El brigadier del Ejército chileno en retiro Hernán Carlos Chacón Soto, uno de los siete oficiales condenados este lunes en firme por el Tribunal Supremo a 25 años de cárcel por su participación en las torturas y el asesinato del cantautor Victor Jara y Littré Quiroga en 1973, se suicidó este martes instantes antes de que fuera a ser detenido y trasladado a la cárcel de Puntateuco para comenzar a cumplir su pena.
Según la prensa local, unidades de la sección de derechos humanos de las fuerzas de Seguridad chilenas se presentaron esta mañana en su domicilio en la comuna capitalina de Las Condes para proceder a su arresto, momento en el que el oficial, de 86 años, pidió tomar una medicina y aprovechó el instante para quitarse la vida.
La defensa de Chacón Soto sostuvo durante todo el largo proceso que el brigadier era en aquellos días de brutal represión tras el golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet y otros altos mandos un simple Mayor del Ejército que cumplió únicamente la función de custodiar el perímetro externo del Estadio Chile, un recinto deportivo cerrado donde fueron hacinados cerca de 5.000 personas detenidas a partir del 11 de septiembre y en el que cinco días después fue asesinado Jara.
Sin embargo, el fallo conocido el lunes aseguraba tenía conocimientos tácticos y de inteligencia, “condiciones que le permitieron intervenir directamente en el desarrollo de los interrogatorios” que realizaban en los vestuarios, “así como en el proceso previo de clasificación de los detenidos”,
De acuerdo con el argumento participaba en la decisión de quiénes eran separados para ser llevados a interrogatorios y, finalmente, “el destino último de éstos, siendo de toda evidencia que al interior del Estadio Chile existía un orden impuesto por la estructura rígida del mando existente”.
“Varios testimonios corroboraron que éste participó en las labores de selección, reportando las mismas a sus superiores, por lo que resultaron no creíbles ni verosímiles sus dichos en cuanto sostuvo sólo haber custodiado el perímetro externo del recinto, funciones que no se condicen con su alto grado, ni con los diversos elementos de convicción reunidos”, agrega la sentencia.
“Portaba a la época una pistola STEYR calibre 9 milímetros, armamento plenamente coincidente con la descripción técnica de las lesiones que, según los antecedentes forenses, causaron la muerte de Jara Martínez y Littré Quiroga”, concluyó.