Cientos de miles de israelíes protestaron hoy en un nuevo sábado de manifestaciones contra la reforma judicial del Gobierno derechista israelí de Benjamín Netanyahu, después de que este congelara temporalmente el polémico plan el pasado lunes tras una masiva ola de movilizaciones.
Según medios, los manifestantes salieron otra vez a la calle en distintos puntos de Israel y urbes como Tel Aviv o Haifa, mientras los organizadores de las protestas insistían en seguir movilizándose contra la reforma, que según los críticos socavaría la independencia de la Justicia y la separación de poderes en Israel.
En torno a 450.000 personas se manifestaron por todo Israel, entre ellos unos 230.000 en Tel Aviv, según los movimientos de protesta.
En esta ciudad, como ya ha sido habitual en las semanas previas, grupos de manifestantes cortaron el tráfico en la autopista que cruza la ciudad, tras lo que la Policía usó medios de dispersión y cañones de agua para apartarlos de la vía y arrestó a 19 personas.
Todo ello sucede en medio de una profunda crisis política en Israel, después de que Netanyahu se viera forzado esta semana a frenar el impulso de su polémico plan de reforma, tras protestas masivas que estallaron el domingo tras su anuncio de destitución del ministro de Defensa, y que el lunes derivaron en una movilización con más de 100.000 asistentes en Jerusalén.
La reforma judicial agravó aún más la polarización política en el país, generando el movimiento de protestas más multitudinario en Israel de las últimas décadas, formado en gran medida por el sector secular y liberal de la sociedad israelí.
Ahora, el presidente de Israel, Isaac Herzog, intenta mediar entre Gobierno y fuerzas de la oposición para que alcancen un compromiso de consenso en torno al plan judicial. Por su parte, el ministro de Seguridad Nacional, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, presionó a Netanyahu para que siguiera con la reforma pese a las protestas.
Finalmente, a cambio de aceptar la congelación del plan, consiguió que Netanyahu diera su visto bueno a la creación de un nuevo cuerpo de seguridad que Ben Gvir quiere tener bajo su control. A su vez, se prevé que su formación sea aprobada mañana en la reunión dominical del Gabinete de Gobierno israelí, algo que crea polémica.