Rusia anunció el envío de negociadores a Bielorrusia para conversar con Ucrania, pero el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, rechazó dialogar en este país por considerarlo cómplice de la agresión rusa que sufre su Estado.
"La delegación rusa, formada por representantes de los ministerios de Exteriores, Defensa y otras entidades, incluida la Administración presidencial, llegó a Bielorrusia para conversar con los ucranianos. Estamos listos para comenzar las conversaciones en Gómel", anunció el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Desde Kiev, Zelenski respondió que Rusia utiliza el territorio bielorruso para agredir a su país y afirmó que por tanto la sede de las conversaciones tendrá que ser otra.
"Si desde vuestros territorios no tuviesen lugar acciones agresivas, podríamos hablar en Minsk, en vuestra ciudad. Pero ahora decimos: no Minsk. El espacio para el encuentro puede ser en otras ciudades", afirmó en un mensaje televisado.
"Varsovia, Budapest, Estambul, Baku, propusimos todo esto a la parte rusa, y de hecho nos vale cualquier otra ciudad de cualquier país desde donde no nos lancen misiles", dijo.
Zelenski aseguró que los ucranianos "quieren conversar, quieren que la guerra termine".
Según el mandatario ucraniano, "solo así las conversaciones serán honestas y podrán poner fin a la guerra".
La posibilidad de conversaciones entre Moscú y Kiev para poner fin a la guerra se vienen barajando desde el viernes pasado, cuando el presidente ucraniano dejó entreabierta la puerta a la posibilidad de que Ucrania declare su neutralidad.
Sin embargo, hasta ahora el principal obstáculo radica en la sede del diálogo, ya que Kiev rechaza la posibilidad de conversar en Bielorrusia, desde donde entraron parte de las fuerzas rusas a Ucrania.