La reunión de los Tres Amigos, como se conoce informalmente la Cumbre de los Líderes de Norteamérica, escenificó este martes la reconciliación de México, Estados Unidos y Canadá tras las tensiones provocadas por la tumultuosa presidencia de Donald Trump (2017-2021) y el distanciamiento forzado por la pandemia.

Durante dos días, el presidente estadounidense, Joe Biden; el primer ministro canadiense, Justin Trudeau; y el anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, escenificaron el regreso a la normalidad en las relaciones trilaterales con reiterados abrazos, apelaciones a la histórica amistad de los tres países y una cena oficial en el majestuoso Palacio Nacional de México.

"Somos verdaderos aliados", aseguró Biden en declaraciones a la prensa desde el Patio de Honor de la residencia presidencial.

A su lado, López Obrador y Trudeau, acompañados todos ellos de nutridas delegaciones con los principales altos cargos de sus respectivos gabinetes, a quienes se les pudo ver conversando de manera afable en espera de la llegada de los mandatarios, que se retrasó más de una hora respecto a la agenda oficial.

Entre bambalinas, una fuente cercana al presidente López Obrador explicó a EFE que la demora era un reflejo de la buena conexión imperante.

Atrás quedaron los exabruptos y amenazas que caracterizaron el mandato de Trump, quien puso en tela juicio uno de los elementos claves de las relaciones entre los tres países: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) de 1994, y rebautizado y actualizado en 2020 como el Tratado de México Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

"Usted es el primer presidente de Estados Unidos que no ha construido un metro de muro", afirmó López Obrador, en referencia al polémico obstáculo fronterizo que Trump convirtió en símbolo de su mano dura en materia migratoria.

Pese al palpable ambiente de camaradería, la comparecencia de los tres líderes estuvo marcada por algunos cómicos malentendidos consecuencia de la traducción y el desconcierto de los periodistas ante la falta de conexión telefónica y de internet durante todo el acto.

Sus ansiosos intentos por encontrar señal y sus peticiones de ayuda apenas fueron recibidas con el encogimiento de hombros por parte de los funcionarios mexicanos, bajo la justificación de "cuestiones de seguridad".

A ello se sumó, también, el asombro de los canadienses y estadounidenses a las prolongadas respuestas del mandatario mexicano, marcadas por una lenta cadencia y sus habituales digresiones.

En este sentido, Trudeau, el más parco en palabras, remarcó la potencia económica de la región cuya economía, afirmó, supera a la de la Unión Europea (UE).

"Somos mejores y más fuertes – subrayó- cuando trabajamos juntos los tres".

Si la sintonía y las sonrisas predominaron, se debió en gran medida a que los líderes acordaron centrarse en sus áreas de cooperación como la lucha contra el tráfico, especialmente el fentanilo; los esfuerzos para crear mecanismos de migración "ordenada" y la apuesta a convertir a la región en un centro de la cadena de suministro comercial para reducir la dependencia de otros socios, en referencia a China.

Fuera quedó uno de los grandes puntos en disputa, la política energética de México, que Canadá y Estados Unidos consideran proteccionista e impide las inversiones privadas por parte de las empresas de ambos países, y para la que han apuntado que podrían abrir un mecanismo de disputa en el seno del T-MEC.

Convenientemente, la pregunta realizada al respecto fue obviada por los tres mandatarios.

Biden presume reducción de flujo de migrantes

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, señaló este martes que a unos días de implementar su nueva política migratoria de Estados Unidos se ha logrado reducir “drásticamente” el número de venezolanos que buscan atravesar de México a ese país.

“(Ha sido un) programa exitoso que tuvimos para Venezuela para brindar procesos seguros, humanos y ordenados para quienes buscan asilo. Esto ha reducido el número de personas que tratan de cruzar ilegalmente a la frontera. El número de venezolanos ha bajado drásticamente”, resaltó el mandatario estadounidense.

Biden precisó que antes de la implementación de la medida unas 1.100 personas trataban de ingresar de forma irregular a Estados Unidos diariamente “y esto ha bajado a 250 por día”, aseveró.

