El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió a la dirección de Carrefour de que "no admiten racismo" en su país, tras un nuevo caso de presunta discriminación racial en uno de los establecimientos del grupo francés.
"Tenemos que decirle a la dirección de Carrefour: si quieren hacer esto en su país de origen, que lo hagan, pero en este país no admitiremos el racismo", afirmó Lula en una reunión ministerial en Brasilia, con motivo de los 100 primeros días de su gestión.
El mandatario citó el caso de una profesora afrobrasileña de la ciudad de Curitiba, en el sur de Brasil, que acusó a un guardia de seguridad de seguirla mientras compraba en un establecimiento de la red Atacadao, del grupo Carrefour.
Según el diario 'O Globo', la mujer, al darse cuenta de que estaba siendo vigilada de cerca por el personal de seguridad, se marchó, pero decidió volver al supermercado y, a modo de protesta, se quedó en ropa interior para demostrar que no estaba robando nada y poder así terminar de hacer sus compras.
"Cometieron otro delito de racismo. Un guardia de Carrefour acompañó a una chica negra que iba a comprar algo, pensando que iba a robar. Ella tuvo que quitarse el sostén y las bragas para demostrar que no iba a robar. Es la segunda vez que Carrefour hace este tipo de cosas", denunció el líder progresista.
Este es el segundo caso de supuesto racismo cometido en una unidad de la red francesa que se ha conocido en los últimos días, después de otro similar denunciado por Vinícius de Paula, marido de la jugadora de la selección brasileña de voleibol Fabiana Claudino.
De Paula relató en sus redes sociales que una cajera de un mercado Carrefour, en Sao Paulo, se negó a atenderle en la fila preferente, a pesar de que en ese momento estaba vacía, pero instantes después recibió sin mayores problemas a una cliente blanca.
En una nota enviada a 'O Globo', Carrefour admitió que De Paula fue rechazado "sin justificación" y señaló que despidió "inmediatamente" a la cajera, que estaba en periodo de pruebas.
"Nuestra política es de tolerancia cero contra cualquier tipo de comportamiento irrespetuoso" y "en los últimos dos años Carrefour asumió la responsabilidad de hacer una transformación de dentro para fuera en el combate al racismo estructural en el país", señaló la compañía.
Carrefour se vio envuelto en otro grave caso de racismo en 2020, cuando un hombre negro recibió una paliza mortal de dos guardias de seguridad blancos en el aparcamiento de un supermercado del grupo, en la ciudad de Porto Alegre. Seis personas fueron acusadas formalmente por ese brutal crimen.