Una revisión de lo informado por los enviados especiales de agencias de prensa internacionales y otros medios a la cumbre que celebraron en Bahamas en las últimas horas los líderes de los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) lleva a la conclusión de que sobre Haití no hubo nada nuevo en hechos concretos.
Entre palabras pronunciadas, destacó a su vez el anuncio del invitado estrella, el primer ministro de Canadá, sobre el futuro envío de un par de barcos medianos. Y lo hizo antes de la instalación del cónclave.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, anunció que Canadá enviaría dos buques para que naveguen frente a Puerto Príncipe e intenten desalentar la piratería contra embarcaciones cargados de contenedores llegados desde el norte y para que, a la par, capten conversaciones entre pandilleros que eventualmente dejen escapar planes que permitan a la Policía Nacional de Haití (PNH) ser algo más eficiente en su lucha contra el hampa, siempre que la desbandada migratoria de sus agentes con rumbo a EEUU no siga multiplicándose.
Cualquier otro resultado de la Cumbre en Bahamas no pasa de engrosar la lista de buenas intenciones de diversa índole de sus integrantes: Antigua y Barbuda, Barbados, Bahamas, Belice, Dominica, Granada, Guyana, Haití, Jamaica, Montserrat, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Trinidad y Tobago.
Los líderes caribeños se llamaron entre sí a fortalecer a la Policía de Haití y coincidieron en que ellos mismos deben "desempeñar un papel de liderazgo" para ayudar a resolver la crisis que sufre esa nación.
"Hemos tomado en serio nuestras obligaciones morales para ayudar a resolver los problemas en Haití y el primer paso será ver cómo podemos fortalecer la Policía de Haití para restablecer el orden y frenar las actividades delictivas", sintetizó el primer ministro de Bahamas y presidente de turno de Caricom, Pillip Davis.
Dijo que ahora espera "una reunión en el menor tiempo posible con las partes interesadas en Haití, representantes de Caricom y tal vez un socio internacional para hablar sobre cómo podemos fortalecer la Policía de Haití".
Davis explicó que es esencial que la Policía de Haití cuente con los recursos adecuados, incluida la provisión de alimentos, el pago de sus salarios a tiempo y más efectivos, porque de que ellos envíen uniformados cero posibilidad.
"El camino para llevar la paz y la estabilidad a Haití en este momento no incluye botas sobre el terreno, sino más bien construir el mecanismo de seguridad que existe y esa es la Policía Nacional de Haití", agregó, dejando claro que nada de enviar fuerzas armadas para la seguridad.
Luego elecciones
El jefe de Gobierno de Bahamas insistió en que hay que "obtener la paz en primera instancia para luego pasar a la siguiente fase que es celebrar nuevas elecciones para el final del año".
A principios de este mes, juraron sus cargos en Puerto Príncipe tres miembros de un llamado Alto Consejo de la Transición (ACT) que tendrá por misión trabajar junto al Gobierno en la pacificación de Haití, así como en la organización de elecciones generales.
Esta instancia surgió después del acuerdo del 21 de diciembre de 2022, conocido como Consenso Nacional para una Transición Incluyente, aplaudido por unos y criticado por otros de diversos sectores sociales y políticos haitianos internos y de la diáspora.
Al respecto, Davis dijo que planean celebrar una reunión en Jamaica "en el menor tiempo posible" con todos los actores de Haití.
Policías haitianos a Miami
Cuando los periodistas le preguntaron si las iniciativas de Caricom darían frutos dado de que, además, un número cada vez más significativo de policías haitianos dejan sus puestos para irse a Estados Unidos, el primer ministro de Bahamas reconoció que ello "puede ser un problema".
"Es contraproducente animar a los policías a abandonar sus comisarías por Miami. Este es un asunto que nos llamó la atención durante el curso de estas discusiones", comentó.
No obstante, aseguró que no se pude caer en "la inacción" y que todavía hay un gran número de haitianos "dispuestos a trabajar para tener un país en paz".
"Nos alienta que haya una cantidad de haitianos que una vez que sepan que recibirán el apoyo adecuado, los recursos adecuados, vendrán al frente para ayudar", subrayó.
Lea a continuación la traducción de algunos de los reportes de los enviados especiales a la Cumbre Caricom:
VOA: Líderes caribeños descartan envío de tropas a Haití
Los líderes caribeños que asistieron a la reunión anual del bloque dijeron que no enviarán una fuerza a Haití para ayudar a detener el empeoramiento de la violencia de las pandillas en ese país.