Durante su intervención en la rueda de prensa tras la reunión trilateral entre México, Estados Unidos y Canadá, Biden agradeció al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, por aceptar albergar a quienes serán expulsados debido a la política migratoria.

A principios de este año, Estados Unidos implementó una nueva medida que acogerá a 30.000 migrantes de Venezuela, Haití, Cuba y Nicaragua al mes, aunque expulsará de inmediato el resto a México.

Recordó que el objetivo ahora es brindar procesos “seguros, humanos y ordenados” para aquellos que buscan asilo en territorio estadounidense.

Reconoció que los migrantes realizan un “largo viaje” para llegar hasta la frontera y que muchas ocasiones son víctimas del crimen organizado por lo que tienen que pagar y por las afectaciones físicas.

“Queremos que sea más fácil que lleguen las personas, pero que no pasen por este proceso tan terrible”, argumentó.

Prometió que seguirán trabajando en abordar las causas para promover que las personas se queden en sus países de origen por lo que pidió al Congreso estadounidense 4.000 millones de dólares para apoyar esta iniciativa, mientras que la vicepresidenta Kamala Harris busca recaudar 3.000 millones de dólares en donaciones privadas.

“Podemos hacer más (para) que se agilice la migración legal, lo podemos hacer también previniendo o que las personas quieran irse ayudándoles a las comunidades para que mejoren las circunstancias”, afirmó.

Un día antes, en la reunión bilateral con López Obrador, Biden afirmó que la crisis migratoria en la frontera "ya está muy bien encaminada", gracias a la colaboración del Gobierno mexicano.

La nueva política migratoria del Gobierno estadounidense se da después de que durante el año fiscal de 2022 se registrase la detención de 2,76 millones de migrantes indocumentados, una cifra inédita.

Durante 2022, según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), México recibió 118.478 peticiones de migrantes que solicitaron asilo, la segunda cifra más alta tras la de 2021 con 131.448 casos.

México abrirá un centro migratorio con el apoyo de EEUU y Canadá

Los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador (c), de Estados Unidos, Joe Biden (i), y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, se reúnen hoy, en el Palacio Nacional en Ciudad de México (México). EFE/ José Méndez

México abrirá un nuevo centro migratorio en el sur de su territorio para acoger a refugiados del continente que estará apoyado por los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá, según acordaron los mandatarios de los tres países.

El anuncio se hizo público tras la celebración de la X Cumbre de Líderes de América del Norte, que reunió en Ciudad de México al presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador; al de Estados Unidos, Joe Biden, y al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau.

"El Gobierno de México diseña un espacio de servicios de empleo, asistencia y protección para personas refugiadas, en colaboración con organismos internacionales", detallaron en un comunicado conjunto.

Este centro "ofrecería servicios y alternativas de protección, documentación y movilidad laboral", así como "tareas de control migratorio".

Además, "los Gobiernos de Estados Unidos y Canadá colaborarán con el Gobierno de México y organismos internacionales para ofrecer servicios y asistencia para personas refugiadas en dicho espacio", explicaron.

Antes de la reunión, la Casa Blanca había informado que pactarían la creación de "un nuevo centro en el sur de México" para tender a migrantes.

Sin embargo, en la rueda de prensa posterior a la Cumbre, López Obrador negó que fueran a construir un centro migratorio, sino invertir en albergues.

Según el comunicado conjunto, los mandatarios se comprometieron a aumentar las "vías regulares como alternativa a la migración irregular en América" y "fortalecer los procesos de asilo".

Antes de la cumbre, Estados Unidos lanzó un programa migratorio acordado con México que prevé dar 30.000 permisos humanitarios a venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos, pero deportar a territorio mexicano a aquellos que crucen la frontera de forma irregular.

En la rueda de prensa posterior a la cumbre, Biden agradeció públicamente a López Obrador por admitir a los migrantes que sean deportados de Estados Unidos.