Un estudio realizado por el equipo de investigación austríaco "Complexity Science Hub" cuantifica el impacto de la guerra de Ucrania en el suministro de productos de primera necesidad a nivel mundial y evidencia los riesgos que conlleva la globalización del mercado alimentario.
Publicado hoy bajo el nombre "Efectos indirectos del conflicto Rusia-Ucrania revelados: el suministro mundial de alimentos en riesgo", el informe cuenta con datos de 125 alimentos y una infografía interactiva que permite visualizar la redes de suministro de estos productos en 192 países.
Gran productor de grano, Ucrania exportó 14,3 millones de toneladas de maíz y 7,2 millones de toneladas de trigo entre enero y mayo de 2023 (acorde a datos del Ministerio de Agricultura ucraniano) por lo que su destrucción o bloqueo tiene un "gran" impacto en países de Europa, Asia y África.
La destrucción de cultivos de maíz afecta, sobre todo, a países como Líbano, Libia, Egipto, Siria, sur de Europa (España, Italia, Portugal) y países Bálticos (Letonia, Lituania y Estonia). Y en el caso del trigo, Egipto y Jordania se ven "gravemente" afectados.
La infografía permite "estimular impactos en productos y países específicos, monitorizando de cerca los efectos posteriores en toda la cadena de suministro”, explica el investigador Moritz Laber, por lo que se puede visualizar cómo la guerra afectará al sector agrícola en años venideros.
Por ejemplo, en caso de bloquearse totalmente las exportaciones de maíz ucraniano, el estudio prevé que España perdería un 49% (37% en Italia, 45% en Portugal) de sus existencias, lo que llevaría a una disminución del 15% (23% en Italia, 28% en Portugal) en la producción de aves de corral (carne y huevos) y un 12% (18% en Italia, 21% en Portugal) en la carne de cerdo, animales que se alimentan de este grano.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU recalca que "la guerra en Ucrania ha tenido consecuencias drásticas, tanto para las personas dentro del país como para el mundo que depende de sus enormes suministros de cereales", y afirma en su último informe anual -"Global Food Crisis 2022″- que 345 millones de personas en 92 países sufren escasez de alimentos.
Por tanto, el informe "urge" a legisladores e involucrados que "identifiquen y eviten riesgos derivados de conflictos armados, el cambio climático y tensiones geopolíticas entre países para evitar riesgos derivados de la ruptura de las cadenas de producción de alimentos global.