La escalada de violencia en Haití ha sido un tema clave en la reunión de 15 miembros de CARICOM en las Bahamas con el primer ministro haitiano Ariel Henry pidiendo una intervención militar internacional para detener los ataques de pandillas en su país.
Cuando el Servicio Creole de la VOA le preguntó sobre la posible participación de tropas en Haití, el primer ministro de Granada, Dickon Mitchell, dijo: "No, no estamos enviando tropas. A eso puedo responder".
En octubre, Haití solicitó ayuda del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y sugirió que Estados Unidos y Canadá lideren una fuerza. No se ha producido tal intervención, y ninguno de los países se ha ofrecido a tomar la iniciativa.
El primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves, dijo el viernes que CARICOM estaba trabajando en un proyecto para fortalecer la policía y la seguridad haitianas.
Le dijo al Servicio Creole de la VOA que un grupo de trabajo establecido para ayudar a resolver la crisis en Haití se expandiría para incluir a los actores políticos que firmaron un acuerdo en diciembre. Ese acuerdo tiene como objetivo allanar el camino para nuevas elecciones en Haití y el establecimiento de un consejo de transición.
Gonsalves dijo que el esfuerzo ayudaría a Haití a avanzar hacia una solución tanto política como de seguridad. "Déjenlos trabajar en conjunto", pidió.
También el viernes, el primer ministro de Haití dio la bienvenida a la acción de Estados Unidos y Canadá para sancionar a los haitianos que se cree que están conectados con la violencia de las pandillas.
Henry también dijo que Haití sancionó a dos políticos haitianos más con presuntos vínculos con las pandillas.
La secretaria general de CARICOM, Carla Barnett, reiteró la preferencia por encontrar una solución liderada por Haití para los desafíos del país.
"Aunque se están logrando avances en algunos frentes, CARICOM y, de hecho, la comunidad internacional en general continúan luchando para ayudar a Haití a resolver sus crisis multifacéticas. Continuaremos nuestros esfuerzos para ayudar a todas las partes interesadas en Haití para garantizar una resolución de las crisis de propiedad haitiana", dijo Barnett.
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo a su vez que Canadá desplegará buques de la armada en Haití con fines de recopilación de inteligencia para sofocar la creciente violencia de pandillas en Haití.
“Estamos trabajando en estrecha colaboración para ayudar a abordar la crisis política, de seguridad y humanitaria en Haití”, dijo Trudeau en un discurso en la cumbre. La decisión de Canadá de enviar barcos se produce poco después del regreso de uno de sus aviones de vigilancia en una misión similar para recopilar información de inteligencia para la policía haitiana.
La visita de Trudeau al Caribe no rompió el atasco en Haití
Canadá enviará buques de guerra, pero ninguna otra nación en la cumbre de CARICOM prometió nueva ayuda para Haití
Sin embargo, aparte de eso, en la cumbre del 50 aniversario de la comunidad de naciones del Caribe CARICOM en Nassau, Bahamas, hubo un progreso visiblemente limitado para resolver la crisis multifacética de Haití.
Se recordó que Haití sigue profundamente dividido ante una intervención extranjera y que cualquier fuerza externa podría no solo tener que luchar contra docenas de pandillas armadas sino también podría enfrentar la resistencia de un amplio sector de la sociedad haitiana.
Vigilancia de cañoneras
Quizás por esa razón, el gobierno de Trudeau prefirió mojarse únicamente los pies con un despliegue naval frente a la costa de Puerto Príncipe, en lugar de enviar fuerzas directamente a las calles de la ciudad.
En su conferencia de prensa de clausura, Trudeau fue presionado sobre cómo los barcos en el mar pueden ayudar a derrotar a las pandillas callejeras en tierra.
El funcionario canadiense le dijo a CBC que las pandillas se han estado aventurando cada vez más en el agua, en parte para involucrarse en el negocio de robar contenedores enviados en navíos.
Uno en particular, la pandilla 5 Seconds, del vecindario Village de Dieu, que opera en el sur de Haití, ha utilizado lanchas rápidas no solo para incursiones piratas en el agua, sino también para lanzar ataques anfibios en otros distritos de la bahía.
Los funcionarios canadienses esperan que esta presencia de buques de guerra al menos restablezca el orden en las aguas frente a Puerto Príncipe.
Los barcos también podrán proporcionar inteligencia a la policía haitiana a través de su capacidad para interceptar comunicaciones electrónicas.
