Al menos 55,45 millones de personas padecieron hambre aguda en 2022 en siete países de África oriental, 13 millones más que en 2021, advirtió este miércoles el Centro de Predicción y Aplicaciones Climáticas (ICPAC) de la Autoridad Intergubernamental sobre el Desarrollo (IGAD).
El último Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias (GRFC) de 2023 con enfoque regional en la IGAD, publicado hoy en Nairobi, alertó de la ayuda urgente que necesitan estas personas "en materia de alimentación, nutrición y medios de subsistencia" en Yibuti, Etiopía, Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Uganda.
"En 2022, la alarmante cifra de 55,45 millones de personas de siete de los ocho Estados miembros de la IGAD -no se disponía de datos sobre Eritrea- necesitan ayuda alimentaria urgente, lo que supone el mayor número de personas en situación de inseguridad alimentaria aguda de la región en los últimos cinco años", destacó el ICPAC.
Además, el informe advirtió de la "devastadora realidad" a la que se enfrentan 301.000 personas que sufrieron una "catástrofe" -fase 5 de la Clasificación Integrada de las Fases de la Seguridad Alimentaria (CIF)- en 2022, de las cuales 214.000 y 87.000 corresponden a Somalia y Sudán del Sur, respectivamente.
El empeoramiento de la situación se debe, según el ICPAC, a "los efectos agravantes de múltiples choques, incluida la sequía en el Cuerno de África, inundaciones en Sudán del Sur, conflictos prolongados y desafíos macroeconómicos por los impactos de la COVID-19 y la guerra en Ucrania".
Para 2023, se prevé que hasta 30 millones de personas necesiten ayuda alimentaria humanitaria en Kenia, Somalia, Sudán del Sur, Sudán y Uganda, países "para los que se dispone de proyecciones".
De ellos, 7,5 millones de personas en Kenia, Somalia, Sudán del Sur y Sudán afrontarán una situación de "emergencia" (fase 4 de la CIF) por grandes carencias de consumo de alimentos.
Asimismo, se espera que más de 83.000 personas se enfrentarán a una falta extrema de alimentos, situándose en la fase 5 de la CIF ("catástrofe"), en las zonas de la región más afectadas por la sequía y conflictos, especialmente en Somalia y Sudán del Sur.
"Esta crisis exige un cambio de paradigma", afirmó el secretario ejecutivo de la IGAD, Workneh Gebeyehu en el informe.
"Para avanzar hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2, poner fin al hambre, debemos tomar medidas más audaces para aumentar la resiliencia frente a futuras crisis, incluida la transformación de nuestros sistemas agrícolas para que sean más eficientes, inclusivos y sostenibles", agregó Workneh.