El ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, recordó las guerras de Irak, Libia y Siria al presidente de EEUU, Joe Biden, quien abogó por juzgar por crímenes de guerra cometidos en Ucrania al jefe del Kremlin, Vladímir Putin.

"Esto demuestra que muchos políticos estadounidenses que estuvieron en los orígenes de la guerra de Irak por motivos bien conocidos, que desintegraron Libia con sus socios de la OTAN, que invadieron Siria, esos políticos no están del todo bien de conciencia", dijo Lavrov durante una rueda de prensa.

Lavrov recordó que la anterior vez que Biden llamó "criminal de guerra" a Putin, sus asesores de la Casa Blanca tuvieron que matizar después sus palabras.

"A nosotros nos interesa más que nada cómo ve la situación y cualquier otra, el pueblo ruso. Cómo entiende las misiones que cumplen nuestras Fuerzas Armadas. Y él (el pueblo ruso) entiende estas misiones", señaló, en alusión a que, según los sondeos, una mayoría de rusas apoya la "operación militar especial" rusa en Ucrania.

Sostuvo que EEUU quiere mantener por todos los medios su hegemonía sobre "un mundo unipolar" en el que a él "se le permite todo" y el resto no tiene derecho a garantizar su "propia seguridad".

Justificó la intervención en Ucrania por la necesidad de "regular, incluso con métodos bastante duros" una situación creada por la reticencia de Occidente a dialogar con Rusia sobre garantías de seguridad.

"Esa arrogancia, que se diseminó a todo los niveles, no traerá nada bueno", dijo, aunque subrayó que Moscú está dispuesto a un diálogo "honesto" con Occidente.

Biden aseguró el lunes que Putin debería ser juzgado por crímenes de guerra debido a la presunta matanza cometida por tropas rusas en la localidad ucraniana de Bucha, cerca de Kiev.

"Tenemos que conseguir todos los detalles para que pueda haber un juicio por crímenes de guerra. Este tipo es brutal y lo que está ocurriendo en Bucha es indignante", añadió el mandatario, quien recalcó que Putin "debería rendir cuentas" por lo sucedido.

Las autoridades ucranianas cifraron en 340 los cadáveres ya enterrados en Bucha, ciudad que los soldados rusos abandonaron el 30 de marzo después de cometer ejecuciones sumarias, según Human Rights Watch.

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, que describió a los soldados rusos como "asesinos, verdugos y violadores", subrayó la importancia de "llevar a la justicia internacional" dicha matanza, que ha conmocionado a la comunidad internacional.

Las imágenes divulgadas incluyen a cientos de cadáveres en las calles, algunos con las manos atadas a la espalda, ejecuciones confirmadas por algunos vecinos y testigos presenciales.

Más tarde, en una intervención ante el Parlamento rumano, Zelenski advirtió que el número de muertos en Bucha podría ser mayor de lo que se creía en un primer momento.

El Kremlin rechazó "categóricamente todas las acusaciones" y demandó que los líderes occidentales no se precipiten a la hora de realizar "acusaciones gratuitas", mientras Lavrov calificó las denuncias de "noticias falsas" y "montaje".