Pero no estaba claro si los marinos canadienses podrán abordar y registrar otras embarcaciones. Los envíos de contenedores, provenientes en su mayoría de EEUU, se consideran la principal forma de entrada de las armas y municiones que han empoderado a las pandillas.
Una fuente del gobierno canadiense dijo que las reglas en caso de enfrentamientos aún se están determinando.
’Peor y peor'
Los barcos encontrarán una capital donde el área controlada por el gobierno continúa reduciéndose.
“La situación está empeorando cada vez más”, dijo a Trudeau el primer ministro haitiano Henry, en una reunión bilateral en Nassau. "No se puede permitir que siga así", subrayó.
Esta evaluación de agravamiento progresivo de la crisis fue repetida por el embajador de Canadá en Haití, Sébastien Carrière, quien le dijo a CBC News: "Creo que tendrías que estar ciego para no darte cuenta de que la situación ha empeorado".
Esa evaluación de que las cosas van de mal en peor es una de las pocas en las que todos pueden estar de acuerdo.
También existe un consenso bastante uniforme de que el gobierno no elegido de Henry carece de legitimidad y que esto obstaculiza la capacidad de Haití para unirse contra las pandillas. Casi todo el mundo también parece estar de acuerdo en que la solución a ese problema —elecciones libres y justas— sigue estando fuera del alcance de todos en las actuales condiciones de inseguridad.
Más allá de esos puntos, hay mucho menos consenso en otros como que Canadá y el resto de países del llamado Core Group (Grupo Central de potencias extranjeras, a menudo acusados de tomar las decisiones inconsultas en Haití) quieren mantener a Henry como primer ministro mientras intentan restaurar la seguridad y negociar un acuerdo político que permita la transición a un nuevo gobierno elegido por los votantes.
Esto es así pese a que saben que muchos en Haití ven a Henry como un títere del Core Group, que efectivamente lo instaló en el cargo tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, y acusan a su gobierno de fomentar la guerra de pandillas para sus propios fines. Estos haitianos ven la salida de Henry como una condición previa para cualquier progreso posterior.
Palabras duras para 'antiguas potencias coloniales'
"Las acciones tomadas por este supuesto primer ministro son expresiones de la voluntad del Core Group y no del pueblo haitiano", se lee en una carta enviada por una coalición de grupos de la sociedad civil y sindicatos haitianos a los líderes de CARICOM.
“Naciones hermanas de CARICOM, es hora de que el Caribe deje de ser el amplificador de las antiguas potencias coloniales”, dice la carta, que se refiere explícitamente al primer ministro Justin Trudeau.
La carta añade que las pandillas son "una invención criminal que lleva el visto bueno del Core Group, que a su vez es una pandilla de embajadores que incluye, entre otros, a la OEA, Canadá, Francia y los Estados Unidos. Esta última nación evidencia complicidad con el régimen de oligarcas y políticos haitianos corruptos y criminales”.
"Todas las prescripciones de la Constitución haitiana y el derecho a la autodeterminación del pueblo haitiano están siendo actualmente pisoteados. En consecuencia, Ariel Henry, el primer ministro del Core Group, no tiene título, capacidad ni legitimidad que lo autorice a decidir o hablar en nombre del pueblo haitiano".
La carta, redactada con esta dureza, fue un recordatorio de que algunos en Haití nunca aceptarán la presencia de tropas o policías canadienses que, en cualquier caso, Canadá no ha ofrecido.
Ningún sustituto para los propios haitianos
"Creemos firmemente que las propias instituciones haitianas tienen que desempeñar el papel de liderazgo", dijo en Nassau el embajador de Canadá ante la ONU, Bob Rae. "No creemos que funcione para Canadá o cualquier otro país sustituirse por instituciones que deberían poder hacer el trabajo".
Admitió que la estrategia del Gobierno de Canadá depende por completo de la supervivencia y el éxito de la asediada Policía Nacional de Haití.
"Obviamente, tendrá que haber una construcción masiva de la capacidad de la fuerza policial en Haití", dijo Rae. "Haití tendrá que decidir si, como la mayoría de los países, tendrá o no un ejército". (Haití abolió sus fuerzas armadas en 1994, y aunque hace un lustro las reconstituyó formalmente siguen siendo pequeñas e ineficaces).
Rae dice que ninguna fuerza extranjera puede tomar el lugar de las propias fuerzas de seguridad de Haití.
