Los aeropuertos estadounidenses se llenaron este miércoles de pasajeros resignados tras la cancelación o el retraso de sus vuelos por un fallo técnico y cruzan los dedos para que la situación se normalice y puedan llegar a sus destinos lo antes posible.
"Han retrasado mi vuelo solo dos horas y espero que no sea más", cuenta a Efe Yudishe, de 24 años, que tenía que despegar desde el aeropuerto Ronald Reagan de la capital estadounidense con destino Dallas (Texas) esta mañana temprano.
A primera hora de la mañana, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA, por sus siglas en inglés) informaba de que había ordenado suspender todas las salidas de vuelos domésticos hasta las 9.00 hora del este del país (14.00 hora GMT) por una avería en un sistema informático, que poco antes de esa hora levantaba.
"Nos han dicho que ha habido una falla en el sistema y que ha afectado a todos los vuelos, pero he recibido un correo de American Airlines explicando que ya se ha solucionado y que mi vuelo despega a las 12.20″, explica Yudishe en los pasillos de un aeropuerto en relativa calma, pese a lo complejo de la situación.
Se trata de la primera vez que EE.UU. suspende las salidas de los vuelos domésticos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La avería en el sistema de Notificación a Misiones Aéreas (NOTAM, en inglés) de la aviación federal del país, encargado de enviar alertas de seguridad en tiempo real a los pilotos, ha causado por el momento casi 7.000 retrasos y más de 1.000 cancelaciones.
En el aeropuerto de la capital estadounidense se han cancelado un total de 39 vuelos hasta el momento, entre ellos el de Earl, de 45 años, que tenía que viajar esta mañana a Fort Myers (Florida) en un vuelo de American Airlines.
Acompañado de una gran mochila, espera el nuevo vuelo que le han asignado, sin haber facturado todavía porque necesita las cosas que lleva dentro.
"Me notificaron por teléfono la cancelación cuando estaba ya dentro, cerca de la puerta de embarque. Había facturado la maleta, pero necesitaba lo que había dentro así que volví a salir", explica a Efe. Y no quiere facturar por el momento, añade, por si vuelve a retrasarse.
En una hilera de sillas a las puertas de la zona destinada a las llegadas esperan Estrella y su familia, hondureños, a otro familiar que llega desde su país. "Hacía escala en Miami y su vuelo ha salido con dos horas de retraso, pero al menos el avión ya está en el aire y sabemos que llega pronto", relata.
NOTAM es una herramienta fundamental para garantizar la seguridad a bordo dada su capacidad de transmitir datos de forma rápida sobre un cambio en las condiciones de vuelo. El sistema se lleva utilizando desde 1947 cuando se acordó que todos los vuelos adoptaran este mecanismo, creado a semejanza del sistema empleado para comunicar información a los capitanes de barcos cuando están en alta mar.
Por el momento, se desconocen los motivos que han ocasionado la avería del sistema que la FAA y la propia Casa Blanca están investigando, un suceso que ha llenado de periodistas los aeropuertos y que llega solo unos días después del caos desatado en gran parte del país por la tormenta Elliot.
A las puertas de la Navidad, el drama llenó los aeropuertos con miles de pasajeros afectados, que no pudieron llegar a casa para celebrar con sus seres queridos, una situación lejana a lo que se está viviendo hoy.
En el aeropuerto también hay muchos pasajeros con vuelo "a tiempo", cuentan a Efe, entre ellos Rebecca Yato, de 51 años, cuyo vuelo está "on time" por el momento en la pantalla.
"Este es el avión en el que voy a subir y dice que está en el aire ahora mismo. Viene de Tampa (Florida) y estará aquí a las 12.11. Nuestro vuelo es a las 12.15 y de ninguna manera va a salir a tiempo, pero creo que no va a estar demasiado retrasado", detalla a Efe enseñando un rastreador en su teléfono móvil que muestra dónde está el avión en el que ella se subirá.
Normalmente no comprueba tanto los vuelos, agrega, pero esta mañana una amiga le envió un mensaje diciendo que había un problema y decidió monitorear el avión para no tener que esperar mucho en un aeropuerto, generalmente tranquilo, que hoy vive una situación mucho más agitada de lo normal.
Normalidad en el JFK pese a retrasos y cancelaciones
El aeropuerto John F. Kennedy (JFK), el mayor de Nueva York y uno de los más grandes de Estados Unidos, presenta al filo del mediodía des este miércoles una aparente normalidad pese a que el día comenzó con una inédita ola de miles de retrasos y cancelaciones por un fallo del sistema informático nacional en los aeropuertos del país.
Según pudo comprobar EFE, las perturbaciones han sido menores en las cuatro terminales visitadas (1, 2, 4 y 8), debido también a que se trataba de un día laborable sin un gran tráfico aéreo, y tampoco en el tren del aeropuerto (Air Train) se notaba ninguna circunstancia excepcional.
Una empleada encargada de recibir a los pasajeros y ayudarlos con su facturación en la Terminal 4 (una de las mayores del aeropuerto) contó incluso a EFE que no ha percibido ninguna diferencia en comparación con otros días.
“En esta parte del aeropuerto (antes de pasar el control de seguridad) todo está tranquilo. Las quejas (por parte de los pasajeros) tal vez se estén dando del otro lado”, detalló la empleada.
Carlos López, un puertorriqueño que viaja con su familia de Nueva York a Orlando (Florida), explicó por su parte que su avión fue retrasado 50 minutos.
No obstante, indicó que en su caso ese retraso lo benefició, pues temían llegar tarde al aeropuerto y perder el vuelo.
Para el futbolista colombiano Santiago Arias la situación ha sido muy distinta ya que al llegar a Nueva York desde Colombia se encontró con que su vuelo a Cincinnati (Ohio) había sido cancelado.
“Se suponía que mi vuelo salía a las 8:25, luego me lo cambiaron a las 9:05 y cuando ya estaba en la puerta de embarque pusieron:Cancelado”, relató desde la Terminal 8 Arias, quien consiguió un vuelo para las 15.00 horas.
Historias parecidas también se oían en el área de llegada.
Una joven neoyorquina contó a EFE que su jefe tenía que llegar a Nueva York a las 9.00 de la mañana, pero desviaron su avión a Pensilvania (estado fronterizo con Nueva York), donde tuvo que esperar una hora, hasta poder volar hasta Nueva York.