"Se está intentando imponer en Venezuela un golpe de Estado, nuevamente, de carácter fascista y contrarrevolucionario", dijo Maduro durante el acto de proclamación como presidente reelecto, en la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE) en Caracas.
Maduro aseguró que esta es "la misma película" y "con un guion parecido" que la vivida -aseguró- en 2019, en el que "los protagonistas" son "los mismos", por un lado "el pueblo que quiere paz" y por otro lado "élites llenas con un proyecto contrarrevolucionario, fascista, amarrados al imperio estadounidense".
Señaló que se "están ensayando los primeros pasos fracasados para desestabilizar a Venezuela" y para imponer "otra vez" un "manto de agresiones y daños", una "especie de película (Juan) Guaidó 2.0″, en referencia al período en el que el opositor se autoproclamó "presidente encargado" del país, un ‘mandato’ -reconocido por medio centenar de países- que nunca pudo ejercer, al carecer de instituciones y de poder real.
"Les digo a los complotados, a los involucrados y a los que avalen esta operación contra la democracia venezolana que la película ya la sabemos y esta vez no va a haber ningún tipo de debilidad. Esta vez en Venezuela se respetará la Constitución, se respetará la ley y no se impondrá ni el odio, ni el fascismo, ni la mentira ni la manipulación", subrayó.
Según el mandatario, "la misma ultraderecha, los mismos grupos dirigidos por el imperialismo norteamericano, los mismos países" están detrás de este plan golpista.
Esta declaración se produce minutos después de que nueve países (Uruguay, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú y República Dominicana) pidiesen una reunión urgente de la Organización de Estados Americanos (OEA) para abordar los resultados electorales de Venezuela.
Asimismo, otras naciones han expresado su preocupación ante las denuncias de fraude de la oposición, al tiempo que piden a las autoridades garantizar la transparencia del proceso y permitir un conteo detallado de los votos.