“Creo que tenemos que enfrentarnos con la historia de las grandes intervenciones militares. Estas, básicamente dejaron a un lado a todas las instituciones haitianas diciendo "haremos esto".
Ahora tendríamos presiones adicionales desde casa y fuera de casa diciendo: "bueno, ¿y cuánto tiempo van a estar esas tropas allí? Entonces las tropas salen de nuevo, y luego, ¿dónde están?"
No es suficiente para ganar
Pero algunos haitianos y extranjeros dicen que la tarea ahora está más allá de la propia fuerza policial de Haití, que ha sufrido docenas de bajas en el último año, incluidos altos oficiales.
“Todavía no estamos haciendo lo suficiente para poder ganar esta batalla en esta etapa”, dijo Helen La Lime, jefa de la oficina política de la ONU en Haití, luego de una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU la semana pasada que no generó nuevos compromisos. "No ganaremos esta lucha sin niveles significativos de apoyo adicional", alertó.
Una prominente haitiana-canadiense estuvo de acuerdo con esa evaluación. La ex gobernadora general Michaëlle Jean, quien también se desempeñó como enviada de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) a Haití, dijo a Power and Politics de CBC que "así como el gobierno es corrupto, también lo es el cuerpo policial".
Lo que le falta a la policía, dice, es "coordinación, comunicación e inteligencia. Debido a la falta de inteligencia, las operaciones policiales se realizan a ciegas, con consecuencias desastrosas".
Reconoció que en Haití hay resistencia al ingreso de fuerzas militares de países del Core Group, como Canadá, pero que “equipos policiales de países de la región serían mejor aceptados por la población haitiana”.
’Un Estado fallido'
Mientras que dos de los vecinos caribeños de Haití, las Bahamas y Jamaica, se han comprometido a enviar sus propias fuerzas a cualquier misión eventual, otros no lo han hecho.
Y el primer ministro de las Bahamas, Philip Davis, advirtió que, incluso colectivamente, las naciones del Caribe no pueden revertir la situación en Haití, una nación con más habitantes que los otros 14 países de CARICOM juntos.
Mientras tanto, la Policía Nacional de Haití, con apenas 9.000 miembros, parece estar reduciéndose en lugar de crecer. Se espera que las deserciones se aceleren a medida que los oficiales desilusionados aprovechen un nuevo programa de visas de EEUU que permite emigrar a los haitianos que tengan ya familiares en el país del norte.
A medida que la fuerza policial se reduce, crece y es mayor el territorio controlado por las pandillas.
Trudeau dijo en la reunión de líderes del Caribe que, además del par de barcos, Canadá proporcionará $ 12,3 millones en nueva asistencia humanitaria y $ 10 millones para la Oficina Internacional de Migración para apoyar a los migrantes en la región.
"Nuestro objetivo fundamental es aliviar el sufrimiento y empoderar a los haitianos para trazar su propio futuro. Necesitamos seguir trabajando y poner al pueblo haitiano en el centro de todo lo que hacemos”, repitió.
Ottawa volverá a desplegar HMCS Glace Bay y Moncton desde África Occidental, junto con sus 90 marineros, dijo el Departamento de Defensa Nacional. Realizarán "patrullas de presencia" centradas en las aguas alrededor de la capital, Puerto Príncipe.
Canadá también está sancionando a dos haitianos más, que se suman a una lista de 15 élites que ya no pueden hacer negocios en Canadá debido a supuestos vínculos con las pandillas que se han apoderado de Haití. Trudeau dijo que está presionando a otros países aliados para que hagan lo mismo.
Trudeau reveló que tuvo una conversación "constructiva" con el líder haitiano de facto Ariel Henry, quien actúa como primer ministro del país, pero no fue elegido para el cargo. La asesora de seguridad nacional del primer ministro, Jody Thomas, estaba en la sala tomando notas, al igual que Bob Rae, el embajador de Canadá ante la ONU, y Sebastien Carriere, su embajador en Haití.
Durante breves comentarios en francés a los medios, le dijo a Trudeau que quiere que el país trabaje para lograr elecciones transparentes a pesar del deterioro de la situación de seguridad.
En la 44ª reunión de CARICOM, los líderes caribeños efectivamente descartaron enviar tropas a Haití.
Ariel Henry, el primer ministro de Haití, ha pedido una acción militar internacional para poner fin a los ataques de pandillas en su país, y la creciente violencia en Haití ha sido un tema importante en la reunión de CARICOM de 15 miembros en las Bahamas.
