes críticas internas, los Estados miembros aprobaron, con la única oposición de El Salvador, un aumento del presupuesto de la OEA para salvarla de una crisis financiera que la acecha desde hace años.

Este tema había generado fuertes tensiones semanas atrás, cuando el bloque de izquierdas se opuso a elevar este tema a la Asamblea.

Pero finalmente la OEA aprobó incrementar sus cuentas de los 84,9 millones de dólares de 2023 a los 92,1 millones para 2024.

Desde 2014, la Secretaría General de la OEA ha utilizado en varias ocasiones préstamos de un fondo de tesorería extraordinario ante la falta de saldos en su caja, en parte debido a que varios países no pagan a tiempo sus cuotas.

La 53 Asamblea de la OEA también emanó un compromiso a enviar de forma inmediata ayuda a Haití para fortalecer su Policía, resolver la crisis social del país y que se celebren elecciones libres lo antes posible.

Sin embargo, no se cerró ningún acuerdo concreto para que alguno de los países lidere la misión internacional de seguridad que desde el año pasado ha solicitado el Gobierno haitiano a la comunidad internacional.

PRIORIDADES DIVERSAS

Las diferentes intervenciones a lo largo de los dos días de plenarias, sin un hilo conductor general, dejaron claras las prioridades de cada Gobierno de la región.

El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, invitó a los países de la región a participar en una coalición internacional liderada por Washington para combatir el tráfico de fentanilo.

La canciller peruana, Ana Cecilia Gervasi, aprovechó el foro para arremeter contra la "visión reduccionista" del informe de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) que denunció la represión policial en su país, mientras que la ministra salvadoreña, Alexandra Hill, protagonizó una enconada defensa de la polémica guerra frontal contra las pandillas en su país.

Por su parte, el representante de Bolivia, Héctor Arce, criticó una vez más que la OEA no investigue el "golpe de Estado" contra Evo Morales de 2019.

Tampoco se habló de la propuesta que hizo hace meses el presidente colombiano, Gustavo Petro, para que se reforme la Carta Democrática de la OEA y que Venezuela reingrese al sistema interamericano de derechos humanos.

Ni se mencionó la situación de derechos humanos en Guatemala, a dos días de unas elecciones generales cuestionadas por injerencias a la independencia judicial y ataques a la libertad de expresión.

Lo que sí se evidenció fue un cada vez mayor peso de los 12 países caribeños de la organización, que votan en bloque y fueron clave en la aprobación del presupuesto y de varios cargos de la CIDH.

La 54 Asamblea General de la OEA se celebrará el próximo año en Surinám.