La Casa Blanca admitió este viernes que con su nuevo plan migratorio está expandiendo el uso del Título 42, una polémica política sanitaria del Gobierno de Donald Trump (2017-2021) que utiliza el pretexto de la pandemia de COVID-19 para expulsar a migrantes que cruzan la frontera.
El presidente Joe Biden anunció el jueves un nuevo plan migratorio que prevé expulsar a los migrantes venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos que crucen la frontera sin permiso mediante este normativo, cuyo futuro depende ahora de los tribunales.
"Sí, estamos expandiendo temporalmente las expulsiones con el Título 42 con la expectativa de que lo acabaremos levantando", respondió en una rueda de prensa el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby.
El funcionario, sin embargo, subrayó que esto se está haciendo "en respuesta a un nivel histórico y sin precedentes de migrantes del continente que llegan a la frontera sur" escapando de "circunstancias intolerables".
Kirby insistió que al Gobierno de Biden no le gusta el Título 42 porque es "una normativa de salud pública" utilizada por Trump como "política migratoria" y opinó que la solución pasa por que el Congreso apruebe una reforma migratoria.
El Gobierno iba a levantar el Título 42 por orden de un juez a finales de 2021, pero el Tribunal Supremo le ordenó mantenerlo cautelarmente a petición de una veintena de estados del país.
El nuevo plan de Biden contempla entregar 30.000 permisos mensuales a migrantes venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos que tengan a un patrocinador que les pague la estancia en Estados Unidos.
Sin embargo, todos los que crucen la frontera sur sin esos permisos serán expulsados a México y vetados del país durante cinco años.
Ante las críticas de organizaciones defensoras del derecho al asilo, Kirby respondió que el Gobierno está aumentando significativamente "las vías legales" para que las personas que huyen de esos países puedan entrar en Estados Unidos. "Tenemos una visión diferente", dijo.
Biden visitará el domingo por primera vez como presidente la frontera con México y luego volará a Ciudad de México para participar en la Cumbre de Líderes de Norteamérica con sus homólogos mexicano, Andrés Manuel López Obrador, y canadiense, Justin Trudeau.
La visita a la frontera servirá para que el presidente supervise con sus propios ojos la situación migratoria y la política antidrogas, explicó Kirby.
El portavoz aseguró que Estados Unidos sostiene "una gran cooperación" con México en materia migratoria.