Ralph Gonsalves, el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, anunció el viernes que CARICOM estaba trabajando en un proyecto para mejorar la seguridad y la policía en Haití.
Dijo que un comité de trabajo establecido para ayudar a resolver el problema en Haití se ampliaría para incluir a figuras políticas que firmaron un pacto en diciembre. Ese acuerdo tiene como objetivo permitir que Haití organice nuevas elecciones y establezca un consejo de transición.
Según Gonsalves, la iniciativa ayudaría a Haití a avanzar hacia una solución política y de seguridad.
Mientras tanto, el viernes, el primer ministro de Haití elogió a Estados Unidos y Canadá por tomar medidas para castigar a los haitianos presuntamente involucrados en la violencia de pandillas.
Henry agregó que Haití sancionó a otros dos políticos haitianos con vínculos aparentes con las pandillas.
Resumen Latinoamericano llama dictador a Ariel Henry y evalúa que Caricom lo ha avalado
El repudiado primer ministro de facto haitiano, Ariel Henry, solicitó a la comunidad internacional que apoye los esfuerzos para salir de la grave crisis que atraviesa Haití.
Henry, amparado por EEUU, convenció a los mandatarios de los países miembros de la Comunidad de Estados del Caribe (Caricom) para que ayuden a fortalecer precisamente lo que las masas haitianas repudian día a día en las calles, o sea, a las fuerzas policiales y otorgarle carta blanca para que junto con las bandas paramilitares sigan matando y secuestrando.
El primer ministro bahamés y presidente pro tempore de Caricom aseguró que «Hemos tomado en serio nuestras obligaciones morales para ayudar a resolver los problemas en Haití y el primer paso será ver cómo podemos fortalecer la Policía de Haití para restablecer el orden y frenar las actividades delictivas».
Según Davis, es necesario «obtener la paz en primera instancia para permitir pasar a la siguiente fase de celebrar nuevas elecciones para el final del año», declaró en la clausura de la reunión anual de la organización celebrada en Bahamas.
Esas palabras de Davis parecen dictadas por Henry que persigue la idea de seguir perpetuándose en un gobierno más que inestable y aprovechar los improbables comicios convocados por él y su entorno, para legalizar un mandato cuestionado por el pueblo.
Aparte de Washington , detrás de esta jugada de Caricom, se mueve Canadá, uno de los países que más insiste en la intervención militar en Haití pedida por Henry. Justin Trudeau fue uno de los invitados a la reunión de Caricom, ya que lo ven como el salvavidas del que aferrarse en su afán de meter narices, manos y pies en territorio haitiano.
Prosiguiendo con la «solución policial», l primer ministro de Bahamas explicó que es esencial que los uniformados haitianosí cuenten con los recursos adecuados, incluida la provisión de alimentos, el pago a tiempo de sus salarios y la captación de más efectivos. O sea, más policías para sumar a la larga lista de represores, gangs y para militares armados hasta los dientes, que han ido convirtiendo cada una de las ciudades haitianas en un campo de batalla permanente.
En su acostumbrado discurso victimista, Ariel Henry, solicitó a la comunidad internacional que apoye los esfuerzos para salir de la grave crisis socioeconómica, política y de inseguridad en Haití.
Y volvió a insistir en que deposita toda su confianza en ese engendro llamado Alto Consejo de la Transición (HCT, por su siglas en francés) «para que colabore con el gobierno en la pacificación de Haití y en la organización de elecciones generales».
De esta manera ratificó el acuerdo del 21 de diciembre de 2022, conocido como Consenso Nacional para una Transición Incluyente, que es ampliamente repudiado por movimientos sociales y políticos opositores.
Henry, como el ucraniano Zelensky, busca en el imperio y sus aliados la posibilidad de seguir manteniéndose a flote. Sin embargo, no cuenta con el hartazgo del pueblo haitiano, que pide su cabeza y la de todo el gabinete.
Pueblo que seguirá en las calles para mostrar al mundo -Caricom incluido- que la única solución al problema haitiano es contar con las propuestas surgidas en el seno de las organizaciones progresistas y revolucionarias.
En Haití, nada se soluciona con comicios fraudulentos como ocurriera con Martelli o Jovenal Moise, tampoco con asaltos al gobierno, como hizo el pro-yanqui Ariel Henry. De insistirse en estas vías, el país seguirá balcanizándose, con un futuro impredecible.