Algunos migrantes que fueron contactados por "contratistas" en las inmediaciones de un albergue católico en El Paso (Texas, EEUU) desistieron del ofrecimiento de viajar en vuelos a Sacramento (California) por temor de que se tratara de traficantes de drogas o de órganos, al desconocer que los viajes eran parte de un polémico programa del gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Entrevistas que hizo el diario Los Ángeles Times a estos migrantes, que prefirieron permanecer en el anonimato, evidencian su total desconocimiento de que se trataba de vuelos contratados desde Florida, pues los dos hombres y dos mujeres dedicados a su reclutamiento daban explicaciones vagas sobre el traslado.
Los vuelos despegaron finalmente el 2 y el 5 de junio pasado, con un total de 36 migrantes, muchos venezolanos y colombianos, y llegaron a Sacramento, donde tomaron por sorpresa a las autoridades locales.
Ambos operaron de la misma forma que otro vuelo enviado desde Texas en septiembre pasado a Martha’s Vineyard (Massachusetts) con cerca de 50 migrantes y por el que el grupo Abogados por los Derechos Civiles (LCR) ha demandado al Gobierno de DeSantis.
El republicano, quien aspira a la presidencia en 2024, y su homólogo de Texas, Greg Abbott, emprendieron desde 2022 el traslado de migrantes en aviones y autobuses, respectivamente, a jurisdicciones demócratas en protestas contra la política migratoria del presidente Joe Biden.
Al momento de viajar, los migrantes desconocen que forman parte de esa pelea política y muestran desconfianza de las presiones para subir a estos vuelos, pero ante la falta de opciones terminan accediendo, según las entrevista realizadas por Los Ángeles Times.
Tanto el gobernador de California, Gavin Newsom, como la Iglesia del Sagrado Corazón de El Paso, donde se concentran numerosos migrantes tras cruzar la frontera y antes de seguir su camino hacia otras localidades estadounidenses, reprocharon el uso de migrantes vulnerables con fines políticos.
El demócrata Newsom tildó de posible "secuestro" el desplazamiento, mientras California investiga el hecho.
El Gobierno de Florida confirmó días después de los vuelos que los viajes forman parte de su programa de reubicación de migrantes y que estos viajaron de forma voluntaria.